POV WINTER
—Mantén tus ojos fuera de sus tetas, amigo —le gruñe Karina a Ten por tercera vez en el día.
Me rio y miro a Ten. Me sonríe no tan inocentemente antes de colocarse un par de gafas de sol sobre los ojos. —Lo siento, Winter. Estoy teniendo un período de sequía, y siempre que hay tetas cercas, mis ojos van automáticamente hacia ellas, pero sé que no es una excusa —dice.
Karina parece a punto de darle un puñetazo. Coloco mi mano sobre Karina en un intento de calmarla. —Está bien, Ten.
Miro el bikini cubriendo mis senos, asegurándome de que todo está cubierto. Lo está. Gracias a Dios.
— Aquí, cúbrete, dulzura. —Karina me entrega una toalla de playa.
— No usaré una toalla. Estoy tratando de conseguir un bronceado —le digo. Karina se muerde el labio, enojada, pero lo deja ir.
Estamos pasando un día perfecto en el yate de Taehyung, y tengo que admitir que me siento un poco como una diosa. Los tres hermanos han sido muy atentos, ayudándome a sentir cómoda, sirviéndome champán, frotando protector solar en mis hombros, y proveyéndome de diversión sin fin mientras pelean.
Hay veces que me siento mal por sonreír y reír cuando ella no puede hacerlo más. Pero entonces Karina entrelaza sus dedos con los míos y sé que está leyendo mis pensamientos. Chaehyun querría que yo fuera feliz, así que alejo los oscuros pensamientos y me centro en las cosas buenas de mi vida.
El sol está brillando, haciendo que los diamantes y zafiros de mi anillo de compromiso destellen y brillen bajo la luz. Extiendo mi mano, admirando el sol y respondiendo a la sonrisa de Karina que es lo suficientemente brillante como para iluminar una habitación.
El día que lo deslizó en mi dedo fue uno los más felices de mi vida. Lo encontré casualmente en su cajón para calcetines unas semanas antes de que ella se propusiera. Lo guardé en su lugar, por supuesto, pero a medida que pasaban los días sin que se propusiera, empecé a sentir pánico, preguntándome si había cambiado de opinión.
No lo había hecho.
Unos días más tarde, volamos a Roma, de regreso al hotel donde me alojé con Chaehyun. Y en la misma suite del hotel que compartí con mi hermana, se propuso. Nos encontrábamos rodeados de decenas de velas blancas parpadeantes y grandes ramos de peonías blancas. Después de decirle que sí, sacó un caramelo Starburst rosado de su bolsillo y lo mordió en el medio, alimentándonos a cada una con un pedazo. Era increíblemente dulce, romántica y sentida. Chaehyun se encontraba allí, en silencio, animándonos. Casi la podía imaginar agarrando mi mano izquierda, y haciendo algunos comentarios obscenos sobre lo grande que era la piedra.
El último año fue el más difícil de mi vida, pero superé las siete etapas del duelo. Negación. Dolor. Ira. Y ahora alcancé la aceptación, aunque en mis horas más oscuras, nunca pensé que llegaría este día. Tal vez no quería que llegara. No quería llegar al lugar donde aceptaba su pérdida.
Era un proceso de curación difícil, pero me mantuve unida por el amor de Karina y mi propia determinación de vivir la vida al máximo. Dios tenía un plan desde el principio. Sabía que llamaría a Chaehyun, y me llevó a Karina en el más improbable de los lugares.
Sé que el dolor nunca se irá, pero he empezado a sanar. Vivir en realidad una vez más, en lugar de sólo moverme mecánicamente. Y el cambio en mí es sobre todo debido a este hermoso ser que yace a mi lado.
Karina es exactamente lo que necesito. Es suave como la seda cuando la situación lo requiere, abriéndome puertas, sirviéndome el vino, ayudándome a sujetar el collar de perlas en mi garganta. Y fuerte cuando necesito eso también. Su boca hambrienta devorando cada centímetro de mí, su mano firme lanzándome
hacia abajo sobre la cama, tirando de mis bragas por mis piernas y presionando mis entrañas con sus poderosos golpes mientras susurra palabras sucias que me hacen sonrojar. Me encanta cada lado de esta mujer. Anhelo todos. Doy las gracias a mi buena suerte porque esta chica es suficiente para satisfacer todas las diferentes partes de mí cuando me sentía como si estuviera en pedazos, rompiéndome.—Deberíamos haber invitado a Yizhuo —comenta Ten a nadie en particular. Las pocas veces que la había visto, siempre la miraba con interés. Fue una buena amiga mientras atravesaba mi dolor, trayendo sopa casera a casa y dejando que faltara al trabajo cuando necesitara.
—Ella tiene un bebé, no puede simplemente salir a pasear en barco en cualquier momento —le recuerda Karina.
—No pensé en eso —dice Ten, luciendo pensativo—. Yo podría haber cuidado al pequeño... —comenta en voz baja.
Taehyung, Karina y yo compartimos una mirada significativa, como preguntándonos qué se ha metido en él.
Las palabras de Chaehyun de la fiesta en la piscina y su carta sobre los lindos bebés que haríamos Karina y yo regresan a mí, y me pregunto si puedo conseguir que se cuele bajo la cubierta conmigo. ¿A quién estoy engañando? Esta es Karina. Por supuesto que lo hará.
—Oye chica caliente —le digo a mi guapa prometida—. ¿Quieres ir a refrescarte bajo la cubierta?
Su sonrisa maliciosa me dice que sabe exactamente lo que está en mi mente. —Te amo tan jodidamente mucho —dice—. Vamos.
Me levanto y tiro de ella hacia arriba. Su altura se eleva por encima de mí, haciéndome sentir pequeña. Luego enlaza sus dedos con los míos y sé que voy a estar bien. Vamos a estar bien.
Nuestra relación fue poco convencional. Inesperada. Mientras acaricia el anillo en la mano izquierda, pienso en cómo hemos llegado aquí.
—¿Puedes creer que estamos aquí? ¿Qué pronto serás mi esposa? — pregunta, reflejando mis pensamientos. La palabra esposa en sus labios refiriéndose a mí envía pequeños hormigueos deslizándose por mi cuerpo.
—¿Quién hubiera pensado que te costaría un millón de dólares conseguir una esposa? —pregunto, mirándola con dulzura, pero con un tono atrevido.
—Eso no es divertido, Kim —demanda.
—¿Qué? Pensé que era mi increíble sentido del humor lo que te llamó la atención.
—No, fue tu coraje —dice, la conversación pasando de ser juguetona a seria.
Me mira con adoración y puedo sentir cada pedacito de su ardiente amor tan intensamente. Me pregunto si siempre será así entre nosotras. Eligiendo vivir el momento, tiro de su mano. —Venga conmigo, señora. Tengo que tomarle una prueba antes de decidir cuan buen esposa será.
Me giro y me dirijo obedientemente debajo de la cubierta, canturreando todo tipo de aprobación. Me encantan todas las partes de esta mujer, pero mi favorita es cuando deja que su alfa interno salga a jugar. Hoy será un día muy bueno.
FIN.
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Cuando terminen de leer esta historia, ya estará subido una nueva adaptación a mi perfil, por favor traten de darle apoyo a esa adaptación ya que será la más larga que he hecho y haré.
Muchas gracias por leer esta adaptación. Los tkm.
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HERMOSAS MENTIRAS | WINRINA G!P
Hayran KurguEn otra hora le perteneceré a alguien, una persona con necesidades enfermizas y fetiches que lo impulsan a comprar compañía en vez de salir con una chica normal. Que el cielo me ayude. CONTENIDO: G!P, lenguaje vulgar. Esta historia no es de mi perte...