CAPITULO 30 🦋

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—Ava, ¿que harás? —las manos me sudan, mi corazón late sin control, el hueco en mi pecho se hacía más grande a cada segundo, ¿cómo puede ser capaz de venir a confrontarme? después de lo que me hizo, no puedo creer que sea tan descarado para hacerlo.

Pensé en llamar a Jun, pero no podría hacerle eso, no le haría semejante cosa. Ella está pasando por muchas situaciones al mismo tiempo, mudarse de su casa, cancelar la boda, que su hermano este involucrado en un delito y como cereza del pastel su familia es la comidilla de la cuidad, no definitivamente no la llamaré.

Marque a la única persona en la puedo confiar, aparte de Jun, Yoongi.

—Linda ¿Todo bien? —al escuchar su voz mi llanto se desbordó, no podía hablar, sentí mi espíritu quebrase una vez más—. Voy para allá.

Corto la llamada, y abrace mis piernas y haciendome ovillo en el sillón.

—Tranquila Ava te prepararé un té —asenti secando las lágrimas que rodaban por mis mejillas, levanté la mirada y vi a Jungkook mirandome fijamente, con los puños apretados, pero estaba empapado en lágrimas—. Debe ser mucha la rabia que se guarda para llorar de esa manera.

Sun-hyo me dió la taza de te, la tomé en las manos, sin dejar de verlo. Había algo en su mirada, algo que me trajo recuerdos, pero no puedo creer que se sienta dolido o arrepentido. El ha preferido su orgullo sobre mi, que le pueda importar lo que yo sienta.

—No se preocupen, no las tocarán, puede estar tranquila Señorita Muller —uno de los policías trato de reconfortarme con sus palabras, pero lo cierto es que si de algo estoy segura en esta vida, es que Jeon siempre encuentra la manera de llegar a mi.

No puede dejarme en paz, es tanta su obsesión conmigo que casi pierde todo por su estúpida venganza a un problema inexistente. Yo lo amaba, lo adoraba, el era mi vida, pero un día todo cambio y mi mundo se vino abajo. Y justo cuando creí ingenuamente que podía ser feliz, aparece a joderlo todo. No se que busca pero no sé lo daré, me quiere ver en el suelo suplicando, no le daré el gusto.

Me puse de pie, respire profundamente, seque mis lágrimas. Debía ser fuerte por mi bebé y por JunSeo.

—Bien Kookie, vamos a ver qué mierda quieres —camine a paso firme, tanto como mis piernas temblorosas lo permitían, abrí la puerta, respire el fresco aire de verano, me pare frente a el y antes de poder decir algo, el perfume de Min inundó mi nariz, sentí sus cálidos brazos rodear mi cintura.

—Ya estoy aquí Ava —sus palabras acariciaron mi oído, senti su dulce aliento sobre mi piel, tome sus manos y con el, reuni el valor que me hacía falta.

—¿Que mierda haces aquí Yoon? Suelta a Ava —la voz fuirosa de Jungkook resonó por la calle, atrayendo las miradas cuirosas sobre nosotros, dió un paso más acercándose—. Que la sueltes —el miedo se apoderó de mi, pero no dejaría que me pasara por encima, no otra vez.

—¿Quien te crees que eres para venir a dar órdenes? —mi voz sonó más fuerte de lo que esperaba, lo que tomo los desprevenidos a todos, en especial a Jungkook, abrió los ojos con sorpresa, boqueo un par de veces sin llegar a salir palabras de sus labios—. Di lo que tengas que decir y lárgate Jeon.

—Linda vayamos adentro, para que te sientes, sigues débil —asenti y Yoongi se aferro a mi cintura para ayudarme a regresar al interior de la florería. Jk resoplo, y entraron detrás de nosotros, con Bangchan de por medio.

Me senté en el sofá con Yoongi a mi lado sentado en el posabrazos, tomando mi mano con fuerza. Sun-hyo acerco sillas para los Jeon y el inspector, aclare mi garganta antes de hablar.

—No tengo todo el día, al punto Jeon —acomodo su saco jalando de las solapas y levanto la mirada.

—Yo hablaré hijo, permíteme...

Atrapando una mariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora