El silencio hace más ruido que nunca.
Escucho tu risa en el ruido del parque.
Tu figura resalta en cualquier trazado a lápiz.
Te noto conmigo a pesar de estar lejos.Cuando la compañía era frecuente,
y no había reuniones extraordinarias.
Cuando no llorábamos despedidas,
y nuestra religión volver a vernos.En ese triste momento,
de permanencia en el tiempo,
el cambio se hizo notar,
te tuve que dejar atrás.Enamorado de esa seda blanca,
y del rastro azabache que marcaba presencia,
buscando tu dulce melodía,
ruidos ininteligibles a los ajenos.Soñaba con mirar al mar,
una y otra vez sin parar,
preguntándome si algún día
se juntaría,
tu palabra con la mía.Desear ese momento,
una disputa silenciosa,
la ruptura de la calma,
la calidez de tus labios.Quién pudiera algún día,
mirar esos ojos azules,
que delatan suma inocencia,
para decir buenos días.Ya no es más tu presencia,
que una dolorosa ausencia,
que martiria al corazón,
marchito del cruel frío.Aún la duda alborota,
con un molesto ruido
plantea sobre la mesa,
un curioso dilema.Un burdo engaño,
una historia falsa,
una inocente mentira,
un puzle que no encaja.Que tus pensamientos son discordes
a aquello que tu dices,
que a pesar de leer poesía,
te decantes por el pintor.
ESTÁS LEYENDO
Eat a candy when you are going to sleep
Non-FictionPensamientos y sentimientos. Emociones varías plasmadas en texto, justo cuando los sentimientos alcanzan su punto álgido. Una combinación peligrosa pero dulce y atractiva, que atrae con su tentativo aroma. ¿Hay algo más apetecible que saborear la du...