Capitulo 10.

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Mis ojos comienzan a abrirse lento, la luz del sol que entra por la ventana de su habitación me hace pasarme la mano por encima de los ojos, en la parte baja de mi abdomen siento un peso de más que no es parte de mi.

Su brazo estaba en mi cintura, el estaba cerca de mi; podia sentir su respiración mezclarse con la mía estaba todavía dormido pude apreciar lo lindas que eran sus pestañas que casi acariciaban sus pómulos de lo largas que eran, las mejillas de Zach siempre tenían una tonalidad rosada.

Mi vista bajo a sus lindos labios, que el día anterior me habían besado con una emoción que ni yo podía imaginar; alcé mi brazo para hacer pequeñas caricias en sus lindas mejillas y luego comenzar a jugar con su cabello muy despacio para no despertarlo.

Se removió, quite mi mano no quería que me encontrará jugando con su cabello con la mano que no estaba sobre mi cintura se la paso por los ojos y soltó una respiración pesada.

— Dime que no hicimos nada indebido — su voz sonaba ronca.

Reí — No — dije y puse mi mano en su mejilla.

Me atrajo más hacia el.

— No me hubiera molestado si llegábamos a otra cosa.

— !Zach! — le dije apenada tapándome la cara con ambas manos.

— ¿Qué? No dije nada malo.

— Lo que tú digas Zach Jones.

— Mi nombre suena bien cuando lo dices tú, pero me gusta más cuando me llamas pastelito.

Me recosté en su pecho. Él comenzó a dejar caricias en mi pelo.

— A mí me gusta más cuando me llamas darling. —

— Yo le digo así a usted señorita — Ambos nos comenzamos a reír.

Me gire; casi quedando encima de el lo tenía casi a unos centímetros de mi. Sus labios parecían muy tentadores quería volver a besarlos volver a saborearlos, lamí mis labios y volví mi vista a sus ojos.

— Si quieres besarme hazlo yo no me quejaré —.

Sus ojos eran profundos, tanto que te perdias en ellos.

Me quise resistir y decirme a mí misma que quizá solo había sido la diversión de Zach por una noche y que se olvidaría de mi, pero también lo miraba a los ojos esos ojos dónde me perdía y ellos me decían que él no me abandonaría que se quedaría conmigo siempre.

Pero yo también dudaba, como era posible que el se enamorara de mi de la noche a la mañana. No quería sobrepensar las cosas pero eso me tenía asustada.

Le di un corto beso, y me separe de el, notó no gesto y me observo por unos momentos; acaricio mi mejilla y acercó sus labios a los míos dejando cortos besos en ellos. El último se intensificó demasiado que no siquiera me atrevo a describirlo.

Cuando nos separamos ambos respirábamos pesadamente nos costó volver a la normalidad.

El se levantó de golpe. — tengo que ducharme, tu puedes ducharte en el sanitario que está afuera a la derecha si quieres. —

Solo asentí. Si quería tomar una ducha por qué tenía que reanimarme.

Me levanté estirando mis brazos y bostezando tome mi teléfono entre mis manos y revise las notificaciones.

Pero no le preste atención a las primeras que leí.

Me encamine al sanitario entre encendí la luz y estaba todo en su lugar muy bien acomodado. Me daba un poco de nervios mover algo y que no quedará en su lugar. Me mire al espejo estaba muy bien para haber llegado en la madrugada, nada de ojeras.

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