Capítulo 7

274 25 67
                                    

La llamada concluyó a los pocos minutos de haber comenzado, Jay cerró su laptop después de fijar una alarma para esa misma tarde, por ningún motivo volvería a faltar a su palabra

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


La llamada concluyó a los pocos minutos de haber comenzado, Jay cerró su laptop después de fijar una alarma para esa misma tarde, por ningún motivo volvería a faltar a su palabra. 
Sentado en la silla de ruedas, dio un leve empujón al buró con sus pies, deslizándose hasta el centro de la habitación. Tarareando la primera canción que se le vino a la mente, giró en el mismo lugar, lo suficientemente rápido para hacerlo divertido pero no terminar vomitando.

Se sentía ligero como pluma a merced del viento, entendió que Cole era la causa; la energía emocional que perdió los últimos días volvió a él con una simple conversación de escasa duración. Lo aceptaba, Kai tenía razón, no había motivo suficiente para dejar de ser amigos.

La preocupación seguía latente en su pecho, pero no tanto como hace un momento, saber que hablaría con Cole una vez más ese día menguó el amargo sentimiento. 
Ese chico, Kalani, no le daba buena espina por la manera en que fue descrito, buen estado físico, atractivo, personalidad atrayente, sonaba tan perfecto, eso no le agradaba, la voz en su cabeza le aseguraba que algo saldría mal.

~ Entraste en la sala y me robaste el corazón ~

El desborde de emociones le hizo perder el control de la velocidad de las vueltas, tan metido estaba en sus pensamientos que no se percató de ese hecho. Siguió girando como trompo hasta que un rebote del asiento le hizo recobrar la razón. Su entorno se distorsionó por el mareo y al intentar detenerse usando sus pies como freno de emergencia sólo consiguió trabar una de las ruedas, ocasionando que la silla se volcara. Estando a nada de impactar de costado contra el piso, la silla se detuvo en el aire, pensaría que es magia de no ser por la mano que sujetaba el respaldo, una boba risa se le escapó al ver que se trataba de Nya.

—Más despacio, velocista —dijo Nya. Reía divertida por la escena, enderezó la silla a la que Jay seguía aferrado.

—Gracias, me salvaste de tener un feo moretón.

—No hay de que. —Hizo una breve pausa para mirar de reojo la laptop sobre el buró, sabía que Jay habló con Cole, eso le daba esperanza de que hayan solucionado sus problemas—. Pareces feliz, ¿pasó algo interesante?

Jay negó al no saber hablar con ella con normalidad, tenerla cerca le oprimía el corazón, aunque, quizás un poco menos que antes. Nervioso, se levantó y se encaminó hasta el buró, guardó la laptop tan rápido como pudo, le temblaban las manos.

Su actuar fue comprendido por Nya, no estaba en condiciones para mantener largas charlas, al menos no con ella. Aún así, quería asegurarse de su bienestar, de que se estuviera recuperando, verlo cabizbajo tanto tiempo le genera culpa. 
—¿Cómo estás?

~ Me llevaste de vuelta al pasado, a cuando yo estaba intacto ~

—Estoy avanzando —respondió Jay, jugando con sus dedos. Tenía la necesidad de disculparse y hacerle saber que no le guarda rencor, en el más mínimo sentido, podían seguir siendo amigos—. Supongo.

Orquídea (Ninjago)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora