04

2.6K 245 38
                                    

POV WINTER

No estoy segura de lo que esperaba, pero a la mañana siguiente cuando ruedo en la enorme cama, Yoo ya se ha ido. Las sábanas blancas de algodón egipcio arrugadas son el único pedacito de evidencia de que ella había estado allí en absoluto. Fue una buena compañera para dormir. Tranquila y fiel a su palabra, no intentó nada conmigo.

Me estiro perezosamente y me tomo mi tiempo rodando por la cama. En el lujoso cuarto de baño, debato el tomar una ducha, me muero por usar la lujosa ducha de vapor con seis cabezales, pero en su lugar decido hacerlo breve en caso de que Yoo me esté esperando abajo.

Después de alisar mi pelo en el espejo, deambulo hacia abajo en busca de café. La casa está completamente silenciosa. Mientras paso por una habitación tras otra en mi camino a la cocina, se siente como si estuviera caminando por un museo.

Yoo está sentada en la barra de desayuno, inclinada sobre su iPad con una taza de humeante café expreso colocada cerca.

— Buenos días —digo.

Levanta la mirada para encontrar la mía, su boca curvada hacia abajo en una mueca. Siento como que estoy interrumpiéndola. Golpea unas cuantas teclas más en su Tablet y luego levanta la vista de nuevo, su ceño fruncido ahora está ausente. —Buenos días.

—¿Hay café? —Me dijo que debería sentirme como en casa, y por lo tanto, trato de luchar contra la sensación de que debería retirarme a un rincón oscuro de la casa y dejar de interrumpirla.

Apunta con su cabeza hacia un complicado sistema de preparación de acero inoxidable instalado en una pared. Eso no es una cafetera. Podría muy bien ser una máquina del tiempo por todo lo que sé. — Mi personal: el ama de llaves y el cocinero son conscientes de tu presencia aquí. Piensan que eres una amiga que se está quedando conmigo. Así que si necesitas algo, no dudes en preguntar. Giselle es mi favorita. Puedes confiar en ella, ¿de acuerdo?

Asiento. —Así que, ¿cuál es nuestra historia? Sobre cómo te conozco.

Una arruga penetra su frente mientras piensa en eso. —Eres la hermana menor de un amigo de la universidad. Estás en Los Ángeles tratando de ser modelo y te ofrecí un lugar para quedarte hasta que consigas un trabajo. ¿Cómo suena eso?

—¿Una modelo? —¿Yo? Me echo un vistazo a mí misma y casi ruedo los ojos. No tengo los requisitos de altura o peso para ser modelo—. Vamos a hacer que al menos nuestra historia sea un poco creíble.

— Sí. Una modelo. Y es creíble.

Muerdo mi labio inferior, internalizando esta información de la forma en la que ella me ve.

—Está bien. —Lo que sea—. ¿Ese hermano mío tiene un nombre? Piensa en eso. —Anthony.

—No soy italiana.

—Muy bien, John.

—¿A dónde fueron John y tú a la universidad?

—Harvard —afirma sin pestañear.

Vaya. Impresionante. Supongo que la casa de varios millones de dólares ubicada directamente en la playa en Malibú y las dos empresas funcionando tiene sentido. Tiene una educación de primera clase. Es inteligente, poderosa y sexy. En conjunto, una combinación letal. Aún no entiendo cómo está soltera.

— ¿Eres originalmente de la costa oeste? —pregunto.

Asiente. —Connecticut.

Justo en ese momento, suena el timbre, es una campana odiosa que continúa por lo que parece una eternidad. Mis ojos van a los suyos. —¿Esperas a alguien?

HERMOSAS MENTIRAS | WINRINA G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora