Encuentro

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-Te juro que haría lo que fuera por recuperarte, si necesitas tiempo te lo doy, yo sé que vos y yo podemos volver a intentarlo, podemos reconstruir todo; ambos nos hemos equivocado, lo sé más yo, pero miranos, este amor es eterno, no se extingue, mi amor por favor decía Charly acercándose a Yeimmy suavemente.

Yeimmy no decía nada, pues estaba anclada a esos ojos azules que la estaban mirando a pocos milímetros de su boca, en un acto involuntario en contra a su razón, se acercó para besarlo.

Charly la tomo del rostro para sentirla aún más y ella lo agarraba del cuello, pegándole a ella.

Fue un beso largo, un beso de dos bocas que habían estado extrañandose durante tres largos años.

Yeimmy se separó y unió su frente contra el.

-Vamonos para mí hotel le dijo Charly cerca al oído

Ella acepto, pagaron la cuenta y se fueran a toda prisa dónde se estaba hospedando Charly.

No hubo más conversación, solo ellos dos, despojándose mutuamente de la ropa que llevaban puesta, de manera desesperada.

Charly recorría a Yeimmy con sus besos y manos, Yeimmy acariciaba su cabeza mientras lo hacía.

Se estremecía, como solo Charly podría lograrlo.

-Es mi destino que tus besos siempre vivan en mi cuerpo... Le cantaba Charly suave al oído

-No me cantes, no me hagas arrepentirme dijo Yeimmy tapándole la boca

-Lo que tú digas, decía Charly volviendo a bajar con besos.

Las ventanas del lugar se empañaban y ellos disfrutaban al máximo la cercanía de sus cuerpos, cercanía que hace tiempo no tenían y que estaban añorando desde el primer instante que se volvieron a ver.

Fue un momento de placer desmesurado, de satisfacer sus deseos, sus necesidades carnales. Fue un reencuentro físico anhelado, pero no pasó hacer más que eso.

Apenas terminaron Yeimmy se levantó tomo una ducha se vistió y salió.

Charly intento detenerla, pero ella le dijo muy claro

-Quería estar con vos, vos conmigo, no era más, no significó más, solo fue sexo, acéptalo, ya estamos grandes para andarnos con pendejadas.

Aquellas palabras dejaron mal a Charly, pues para el aquel encuentro había significado todo, todo menos un simple encuentro sexual.

Yeimmy llegó a la casa, algo cansada.

-¿Y estas horas? Pregunto Erick quien era el único despierto todavía.

-De verdad mi amor, no tengo quince años para darte explicaciones de que hago o no con mi vida, discúlpame

-Podrias haberme avisado que te demorabas estaba preocupado

-Ya llegué despreocúpate decía dandole un beso en la frente

-Tienes todo el labial corrido murmuraba  con tono suave Erick

-Ya lo sé, ya lo sé, también tengo derecho sabes, estoy mamada de solo pensar en ustedes, en que estén bien ¿Quien piensa en mi? ¿Crees que todo ha Sido facil para mí? Llevo casi cuatro años ocultando como me rompó por dentro, estoy mamada, de fingir estar bien para todos, creo que llegó el momento de ser egoísta, y si tengo el labial corrido, y si tuve un sexo exquisito, así como vos lo has tenido, no me juzgues.

-Hasta acá hueles a trago decía Erick amargado.

Yeimmy sacaba un billete de cincuenta de su billetera y lo ponía en el comedor.

-Mira cómprate una de guaro, a lo mejor te ayuda y te quita ese mal humor.

Yeimmy se dirigió a su habitación y echo candado, lo último que quería era escuchar cantaleta de Erick.

Se colocó los audífonos y empezó a reproducir reflejo,comenzaba a dejar caer lágrimas por su rostro mientras recordaba su juventud con el y en la cárcel, luego escucho mi destino y las lágrimas caían con mayor frecuencia, aumentando el caudal de su llanto, finalizó con alma, dejo que terminara. Se fue al baño de su habitación, se lavo la cara, se sentía algo descansada pues necesitaba desahogar un poco su dolor.

Saco unas fotos del día del nacimiento de Mirari, empezó a observarlas con nostalgia, a recordar cuando se enteró de que iba a ser mamá, de su nacimiento, de sus primeras compras, recordó la canción que le cantaban antes de ir a dormir.

Quien se imaginaria que ella no estaba mucho con Mirari porque sentía que lo tenía todo, no había de que preocuparse y de un día para otro todo parecía haber sido solo una ilusión pasajera.

Volvió a guardar las fotos, y comenzó a recordar su vida con Emilio y con Juan, sonrió al recordar momentos bellos, pero a la vez recordaba que el no le transmitía esa misma química qué sucedía con Charly.

Luego de pensar y recordar tanto, llegó a una conclusión.

Ella comenzó una nueva vida, pero no fue capaz de conocer gente nueva, se limito a las mismas dos opciones desde que era una niña, Charly o Juan, su único pecado fue no mirar más allá, tantos hombres en el mundo y debía de haberse quedado solo decidiendo y sufriendo por dos. Aunque ambos le habrían brindado algo bonito, sentía que se merecía más, que necesitaba salir de esa burbuja, conocer gente, pensar por ella misma y para su propio bien, dejar de pensar en Erick, en emilio, en Mirari, en los demás primero que en ella misma, pues por eso, no había logrado experimentar, gozar de la vida, perdió sus mejores diecisiete años, ya lo sabemos de memoria, pero no ocupo en recuperarlos, recuperar las fiestas perdidas, los amores pasajeros, las borracheras sin memoria, la salida con amigos.

Estaba decidida, se iba a poner como prioridad a ella misma, a sus deseos, a sus impulsos, nadie le iba a impedir cumplirlos, Mirari sería su acompañante,  no su ancla, no sé preocuparía por nadie más que no fuera esa pequeña que dependía física y emocionalmente todavía de su madre.

Se acostó y descanso sin pensar más, mañana sería un nuevo día para empezar de cero.

Corazones RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora