Descubrir que el amor no siempre es felicidad, vivir en carne propia el dolor, pero que sea infringido por la persona que amas, debe dejarte traumatizado, con profundas heridas que no lograran sanar, lleno de recelo y sin ganas de entregar el corazó...
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Tomo la botella de vino tinto y vierto su contenido en mi copa, está a punto de derramarse, pero con cuidado comienzo a beberlo como si fuera agua.
Necesito apaciguar, los pensamientos que rondan por mi mente. Tengo otra cita con Jimin, no se que pensar, probablemente el busque algo, que yo no puedo darle. Dejare las cosas en claro, no quiero lastimarlo, lo mejor será dejarlo de lado. Pero, es realmente lo que deseo, no volver a verlo, ni su hermosa sonrisa, y la manera en la que sus ojos desaparecen, ver sus carnosos labios, que no he tenido oportunidad de besar. ¿De verdad quiero perderlo?
De pronto, Nam interrumpe mis pensamientos, cuando se acerca por la espalda, y me toma de los hombros.
-¿Lista Ava? -me lo dice al oído, con su melodiosa voz que me hace flaquear, cierro los ojos y puedo sentir el roce de sus labios siseando por mi cuello- ¿Te parece si vamos a mi casa?
Envuelta en la espiral de placer, que me produce su tacto, asiento, y mi zona íntima suelta pequeños choques eléctricos que hacen vibrar todo mi cuerpo, hoy sera una noche maravillosa, me toma de las manos, se quita el saco y me lo pasa por los hombros.
Salimos del restaurante hacia el elevador, en cuanto las puertas se cierran enredo mis brazos en su cuello, estoy a solo un par de centímetros de su boca, el me toma de las caderas , pegándome a él.
-Vamos, preciosa ¿que esperas? -esta mordiendo su labio inferior.
Veo sus profundos ojos avellanos, clavados en los míos. Con mi nariz rozo sus labios, dejo un pequeño beso en la punta de su nariz. Él, perdido en el deseo, igual que yo, con su lengua recorre mis labios, haciéndome soltar un jadeo. Que el aprovecha, para tomar posesión de mi boca. Su lengua comienza a danzar con la mía, ninguna de las dos da tregua.
Sus manos van a mis glúteos, los aprisiona, y así de cerca, puedo sentir cada parte de su cuerpo. Me aferro a su cuello, haciendo el beso más profundo, nos separamos jadeando por la falta de aire.
-Ava detente o te haré mía aqui mismo -la visión de su cabello despeinado, la mirada encendida, los labios hinchados y entreabiertos, enciende mi ser.
Los jadeos, que salen de nuestros labios, y la respiración entrecortada, me hacen pensar, en una escena, sacada de una película erótica
Recargo la frente sobre su pecho, tratando de encontrar compostura a mi febril estado. La piel me arde, y mis bragas, están hechas un desastre, por la humedad que él provoca, con su puro roce.
Trato de mantenerme de pie, apretando las piernas, para mitigar las ansias, que van a parar a mi zona íntima. Me suelto lentamente de él , y me paro a su lado. Pero sigo aferrada a su brazo, siento que si lo suelto, me iré de bruces al suelo.
Llegamos por fin a su auto, me abre la puerta no sin antes abrazarme por la espalda y hundir la nariz en mi cabello.
—Dios Ava que bien hueles -me toma por la cintura, me pega a su cuerpo y puedo sentir el bulto en sus pantalones—, ¿sientes eso Ava, mmh? —yo asiento, con los ojos cerrados.
