Capítulo 5: Promesas

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Aquella noche estaba fría y oscura, iluminada solo por la fogata en la cual se estaba hirviendo un poco de agua, el joven N aún continuaba leyendo en su teléfono... Esa noche estaba tan callada, como si el mundo se hubiera detenido por un breve tiempo, los pájaros dejaron de cantar, el humano de trabajar... Las estrellas dejaron de brillar, todo en una perfecta alineación. ¿Y qué pasó después? Todo ser viviente cayó en un sueño profundo, todos durmieron...

Aquella lectura siempre dejaba a N muy pensativo, le hacía pensar en la voluntad de poder, la voluntad de poder es el mismo devenir de la vida. Podría decirse incluso que la vida es voluntad de poder porque es ella quien conquista lo que anhelamos, la que intenta obtener lo que deseamos y la que domina lo que poseemos. Como esta ejerce sobre nuestro cuerpo y la realidad. ¿Es eso lo que le hace falta: voluntad? ¿vale la pena? ¿qué tal si de verdad tenía la fuerza para ganar? ¿qué tal si podía si a enfrentar a la mafia lograba algo?, para el aquellas preguntas eran insignificantes en comparación a la que de verdad lo hacía dudar de si mismo: ¿Puede tener de verdad la voluntad, para proteger a su hermana, sabiendo lo que está ocurriendo? La desesperación por no poder ser más fuerte le pesa y trata de no mostrar su preocupación pero tiene que disimular no saber mucho; sus pensamientos son interrumpidos al escuchar a Akira llorar incluso dormida, aquel no era cualquier sueño, no... era una pesadilla, trataba de un supuesto abandono...

—"¿Mamá? ¿papá? ¿porqué? ¿porqué se están alejándose de mi?"— sus padres solo se quedaron mirando un breve instante, ella pudo ver como los cuerpos se pudren dándole la espalda y seguir caminando en la oscuridad— "¡¿Porqué me dejan?!"— extendiendo su mano— "¡¿Porqué?! Solo era una niña... ¡Porfavor no se vayan...! ¡Porfavor!"

Si algo la desespera, es el hecho de no poderse levantar, no pofer caminar, no puder correr, nada. Aunque sea un breve instante, ver a sus padres no importa su estado para ella sería un alivio, pero es una desesperación inmensa el tenerlos tan cerca y a la vez tan lejos... Es lo difícil de aceptar una muerte, lo más mínimo que esté de ellos te dan ansias de seguir estando con ellos y al recordar que no están sufres de la soledad devastadora, tal como dijo Dostoyevski:

"Cuando estamos en la presencia de la muerte, nos damos cuenta de la fragilidad de la vida."

—"¡¿Hermana?! ¡Hermana... no estás sola!"— le dijo N en aquel sueño, en lo que ella se voltea, ve como era asesinado por un hombre, disparando a su rodilla y su hombro para luego, disparar en su cabeza.

Aquel grito desgarradordr su hermano en aquel sueño hace que la despertara, estaba nerviosa, temblorosa, sudando frío, pensó que... si lo que suponía era real, su hermano no estaría; con ansiedad, voltea la mirada, con un nudo en la garganta y para su alivio, N seguía durmiendo tranquilamente, así que al verlo, también nota como este empieza a abrir sus ojos.

—Buenos días hermana.— bostezando— ¿Cómo amaneciste?

—Buenos días, algo angustiada, pero bien... ¿Y tu?

—Pues no muy bien... ay, carajo...— sonando su columna— Casi no me dejaste dormir, tuviste una pesadilla. Y dormí muy incómodo la verdad.

—¿Qué clase de pesadilla?

—Volviste al pasado, cuando eramos niños y empezaste a gritarle a nuestros padres el porqué te dejaron sola, cuando es una estupidez, no pudimos evitar algo tan inminente...

—¡¿Por eso dormiste mal?! L-Lo lamento yo... h-haré el desayuno, sí, haré el desayuno para compensarte, ¿te sirve un café verdad? Ay, ¿habrá café?— expresaba nerviosa y preocupada.

—¡No es por eso! A cada momento me golpeabas y pateabas, cada vez que pensé que estabas tranquila me acostaba e ibas y me lanzabas patadas, me empujabas tan fuerte que terminaba en la roca de allá— con una cara amargado se levanta y busca algo en su bolso— Ten, no es mucho pero dara energía suficiente por la mañana, no llenará tu estómago, pero, algo es algo... Ya no tenemos muchas provisiones y el dinero que tenemos es poco, así qué tenemos que ser cautelosos...

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