Capítulo 1

1.2K 341 60
                                    

¿Qué le pasaría a una joven si en su primer día de instituto fuese la más odiada?

Bueno, mi vida fue perfecta hasta que llegué a Landon Cors. Aunque... pensándolo bien, realmente no había nada de perfección en ella, más bien pienso que fui un imán de mala suerte, pero sin duda, esto me logra rebasar.

Y allí me encontraba, en aquel sucio y desagradable baño, mirando el móvil, después de un terrible accidente; el cual cambió mi vida social por completo. Tan grave que en ese lugar, la mayoría de los letreros escritos, tenían mi nombre y frases ofensivas.

"Tonta", "Deberías desaparecer", "Imbécil", "Te odio ". Y créanme, cada vez que leía un nuevo insulto allí dentro, se hacía cada vez más fuerte.

Nunca pensé, que en mi primer día de instituto, tuviera que esconderme de todos como si fuese una cucaracha; mucho menos, que sería por algo que no hice con intenciones de lastimar, pero a todos les daba igual mi perspectiva sobre lo ocurrido y mi versión sobre los hechos.

El chillido de la puerta siendo abierta, me asustó tanto que se me cayó el móvil al suelo. Una vez lo tomé en mis manos, levanté la mirada para observar quién era. Para mi sorpresa, era un chico, su cabello era rubio, ojos azules y con un cuerpo muy bien formado. No entendía qué hacía allí, ya que era el baño de las chicas.

—¿Qué haces aquí? —le pregunté confundida y a la vez asustada.

Mis manos empezaron a sudar y los nervios invadieron mi cuerpo. Aunque viéndolo de otro modo, si él fuese como los demás, no me hubiese dejado ni hacerle aquella pregunta.

No había sido una bienvenida muy agradable que digamos, de este día, me esperaba lo peor.

—¿Eres imbécil?, este es el baño de los chicos —suspiró como si intentara no perder la paciencia, mientras sus hermosos ojos azules entraban en contacto con los míos, captando toda mi atención.

No sabía el motivo, pero aquel chico me transmitía buenas vibras. En sus ojos no se veía esa ira y rencor hacia mí; como todos los demás.

Estaba confundida, esto era lo que me faltaba para que mi día fuera todo un caos, o mejor dicho, para que empeorara. No sabía que responderle, por lo que agaché mi cabeza de la vergüenza que sentía, apreté el móvil entre mis manos y salí del baño, sin mencionar una sola palabra.

—Eres la Serpiente ¿verdad? —pregunta antes de que lograra salir al pasillo.

Un suspiro se me escapó, al oír aquel terrible apodo que me habían puesto.

—Sí, soy yo —aclaré mi garganta, para controlar la ira que me transmitía ese terrible nombre.

—Siento mucho lo que te pasó, no quisiera estar en tu lugar este año, bueno, el resto del instituto... —menciona. Entre sus palabras se podía percibir una pizca de lástima hacia mí.

Pensé que me iba a consolar y no me dijo nada que no me hubieran dicho este día, sin dejar de lado los múltiples insultos. Pero a diferencia de todos, su tono era diferente, ya que las otras personas me lo decían con desprecio y él, con lástima. Una vez aquel hermoso chico me dijo esas palabras, dio media vuelta y yo seguí mi camino. Si aquellas cosas horribles de mí, las decía en el baño de los chicos, no me imaginaba lo que pudiera encontrar en el de las chicas.

Una vez salí al pasillo, todos se me quedaron mirando, había captado nuevamente su atención; para mi sorpresa, hallé raro que no me gritaran ofensas reiteradamente. Para mí era algo bueno, no me podía quejar, por lo menos me dejaron respirar por un momento, aunque mis nervios eran inevitables al tener todas las miradas encima de mí. Apreté mis puños para controlar la tensión y cuando iba a entrar al salón, un chico vestido totalmente de negro, se encontraba justo en medio de la entrada, bloqueándola. Iba a evitarlo, pero me tomó por los hombros bruscamente y me pegó a la pared. El miedo y la parálisis se habían apoderado de mi cuerpo. Estaba tan cerca de mis labios, que podía oír su jadeada respiración y la misma, golpeaba mi rostro. Por un instante pensé que me iba a besar, pero su mirada me hizo pensar que mínimo me mataría.

El amor de la Serpiente ¿QUIÉN ES? (Saga EADLS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora