8. Germán.

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El nuevo vecino en el edificio, un chico sociable pero discreto, celebró una fiesta de inauguración a su llegada, a la que Alicia puso una excusa para no asistir, pero por lo demás era tan invisible como el resto.

- Hola inspectora! - le dijo esta vez con una sonrisa nerviosa en el rellano.

Alicia le miró sorprendida sin dejar de darle la espalda mientras abria la puerta. Llevaba pijama, sin duda no iba a la calle...

- Perdona que la moleste pero es que Comisario ha entrado en su casa y...

- Miaaaaaaaauuu!

Alicia dio un salto hacia atrás pues ese gato había salido de entre sus piernas desde dentro su casa.

- Lo siento, lo siento... Se ha asustado? Trataba de avisarla antes de que abriera, pero es usted muy rápida - seguía sonriendo nervioso - lo siento otra vez.

Alicia, que se había girado completamente hacia Germán, le observaba atentamente y de forma bastante intimidante.

Se preguntaba porque estaba tan nervioso sin poderse imaginar que ella era el motivo.

- Es el primer dia de Comisario en casa, es muy curioso, se ha colado por el balcón y por más que lo he estado llamando no ha servido de nada, aún no me conoce...

Lo que le faltaba para rematar el día, Germán seguía hablando nervioso, pero Alicia no le escuchaba, solo quería entrar en casa y comprobar que todo estuviera bien.

- No importa, de verdad, no importa - intentó ser amable - vigile mejor a su gato la próxima vez!

Y cerró la puerta sin decir ni adiós. Su casa seguía oliendo a azahar. Menos mal. Cuando salió de la ducha volvió a dar otro salto atrás.
- Comisario joder! - lo dijo muy enfadada, pero al escucharse a sí misma se empezó a reír a carcajadas como hacía años que no se reía - Comisario! Jajajajaja! Quien te pondría ese nombre? Vamos baja de mi sofá, venga, vamos vamos vamos... - Pero el gato la miraba como si no fuera con él la cosa.

- Hola.... - hizo un esfuerzo por acordarse de su nombre, no le salió - Tu gato está en mi sofá y no quiere bajar.
- Oh, sí, lo siento, lo siento, es que lo he adoptado hoy y...
- Si, ya - le interrumpió - puedes sacarlo por favor? - dijo mientras le invitaba a entrar en casa.
- Yo?
- Sí, tu! Es tu gato, no?

Germán entró avergonzado pero encantado a la vez, esa mujer le había robado el corazón desde el primer segundo pero la veía tan inaccesible como un búnquer, estar en su casa, era un paso gigante para él. Cogió al gato en brazos y salió, cuando se giró para despedirse Alicia ya había cerrado la puerta. Dejó suavemente al gato al suelo y con bastante desánimo cerró la puerta lentamente, hasta que vio como Comisario volvía a salir corriendo hacia el balcón.
- Espera! No! - se puso las manos en la cabeza
Unos segundos más tarde estaba Alicia abriendo la puerta otra vez.
- Deberías cerrar el balcón primero antes de venir a por él esta vez.
- Si, claro, voy enseguida.
Germán se disculpó otra vez más, de todas las formas posibles de acercamiento que había imaginado, en ninguna era tan patético. Estaba decepcionado.

Inspectora SierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora