Paternidad

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Me encontraba en el suelo tras haber sido golpeado en mis patas por esa odiosa Salazzle, sentí una ráfaga recorrer el lugar y al abrir los ojos la madre de mi nueva hija no se encontraba ahí.

Mi hija se acercó a mí con sus bellos ojos azules, iguales a los míos, levanté la cabeza para ver a Oranguru y Larvesta que estaban preocupados por mi situación. Escuché unos gritos desde el exterior y supe que Bianca estaba en peligro.

Vi la puerta un poco rota y sin pensarlo salté hacia ella con fe de que atinara mis patadas a la hostil que atacaba a mi familia.

-¡Te dije!-le grité en seco a esa inmunda junto con la primera patada que fue a su pecho-¡Que no te le acercaras!-terminé mi frase dándole otra patada más en su cabeza.

Debido al ataque que le di lanzó una bola de fuego envuelta en chispas parecidas a mechas de pirotecnia que fueron hacia unos árboles y empezaron un incendio de gran magnitud que sucumbió en pocos segundos casi toda la maleza que rodeaba aquellos árboles.

Cuando volteé vi a Oranguru y Larvesta viendo las llamas patidifusos mientras mi pequeña bebé iba con su madre ya alejada de Salazzle.

-¡Oranguru, llevatelas de aquí!-exclamé con convicción por lo que estaba dispuesto a hacer, regresé mi vista a las llamas que consumían con más rapidez los árboles de la jungla, por lo que supe que no seríamos los únicos en peligro-¡Evacua a todos!

Oranguru me vió con la mirada perdida, pero en un instante cambió su expresión a una calmada y se dirigió hacia la salida junto a Bia y la bebé.

Escuché las veloces pisadas de la poderosa Salazzle intentando acercarse a mi familia, por lo que corrí hasta estar tras de ella para detener al pokémon dominante mordiendo y jalándole la cola-No voy a dejar que les hagas nada-le dije determinado y con una mirada seria.

Seguí así hasta que vi que Oranguru junto a los demás se perdieran entre la vegetación y retomé un poco más de calma-¡Estupido Jolteon! ¡Suéltame!-Salazzle movió su cola para empujarme en dirección a las llamas que, al hacer contacto con mi cuerpo, me hicieron gritar sin remedio debido al dolor por las quemaduras.

A lo lejos pude ver a Salazzle intentando otra vez alcanzar a Oranguru y Bia por lo que nuevamente corrí a gran velocidad para llegar lo antes posible a detenerla.

-¡¿Pero qué?!-la escuché exclamar frente a mí mientras seguía intentando soportar el dolor que me causó realizar ese veloz movimiento a la vez que unas corrientes de energía eléctrica recorrían mi cuerpo.

-Ya veo-dijo mi contrincante cuando liberé cuanto poder me permitía mi estado actual-eres uno de esos pokémon especiales con los que los entrenadores suelen desafiarme ¿verdad?-luego escuche su inexplicable e incómoda risa que no mentire, me daba un poco de vergüenza ajena-De otra manera no podrías haberme llegado ni a los tobillos con esa "velocidad" que usaste al atrapar mi cola.

Yo me quedé callado frente a su intento de insulto al escuchar una voz en mi mente, era Oranguru avisando al bosque que huyan antes de que el fuego se expanda más.

Salazzle también escuchó el mensaje y me vió con una sonrisa socarrona-Afuera de la jungla ¿cierto?

-Un pokémon dominante que fue desechado y sustituido por un Marowak no podrá alcanzarlos ¿no piensas igual?

-¡Veo que no sabes con quién hablas!-me respondió enfadada por mi comentario. Lo siguiente que pude ver fue la cola de Salazzle intentando golpearme por la derecha, lo cual esquive situándose detrás de ella mientras al mismo tiempo cargaba un ataque.

-¡Ha!, No eres más que un idiota-me dijo alzando la voz mientras avanzaba hacia donde se fueron Oranguru y Bianca-acabas de dejar el camino abi--Salazzle fue callada al golpearse el rostro con una barrera que reflejaba la luz, barrera que usé luego de que Oranguru saliera de nuestro campo de visión.

La guía de supervivencia de BiancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora