[ ☦ ]
Aquella noche, canturreé mientras preparaba la cena.
Quizá eso de que nos hubiéramos quedado atrapados por la nieve durante algunos días no fuera lo peor del mundo.
Hasta el momento, todo había ido muy bien.
Aquella tarde, Minnie y yo vimos un rato la televisión.
Cuando nos cansamos de las noticias y del tiempo, nos fuimos a la biblioteca.
Él se sentó frente a la chimenea y yo a mi escritorio, donde fingí trabajar, pero en realidad estaba leyendo una lista de citas de Shakespeare.
Apolo nos seguía a todas partes, y Minnie y yo nos turnábamos para sacarlo a pasear.
Estaba a punto de abrir una de mis latas sin etiquetar.
Cerraría los ojos, esperaría lo mejor y, si todo salía conforme al plan, prepararía una deliciosa salsa marinera.
Minnie estaba en la cocina.
Se había sentado detrás de mí y estaba bebiendo una copa de vino tinto.
Me sorprendió que decidiera quedarse allí mientras yo cocinaba.
Normalmente siempre se iba a la biblioteca.
Cuando recogí el abrelatas, se puso de puntillas detrás de mí para ver qué contenía la lata.
— Sólo quiero asegurarme —me explicó.
Latas sin etiquetar.
¿Quién me iba a decir que nos iban a entretener tanto y que llamarían nuestra atención de aquella forma?
Dejé el abrelatas y abrí la tapa con cuidado.
— Tomates —dijimos al unísono, cuando vimos el contenido.
— ¡Vaya! —exlamó él— yo esperaba que fueran lenguas de vaca encurtidas o alguna parte del cuerpo incriminatoria.
Pinché un tomate con el tenedor.
— Ha sido un poco anticlímax, ¿no crees?
— No.
Volvió a apoyar los talones en el suelo.
— Es mejor saberlo.
— Tienes razón —convine— Y con esto vamos a hacer una cena deliciosa.
Puse los tomates en la sartén que tenía preparada.
El olor de los jugosos tomates se mezcló con el aroma de las cebollas doradas y los champiñones.
Minnie no volvió a la mesa; decidió quedarse detrás de mí.
Yo miré la encimera y lo recordé allí sentado, mientras escuchaba en mi cabeza las palabras que me dijo mientras la poseía:
«Más fuerte. Por favor, más fuerte»
— Huele bien —comentó, mirando de nuevo por encima de mi hombro.
Si me daba la vuelta, le desnudaría en menos de diez segundos.
— Ve a sentarte —le pedí— Me gustaría poder disfrutar de una comida caliente en algún momento del día.
Él no se movió.
— El desayuno nos los hemos comido caliente y la comida también —hizo una breve pausa— Por lo menos la parte previa a la comida.
— Jimin.
ESTÁS LEYENDO
✔ ☦Đø₥ιɳαɳтɇ☦² 【YM】
De Todo✧°. * ・ 。゚ • • • ☆゚. * ・ 。゚ ↬ Libro 2 perteneciente a la Saga: §ᏬɱιʂιóᏁ, la cual consta de tres libros. ✧°. * ・ 。゚ • • • ☆゚. * ・ 。゚ «" La rosa roja susurra de pasión, y la rosa blanca musita de amor. "» ✧°. * ・ 。゚ • • • ☆゚. * ・ 。゚ Min Yoongi, el b...