9. Maldito/bendito animal!

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- Quieres dejar de maullar de una vez? No me dejas oírme a mi misma!!
Si Alicia estaba desesperada por los maullidos del animal, Germán no estaba mejor. Era consciente de que podía estar molestando y se vio obligado a tomar una decisión precipitada. Como si estuviesen sincronizados ambos vecinos abrieron la puerta a la vez.
- Vas a sacarle a pasear? - Preguntó Alicia al ver que Germán iba vestido esta vez.
- Voy a devolverlo en verdad.
- Pero lo acabas de adoptar! Iba a decirte que podías abrir el balcón, creo que lo único que hizo fue dormir en el sofá y... Es un sofá viejo... Supongo que no me importa si el animalito quiere entrar y está bien ahí, en silencio.
Germán se quedó muy sorprendido, eso sí que no se lo esperaba para nada.
- No sé si es buena idea, en la asociación ya me habían advertido que era posible que no se adaptara, es un gato mayor, tiene su carácter, me dijeron que podía cambiar de idea y devolverlo en cualquier momento.
- Bueno, si es lo que quieres... - dijo mientras hacía intención de cerrar la puerta.
- No, no, no es lo quiero en realidad, pero... Tampoco quiero problemas con los vecinos, soy nuevo y quiero encajar y esta finca es magnífica y...
- Sí, sí lo es - Alicia se enamoró en el mismo hall del edificio sin llegar a ver el apartamento en su interior - hazme un favor y no devuelvas al gato, al menos no hoy, no de momento, me sentiría demasiado responsable y no es algo que me apetezca justo ahora. Déjale entrar!
Germán abrió el transportin y Comisario corrió dentro de casa de Alicia.
- Deberías apuntar mi número, ya sabes, por si se me olvida abrir el balcón y no quieres llamar al timbre entrada la noche....
- Está bien! - sonrió Alicia.
Pero no tuvo necesidad de ser salvada de nuevo del gato. Fue más bien el gato quien la salvó a ella, porque mientras le acariciaba y escuchaba su ronroneo, las ganas de contactar con Raquel fueron disminuyendo hasta desparecer.
Aún así una pequeña parte de ella sentía que le estaba fallando, Raquel había salvado sobretodo su infancia pero también su adolescencia. Las cosas se habían torcido mucho desde luego, pero pensar por el calvario que estaría pasando no la dejaba indiferente.

Inspectora SierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora