Capítulo 20

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De que servía toda esa lucha, al final nunca podrían estar juntos, su fe, su idea de ver el mundo era opuesta, y las plagas  después de que superar la Conversión del agua en sangre, la Invasión de ranas, los Piojos y mosquitos, las Moscas, la Peste del ganado, las Úlceras/Sarpullido, y la Lluvia de fuego y granizo.

No podrían enfrentarlo todo... pero cada nueva plaga significaba un paso más hacia la libertad un paso más hacía un futuro incierto. Eliette debería elegir si quedarse o marcharse con los suyos, si se quedaba jamas podría casarse con  Amenhotep al menos hasta que sus padres falleciesen pues jamas apoyarían tal unión y tendría que vivir una vida compartiendo al príncipe con otras personas.

Pero lo que ambos jóvenes no sabían es que nuevas plagas vendrían y la última sellaría su destino eternamente, pues la decisión de Eliette ya no sería tan problemática, mientras ambos jovenes se desvelaban una nueva plaga había sido anunciada la plaga de las Langostas y saltamontes. Lo que no sabían es que tras esta el Dios de Eliette solo mandaría dos más y la última les destrozaría al fin y al cabo solo eran uno muchachos jugando a ser adultos y eso nunca termina bien.

La plaga no se hizo esperar las langostas y saltamontes arrasaron las cosechas de todo Egipto no quedo ni una cosecha a salvó, toda la comida que tenían guardada también fue demorada provocando la hambruna en el pueblo, y esto traería nuevos problemas a la pareja.

El faraón, al ver aquella nube de langostas corrió hacia su familia para protegerla, sin percatarse de que su hijo se encontraba preocupado por su amada pues desde que se habían despedido al amanecer no la había visto y con esta nueva plaga aquello solo le inquietaba más.

Mientras tanto Eliette, buscaba a Paser y Simut para ver si necesitaban algo, desde que la joven había llegado al castillo había hecho una linda amistad con ambos y Paser, era el único que sabía y apoyaba la relación de Amenhotep y ella.

-Paser: Vamos Simut, ayúdame, no puedo dejar que estos papiros se pierdan.

-Simut: Hago lo que puedo maestro.

-Paser: Hay que encontrar una forma de eliminar a estos insectos.

-Eliette: ¿Estais bien?-y en ese momento todas las langostas salieron de allí.

-Paser: Gracias a los dioses, Eliette. No se te ocurra irte de aquí.

-Eliette: ¿Por qué?

-Paser: Porque eres hebrea a vosotros no os afectan las plagas y necesito conservar estos papiros.

-Eliette: Oh... vale... en ese caso os ayudare a colocar todo o ha guardarlo. No puedo estar aquí eternamente.

-Paser: Si en eso tienes razón, además de que tienes tus propias obligaciones.

Mientras la joven ayudaba a ambos hechiceros, el harem del palacio era un nido de gritos y zumbidos provocados por las langostas que devoraban y tacaban todo a su paso. Ante tal desastre a Ramsés, no le quedo otra que ir ha hablar con Moisés quien retiro la plaga tras aquella conversación, volviendo al palacio Amenhotep esperaba con su madre cuando entro Karoma, para desgracia del joven pues desabastécelo ver a su hebrea.

-Karoma: Mi señor y mi señora están bien.

-Nefertaria: Mucho mejor ahora gracias Karoma.

-Amenhotep: De verdad se acabo la plaga.

-Karoma: Por lo visto el rey hablo con Moisés y le convencionalistas de acabar con ella.

-Amenhotep: Mi padre hablo con el hebreo.

-Karoma: Si principe.

-Nefertari: ¿Entonces Moisés esta en el palacio? 

-Karoma: No señora, el fue personalmente a la villa de los hebreos ha hablar con él.

-Nefertari: ¿Qué?

Tras revisar la reina como había quedado todo volvió a reunirse, con su hijo y esposo.

-Amehotep: Entonces las langostas le obedecieron.

-Ramsés: Asi eś hijo.

-Amenhotep: No lo entiendo como un hebreo puede tener tanto poder.

-Nefertari: Debiste hablar conmigo antes de ir allá.

-Ramsés: Fue un impulso, además no habia tiempo.

-Amenhotep: Fue muy valiente, ir a ese lugar inmundo.

-Ramsés: No lo es, es pobre, sencillo. Cosa que me sorprendió más al ver como Moises decidió vivir ahí.

-Amenhotep: Un ingrato, un traidor, tal vez habría sido mejor dejar que ese pueblo se fuera. Estariamos libres de los piojos y esas plagas.

-Nefertari: Iré a la cocina ver como esta la situación.

-Amenhotep: Yo ire a mis aposentos.-dijo para irse hasta allí, al cabo de unos minutos Eliette pareció por la puerta- ¿Estas bien?-pregunto angustiado.

-Eliette: Te recuerdo que las plagas no me afectan, estaba ayudando a tu abuelo a proteger los papiros. ¿Y tu como estas?

-Amenhotep: Le he dicho a mi padre que hubiese sido mejor que liberase a tu pueblo, pero no ha respondido nada.

-Eliette: De verdad has dicho eso.-respondio incrédula.

-Amenhotep: Tu Dios es poderoso, y no se a que espera para dejar de ponerse en ridiculo humillándoselo ante...

-Eliette: unos esclavos.-continuo ella.

-Amenhotep: Yo no...

-Eliette: Te puedo entender es lo que siempre has pensado, puede que aun lo pienses en algunas cosas y que estes cabreado por todas las plagas y lo que te ocurre a ti y a tu pueblo, no todos los egipcios son malos, tu abuelo es muy bueno y me da pena que esto afecte a inocentes.

-Amenhotep: Pero nos tenemos el uno al otro.

-Eliette: Si.-dijo para besar su labios y recostarse encima de él.

Amenhotep y ElietteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora