09

2.6K 194 16
                                    

POV KARINA

Santa mierda.

El espectáculo anterior cambia todo.

Había asumido desde el principio que Winter no quería que yo la tocara. Pero después de esta noche, cuando la detuve y quité sus manos de mi regazo, ella había venido arriba para darse placer a sí misma. Apartarla había sido el momento más duro de mi maldita vida. No quería que me tocara por algún extraño sentido de obligación, o porque pensaba que me lo debía.

Pero sus mejillas sonrojadas, y el coño hinchado me dijeron al instante que ella no había hecho nada por obligación. Winter me quería. La realización suena como un disparo en mis oídos. No puedo pensar, no puedo ver bien. Todo lo que puedo hacer es mirarla mientras mi sangre bombea fuera de control en mis venas. Ella es encantadora y diferente, como un animal exótico que podría observar durante horas y horas.

Antes incluso de que pueda procesar lo que estoy haciendo, mis pantalones y calzoncillos están alrededor de mis tobillos y los estoy pateando lejos. Caminando bajo el agua tibia, le ofrezco una mano y Winter la acepta, poniéndose de pie para estar delante de mí completamente desnuda y mojada.

Maldita sea.

La sensación de su cálida piel contra la mía es la mejor del mundo. Hemos estado construyéndolo durante demasiado maldito tiempo. Viviendo en la misma casa, compartiendo una cama, comiendo juntas, evitando al mismo tiempo la tensión sexual construyéndose entre nosotras. Me pareció que era de un solo lado, pero ver la evidencia de su excitación es demasiado. Estoy dura como una jodida roca. Quiero enterrar mis bolas profundamente dentro de su cuerpo dulce y nunca dejarla ir. Esos son pensamientos peligrosos.

-Tú me querías -digo, mirando sus ojos. Ella parpadea, sus ojos cafe relajándose. -Dilo -ordeno.

-Yo.... te deseo -respira.

Mi boca se estrella contra la suya, nuestras lenguas enredándose salvajemente. Maldita sea, me había olvidado lo suave y exuberantes que eran sus labios. Ella sabe a vino y devoro cada pedacito que puedo, mis manos deslizándose por sus curvas para agarrar su culo y arrastrarla más cerca.

Pasando mis manos sobre los globos redondos de carne, Winter inclina sus caderas, presionando su ingle más cerca de la mía.

Mierda.

Ella quiere esto tanto como yo, lo cual no hace que nuestra situación sea más fácil o menos confusa. Es una jode-mente. Una batalla que sé que voy a perder. Esta polla esta presionándome demasiado. No puedo alejarme. No voy a dejar a Winter afrontar las consecuencias de mi rechazo. Y eso es lo que había sido. Había estado negando mi deseo por ella por semanas.

Había estado evitando tomar algo que no era mío. Pero esta noche, cuando ella había llegado a mi cinturón, ahora me doy cuenta de que había sido su decisión.

El chorro de agua tibia golpea mi espalda, trayéndome de nuevo en el momento. Mi sangre está corriendo en mis oídos y mi corazón late con fuerza. No quiero nada más que sentir el calor de sus suaves curvas moldeando mi pecho y la tiro con más fuerza contra mí.

El susurro de su aliento caliente corriendo contra mi cuello es más íntimo de lo esperado. Su cuerpo se presiona fuertemente al mío. Se está entregando a mí. Ese conocimiento es una cosa potente, pero no voy a abusar de mi poder. Inhalo una respiración profunda y decido ir lento para tomarme mi tiempo. Si ella me está dejando tocarla, haré que esto sea jodidamente bueno para ella.

La presión de sus pechos contra mi pecho es demasiado para resistir, y llevo mis manos hacia la curva de sus tetas, sin poder esperar más. Son firmes y suaves al mismo tiempo y cuando mis pulgares pasan por sus pezones su aliento se estremece contra mi cuello. Los froto hacia atrás y adelante, lentamente, dejando que se acostumbre a mi toque. Sintiendo que ella quiere más, les doy un pequeño tirón y su gemido enfatiza el silencio maravillosamente.

HERMOSAS MENTIRAS | WINRINA G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora