Ojalá esto se hubiese considerado como un final feliz, como quisiéramos felicitar a Marcello, porque lo logró, finalmente logró, este libro nunca fue una ficción sobre monstruos, política o guerra porque igual que en la vida real, todo esto es una distracción del verdadero dilema, que es existir. La pregunta más importante de sí la vida se justifica o no, la responsabilidad más grande de ser uno mismo... como quisiéramos felicitarlo, pero no.
Esto ocurre después de que Marcello le disparó a H. Ella está en coma, y Marcello la trata de despertar, no porque le interese su bienestar o porque quiere ayudarla, no, sino porque está desesperado por contacto humano, lo hace por el mismo. Eso no es lo malo, lo malo es que mientras trata de despertarla, Marcello descubre el cuerpo desnudo de H, cierra la puerta, y lucha por no tocar su cuerpo comatoso, golpeándose, tratando de ignorar, pero en debilidad, mira los pechos de H, y los empieza a manosear. No hace falta hacer juicios morales sobre Marcello, el mismo admite esta misma escena que...
—Doy asco... soy... lo peor...
Otra memoria más al banco de arrepentimientos, otro pecado que andar cargando por ahí. ¿Qué clase de monstruo verdad? Se excitaría con el cuerpo de una chica víctima de trauma. Y en esta breve escena del hospital se revela otra tragedia de la condición humana, aún si nunca amaste, igual te vas a morir. Como le había dicho Marcello a Robert, ya lo crucificamos en cuerpo, ahora vamos a crucificarlo en espíritu. Marcello necesita un castigo, el castigo para el héroe que ha fallado en su misión es que ahora no lo necesitan, la humanidad ya no necesita un salvador. Se ha convertido en su propia salvación, ha descubierto su wille (del alemán "Voluntad"). Pero el héroe sin propósito debe crear sus propias aventuras. Así que Marcello, a pesar de haber puesto en riesgo la vida de seres queridos, para aprender que no debe escapar... escapa. Escapa de la voluntad humana y regresa a las ruinas de su misión fallida, se sumerge a las profundidades de ésta metáfora del infierno donde conoció a Diana. Marcello nunca experimentó el amor, pero tampoco sabía porque decidió salvarla, pero en eso, decide dedicarle una tonada. Ella dice ser una con una chica nacida con un destino predeterminado, igual que tu. Y la vez pasada les mencioné que cualquier cosa puede ser el paraíso si tienes la voluntad de vivir, aquí se los muestro, con la hermosa conversación en escala Marcello y Diana convierten este infierno en su paraíso, descubren en el placer de crear música, una razón por la cual, la vida, con todos sus errores, se justifica. Es una receta para vivir y no sólo sobrevivir en las fauces del caos, para hallar un propósito en la vida: No te preocupes por tocar bien solo has sonidos que te hagan sentir bien y si no tocas bien practica, haz lo mismo una y otra vez hasta que lo que haces te haga sentir bien. Este es el potencial para el bien de Marcello, ahora debe conocer su potencial para el mal. Marcello baja aún más profundo, dentro del infierno para observar los confines de su propia sombra, aquí aprende que el ocasionó las heridas de todos, y que Clark lo contrató para matar a Akira y N, para acelerar su cometido estar sin ningún inconveniente a la hora de vender personas.
—Doctor Richard.
—Dígame estimado, ¿que necesita?
—Quisiera saber como esta una chica que traje con mi grupo... le decimos Akira, una chica de mechas rojas...
—Pues tendrás que seguirme, no he sabido nada desde que fue llevada a cirugía, la habitación de ella está siendo acomodada, si quieres esperar en la habitación no tendré ningún problema— platicó, caminando por los pasillos.
—¿Cuántos días han pasado ya?— frotándose los ojos.
—Por lo que veo de tu estado, sería mejor que te dieras un baño y fueses revisado por las enfermeras para descartar cualquier problema, si mal no me equivoco también te disparon, hasta entonces, toma esto— quedando frente a la habitación, el doctor Richard le entrega la carpeta de Akira para seguido de esto, retirarse.
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Hackeando la Justicia
Novela JuvenilAkira y N son dos hermanos que, tras la muerte de sus padres, juran erradicar el crimen de lo más profundo del bajo mundo, con la promesa de que no confíarian en nadie, a excepción de ellos mismos, en el país prospera la paz. Pero todo eso cambia cu...