Capítulo 11

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Narra Eliette:

Oh no que he hecho, como he podido hacer esto a Natán, que estúpida, me levanto lentamente y sin hacer ruido para no despertarlo, aunque sea cierto lo que ha dicho me ha hecho mucho daño, y yo no estaba dispuesta ha hacérselo a Natán por un capricho de un príncipe al que no se le ha dicho nunca que que no. Cuando estoy apunto de salir por completo de la cama noto como me agarra suavemente del brazo.

-Amenhotep: A donde vas.

-Eliette: A mis aposentos, no querrás que tu novia se entere de esto.

-Amenhotep: Eliette te dije que fue un error, además no debes preocuparte por Sarah, la mandare encerrar.

-Eliette: Que, por que vas a hacer eso, por lo que acaba de pasar.

-Amenhotep: No, ella fue la que le conto a mi madre lo nuestro, escucho una conversación entre mi abuelo y yo hablando de ti y bueno ...

-Eliette: No lo puedo creer que ella sea capaz de hacer eso, pensé que era mi amiga pero ahora, un momento, espera una conversación sobre mi.

-Amenhotep: Si, la primera vez que estuviste en palacio, fui a pedirle una pócima para enamorarte. Pero el me digo que no hacía falta, y cuando me entere de tu relación con Natán volví a pedírsela. Eliette, se que he hecho cosas mal, peor pensar que otro pueda tener tu amor, que me dejes me hace no querer seguir en este mundo.

-Eliette: Tu ... nada olvídalo.

-Amenhotep: No, espera yo que.

-Eliette: Tu nunca has necesitado y necesitaras una pócima para tener mi amor, te amo Amenhotep, pero no le quiero hacer daño a Natán.

-Amenhotep: Y prefiere hacérmelo a mi.

-Eliette: No, lo que te estoy pidiendo es tiempo para decírselo de una forma menos dolorosa, por favor.

-Amenhotep: De acuerdo, pero quiero que mantengas una distancia, ahora vuelve a la cama.

-Eliette: Si así me lo ordenas.

Me tumbe junte a el aun los dos desnudos, me agarro por la cintura y me besó la frente, al cabo de un rato caímos dormidos los dos. 

Narra Amenhotp:

Me desperté y la vi dormida tan placida, era mía, me amaba e iba a dejar a ese hebreo por mi, pero dejaría a su pueblo por mi. Con mis dedos empiezo a delinear sus labios, al cabo de un rato se despierta, me mira y sonríe, parece una deidad.

-Amenhotep: ¿Cómo estas?

-Eliette: Me encuentro perfecta, ¿y tu?

-Amenhotep: Muy feliz de que seas mía, y yo tuyo ahora para siempre. 

-Eliette: Le preparo un baño príncipe.

-Amenhotep: Si, hoy me acompañara alguien.

-Eliette: ¿Quién?- con un tono celoso y dolido-

-Amenhotep: Pues tu, solo te quiero a ti a mi lado.

-Eliette: Yo también te quiero,  que harás hoy te encargaras de Sarah.

-Amenhotep: Pues bañarme con una hermosa hebrea, después entrenar, pero de Sarah se encargará mi padre.

-Eliette: Tu padre.

-Amenhotep: Si tendrá un noche especial con el faraón.

-Eliette: Eso es horrible.

-Amenhotep: Como dices, el es el hijo vivo de Horus debería sentirse afortunada.- Con tono enfado-

Amenhotep y ElietteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora