El amor de la Serpiente ¿QUIÉN ES? (Saga EADLS)

Parte 19💜

Estaba nerviosa, ta vez la idea de ver la película no había sido la mejor.

—Oigan chicos —nos llama Abran el cual se encuentra frente al enorme televisor. —No pude encontrar la primera parte de la peli en Netflix, pero la segunda sí ¿La veremos de todas formas? —pregunta Aban un poco emocionado.

—Si, no importa —respondió Héctor. —Después de todo, he oído que es una película muy ho... —se detiene antes de terminar la palabrita magia, Hot.

Abran toma el mando del televisor y pone la película. En cuanto puso la película se dirigió rápidamente hacia donde estábamos nosotros.

—Oye Serpi ¿porqué no te sientas en medio de nosotros dos? —comenta al notar que estaba en una esquina, al lado de una ventanilla.

Accedo y me siento en medio de los dos Titanes. La chica del carrito se acercó a nosotros con tres paquetes enormes de palomitas de maíz.

—¿Cual prefieres? —preguntó Héctor una vez que leído los nombres, un paquete era de queso, otro de mantequilla y el último era de palomitas de chocolate.

—El de chocolate —respondí rápidamente. Me podía considerar una de esas personas adictas al chocolate.

La chica se marcha y Aban toca el botón de play para empezar con la película. Pasaron solamente cinco minutos de la película y ya estaba un tal Máximo con una chica rubia vestida de novia cogiéndose encima de una mesa. Los miré a ambos y al parecer ellos si estaban aprovechando la escena porno al máximo.

No lo podía negar la película estaba interesante. Miré para Abran y él me miró a mi. Extendió su mano y la puso en mi pierna. No podía explicar la sensación que me transmitía el simple hecho que me tocara. Héctor nos miró y colocó su mano en mi otra pierna, la sensación se multiplica por dos. Héctor se acercó a mi oído.

—¿Te gusta la película? —me dijo, sus labios tocaron mi oído y no pude evitar suspirar.

—No te pone —murmuró Abran en mi otro oído, mientras si respiración golpea mi cuello.

No lo podía negar sí me ponía, pero no podía darlo a conocer.

—Mira, mira otra escena más —me levanté rápidamente y apunté hacia el enorme televisor.

Una sonrisa bailaba en sus labios. Madre mía menuda escena. Un hombre encima de una mesa y encima una mujer echándole por todo el cuerpo como una especie de merengue o algo así y ella se lo limpiaba poco a poco con sus labios y lengua.

—¿Quieres intentarlo? —pregunta Abran de broma, pero con una sonrisa pícara en sus labios.

Me quedé en silencio y no sabía si eso para él era una especie de si o no. Después de aquella escena el piloto del avión apagó las luces y nos quedamos profundamente dormidos.

                 💜Al otro día💜

Nos despertamos, eran las 8:30 am ya faltaban solamente 10 minutos para aterrizar. Miré por la ventana y ya todo se tornaba de color blanco por la nieve.

—Hola a todos ya vamos a aterrizar, no olviden colocarse los cinturones de seguridad y espero que tengan un feliz día —avisó el copiloto del avión.

El aterrizaje duró menos de 5 minutos, no podía negar que me dió un poco de miedo el aterrizaje, pero por suerte todo salió bien.

—Vamos —índica Héctor una vez que el avión abrió las puertas. Nos colocamos los enormes abrigos y salimos.

Bajamos las escaleras, me había quedado en chok el hotel era aún más bello que como yo me lo imaginaba. Estaba pintado de color azul con detalles en negro y blanco. Tenía un inmenso árbol justo en enfrente el cuál tenía mucha nieve y hielo encima.

Entramos al hotel, el piso estaba echo de una especie de mármol de color azul oscuro, con copos de nieve tallados de color negro. Entramos a la recepción del hotel y detrás de nosotros un joven muy guapo con nuestras maletas.

—Hola, estamos aquí para una reservación que había echo mi familia para una boda —saludó Abran con una cálida sonrisa.

—Oh sí —dijo el chico al darse cuenta de la presencia de Abran —¿Cuántas habitaciones había reservado su familia para ustedes? Perdón por la pregunta se que es muy poco ético de mi parte. Pero es que en estos días el hotel había tenido mucho tráfico de personas —dice el joven apenado.

—Si son 3 habitaciones simples —respondió Abran.

El joven de la recepción puso una cara de vergüenza y empezó a revisar en su computadora. —Lo lamento solo hay 1 habitación.

—¿Como que una habitación no es posible, mis padres reservaron una para cada uno? —dijo Abran un poco alterado.

—Lo lamento joven, pero como te había dicho anteriormente el hotel está totalmente lleno, solo queda una habitación doble —respondió el joven apenado.

—Pero cómo es posible menudo hotel y eso que dicen que es el mejor de todo el país, Abran ya estaba a punto de colapsar.

—Bueno joven tomaremos la habitación. —Héctor agarró a Abran por el brazo y aceptó la propuesta del joven.

Madre mía lo que se avecina.

Aquí les dejo una serie de preguntas para saber que piensan 😊

¿Que pasará en esa habitación “doble”

¿Ustedes se arriesgarían a dormir con los Titanes?