¡Lo logré! Obtuve una beca, me gané estar en esa preparatoria por mis propios méritos. Después de tantas noches en vela y tanto estudio pude demostrarle a mi madre que podía conseguir lo que me propusiera sin necesitar ese dinero. El sacrificio valió la pena. Corrí hasta la casa de Noah para contarle la noticia.
—¡Amor, mi vida! —susurré al entrar por la puerta que milagrosamente estaba abierta. Caminé rumbo a su cuarto y...
—¿Hapril que haces aquí? —me dijo.
Otra vez no. No podía aceptar la escena que estaba presenciando una vez más. Se estaba follando a su vecina. La muy zorra cuando me vio se comenzó a vestir calmadamente con una sonrisa de victoria. No pude contenerme y me le lancé encima, comencé a golpearla con mis puños hasta que Noah me apartó y ella salió corriendo. Toda mi ira me la desquité con ella.
—¿Por qué? ¿Por qué me haces esto? —le recriminé llorando.
—Perdona, fue solo una vez y no volverá a suceder. Hapril mírame ¡yo te amo a ti!
Era mucho el circo para un solo payaso y tenía que acabar con su teatro, con su farsa. Yo no me merecía esto de él. El dolor, la furia, la adrenalina de la pelea; fueron el cúmulo de sentimientos que me hicieron sentir impotente y me llevaron a darle una bofetada...
—¿Qué me amas a mí imbecil? ¿Qué fue solo una vez? No me jodas. Te vi con mi sobrina.
—Yo... ¿por qué no me dijiste que lo sabías?
—¿Eso es lo único qué te importa? Noah lo nuestro se termina en este instante.
—No mi amor, no me hagas esto, yo no puedo vivir sin ti.
—Pues aprende idiota.
La impotencia detuvo mi llanto. ¿Cómo pude ser tan ciega? Le di todo de mí y ¿para qué? No quiero volver a pasar por esto, no me quiero volver a enamorar. Pasé días deprimida en mi cama. Noah logró que mis inseguridades como mujer crecieran a elevados niveles. Me sentía insuficiente pero en el fondo le extrañaba, o quizás necesitaba la rutina a la que ya me había adaptado, la verdad no lo sé.
Un mes antes de comenzar la prepa Noah insistió en retomar nuestra relación. Cada día me intentaba conquistar. Le vi llorar ante mis rechazos, vi como suplicaba mi perdón y mi corazón se abrumaba con cada una de sus lágrimas, no me gustaba verle así. La soledad me consumía y aún sentía que le quería así que le di una última oportunidad bajo la promesa de que jamás lo volvería a hacer. No creía en los cambios de las personas pero mi intuición me hacía creer que Noah me amaba.
Mi preparatoria era aún mejor de como me la esperé. Estaba convencida que mi torpeza me llevaría a perderme varias veces en ella, era enorme. Mi primer día fue increíble, sobresalí en las materias de letras y me di cuenta que las ciencias aquí eran bastante complicadas, tendría que estudiar muchísimo. Nos hicieron unas pruebas iniciales para comprobar que clase sería más difícil para los de primer año. Mi punto débil fue Matemática. Me asignaron un compañero de estudio para que me ayudara con mis dudas. Esta prepa tenía métodos raros pero eficientes. Me tocó un estudiante de último año, su nombre era Asher. Era un chico muy simpático, pasaba todo el día sonriendo y conocía prácticamente a toda la prepa. Su ayuda me fue muy útil, Matemática era sencilla cuando él me explicaba y con el paso de los días Asher se convirtió en mi primer amigo en ese inmenso lugar. Comenzamos a pasar mucho tiempo juntos, era un muchacho muy interesante. Los fines de semana regresaba a casa para pasar tiempo con mi novio. Me demostró que siempre tuve razón al no creer en las segundas oportunidades. Si algo aprendí con él en cuestiones de amor, es que si no quisiste bien a la primera tampoco lo harás a la segunda. La distancia despertó en él unos celos obsesivos sin razón alguna, no me dejaba ni tener amigos hombres. Aguanté a su lado tanto como pude, le gustaba hacerme ver incapaz e inferior al resto pero cuando se atrevió a humillarme cruzó la barrera de mi paciencia.
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Inefable
Mystery / ThrillerUn alma disidente puede llegar a amar y el corazón más inocente sería capaz de dañar, porque hasta las rosas más hermosas se marchitan en la obscuridad...