Capitulo 17.

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Nos dirigimos a la parte trasera de la casa, está no dejaba de sorprenderme.

Había una mesa de madera pulida con unos cuantos años de antigüedad no se quizá unos cincuenta.

El abuelo de Zach, puso un gran mantel de color blanco encima de la mesa y puso uno más pequeño de color dorado encima del otro, Su padre soltó un quejido diciéndole que él cree que la mesa se ve mejor como estaba antes.

- ¿Ah qué si, se ve más linda sin manteles? Vamos Lia apóyame - me dijo guiñando un ojo.

- Se ve linda de ambas formas, a mí me gustan las dos - no quería entrar en dilema así que preferí dar esa respuesta.

- Papá, abuelo - dijo Zach intercambiando miradas con ellos - tan pronto están abrumando a mi chica con sus tontas discusiones - dijo mirándolos serio.

- Vamos hijo no son tonter...-

El sonido de mi teléfono interrumpió la plática que estábamos teniendo en ese momento, le dije a Zach con la mirada que ya volvía, y me aleje del lugar a paso lento. Mire el nombre de quién me estaba llamando.

Max.

Decidí responder y no supe por qué.

- estás con el imbécil de tu novio ¿cierto? - estaba molesto, pero su voz se oía rota.

- buenos días a ti también Max - el sarcasmo era notorio en la mía - si estoy con el ¿Algún problema? -.

- No te conviene Lia, yo soy mejor que el - soltó un bufido.

- No tengo tiempo para tus estupideces adiós, - sin decir más, y sin esperar respuesta colgué.

Me di la media vuelta sobre mis pies, y me dirigí a dónde estaban, sentí que mi cara ardía de coraje pero me repetí una y otra vez, respira, respira, respira. Me citue justo al lado de Zach en la banca.

Se acercó a mi oído a susurrar algo - ¿Te ves molesta ocurrió algo? -.

Hablé lo más bajo que pude para que su familia no se enterará de todo lo que había pasado antes. - Si, Max pasa, - solté un bufido de molestia.

- ¿Te llamado solo para molestar? - sus cejas se alzaron en molestia, y yo asentí sin poder argumentar una palabra.

- Tu teléfono, ahora - me tendió su mano para que se lo pasará.

- ¿Qué? Pero que estás..- me lo devolvió.

- Listo bloqueé su número, para que no vuelva a molestar - me sonrió.

- Gracias..- le devolví el gesto con una diminuta sonrisa.

Su mamá llegó con un plato lleno de pequeños panqueques que se veían muy apetecibles, me encantaban los panqueques.

En la mesa había todo tipo de alimento, no quería decir que nunca había visto una mesa tan repleta de comida, en mi familia hacíamos lo justo, para que no sobrará comida, cocinamos lo que comeríamos.

Había jalea de fresa y arándanos, leche de muchos sabores como la fresa o el chocolate, un termo con café, un par de sodas de diferente sabor Pepsi o Coca - cola, yogurt, fruta picada, manzana, plátano, durazno, mandarinas, huevos estrellados, revueltos, un poco de pasta y tacos, por supuesto no podría faltar el agua natural y ensalada.

Sin notarlo me lamí los labios.

- Deberíamos de dar las gracias, ¿Lia te molesta? - hablo Cristina y yo negué dándole a entender que no me molestaba en lo más mínimo.

- Bien tómense de las manos -

Yo tomé la mano de Zach y con la otra la de su papá, y así hasta que formamos un círculo.

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