Aún traia la ropa de Zach me sentía cómoda con ella tanto que me podía acostumbrar a ella. Él en cambio se había puesto un atuendo muy sofisticado. Traía unos pantalones olgados con un suéter gris que decía no muggle creo que le gustaba Harry Potter al igual que a mí, traía unos tenis de color blanco con agujetas grises.
Era una convinación buena no podía negarlo.
Bajamos las escaleras para ir al garage, la casa de Zach era demasiado grande a comparación de la mía. Pude observar parte de la cocina tenía una barra algo grande para solo tres personas tenía tonos grises y unos bancos grandes para tomar asiento. Tenía un lavaplatos amplio todo parecía estar acomodado a la perfección que te daba temor tomar algo y arruinar todo.
La sala de la casa era casi igual a la cocina. Tenía dos sillones en forma de L que tenían encima unos cojines negros muy bien acomodados en el centro de la sala había una pequeña mesa de madera algo antigua que se veía muy costosa.
Mire las paredes que llamaron toda mi atención, en ellas había muchos cuadros con fotos de Zach, una donde estaba pescando, en el parque, en su fiesta de cumpleaños etc. Casi me quedo enbobada viendo las fotos.
Mi vista giro hacia Zach que me miraba con una sonrisa algo divertida.
— Oh yo..yo lo siento suelo distraerme fácil — jugué con mis brazos algo nerviosa y apenada.
— Tienes que aprender a decir lo siento cada que hagas algo que piensas que a las demás personas les molesta — dijo guiñando el ojo.
— Está bien — dije riendo como una niñita pequeña.
Era temprano como las siete y treinta de la mañana, entramos al garage y Zach me abrió la puerta del copiloto para que entrara en el auto. Dió la vuelta y el hizo lo mismo, encendió el motor y con un botón automático la puerta del garage se comenzó a elevar dando paso para que saliéramos.
La carretera estaba vacía fue fácil llegar a casa, estaba como a veinte minutos de la casa de Zach en auto.
El camino fue silencioso pero no del incómodo si no del que decía muchas cosas pero sin decir nada.
Tan solo pensar en lo que pudimos llegar la noche anterior tan solo pensar eso un color carmessi tomo de nuevo mis pequeñas mejillas.
— En qué piensas — Zach me dijo eso sacándome de mis pensamientos
— Oh — me rasque la frente — yo.. en nada — solté una risa que delató todo.
— Oh ya veo —. Dijo con algo de nervios — yo también lo he pensado durante la mañana.
Bien no era la única que pensó en qué hubiera pasado si llegábamos a algo más.
— Estoy nervioso — dijo mientras daba pequeños toques al volante que daban a entender que de verdad lo estaba.
¿Pero por qué lo estaría si el es el chico con tanta fama que se ve que nada ni nadie puede ponerlo nervioso?
Mi mente cambio repentinamente de pensar y lo único que hice fue pensar en Max ¿Que había ocurrido ayer con el? ¿Por qué hizo eso?
— Max — solté sin pensarlo.
— ¿Que hay con el? — preguntó.
— ¿Por qué actuaría de esa manera el día de ayer? —.
— Por que es un estúpido — dijo un poco molesto.
No supe cómo reaccionar. No dije nada, quería mandarle un mensaje de texto pero me resistí y me dije a mi misma que lo haría cuando estuviera sola.
ESTÁS LEYENDO
Te Amo Tres Millones
RomanceGracias a un balón de baloncesto, estos dos se conocen sus miradas chocan... ¿ambos se enamoran? O uno de los dos ya estaba enamorado desde hace mucho tiempo siempre has sido tu...