❖12..➽ 𝑬𝒍 𝒂𝒎𝒐𝒓 𝒅𝒆 𝑹𝒐𝒎𝒂𝒏 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒅𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔.

781 40 3
                                    


Te quedaste a su lado hasta que empezó a trabajar en la empresa Godfrey, como toda relación, iba de maravilla al principio.  Tenías toda su atención en ti, no te dejaba salir si no era con él y pobre del chico o chica que se atreviera a mirarte de más. Olivia finalmente lo aceptó pero no se iba a meter si no era para echar leña al fuego.

Conociste a Peter e inmediatamente entraron en confianza, tampoco perdió la oportunidad de advertirte como la reputación de Roman. Lo ignoraste y seguiste amando a Roman. Él te demostraba cuanto amor te tenía, otros días era un completo imbécil contigo.

Le perdonaste  todo lo que hacía, sin saber que una de sus habilidades era manejar a todos a su antojo.  Numerosas veces te rogó que te quedaras y aceptabas tampoco era la primera vez que lo encontrabas, en casa o en su oficina, cogiendo con una de sus empleadas. Aunque no haya pasado mucho tiempo desde que empezaron su relación, casi no podías recordar cómo habías llegado  allí, en una relación tan tóxica con él.

Muchas veces trataste de pagarle con la misma moneda, no llegabas ni a subirte a un carro con alguien sin que él lo supiera y te hiciera gritar y retorcerte  debajo de él.
Claro que no te sentías bien con eso, pero amabas a Roman y por el amor se arriesga todo. Pero él no arriesgo mucho por ti.

No supiste cuando fue que él te dejó de amar, de hecho, si nunca lo hubieras espiado jamás lo sabrías. Resulta que él no sólo tiene una hermanastra, sino que tiene dos. Annie, hija de Olivia.

Al parecer la prefería a ella, decidiste pasar más tiempo con Nadia y con Peter pero aún estabas cada que Roman quisiera.  Y sabías que debias ponerle un fin a todo lo que te ataba.

Quitaste tu anillo, aquel que Roman te habia dado después de pedirte matrimonio, nunca se casaron solo estaban prometidos.

— Quizás, él si me ama y solo está confundido por ella.— trataste de reflexionar con Peter. En el bar que estaban para ahogar sus desgracias.

— Sí...ya acéptalo T/n, él no te ama, y estoy seguro de que lo que siente por ella solo es pasajero y cuando tú no estés se arrepentirá de todo.

Miraste el anillo y pensaste, Dios, si es que existía, sabía que lo habías intentado, Peter era testigo de cómo trataste de salvar tu relación.  No eras una cobarde o miedosa, eras valiente y tenías el coraje para reconocer tus errores y para alejarte de lo que te hacía daño.

Te despediste de Peter y dejaste el anillo en la barra.  Manejaste para llegar a casa y tú carro se había puesto  de acuerdo en poner canciones de desamor en una estación de radio y la lluvia no hacía más que darte más melancolía.

Llegaste a casa decidida pero sin saber si era un error o hacías lo correcto, pero decidida a dejarlo.  Desde detrás de la puerta podías escuchar unos pequeños golpes de mesas y paredes, entraste apresurada pensando que algo le sucedía a Roman.  Solo estaba él encima de ella mientras parecía una pelea erótica  entre ellos.

— ¿Qué carajos está pasando?

La chica rulosa te miró y rápidamente empujó a Roman lejos de ella. Él te miró y su corazón latía desenfrenadamente pero tranquilo porque sabía que lo perdonarás.

— Lo lamento tanto, t/n.— se disculpó Annie. Ya estaba hecho, no tenías absolutamente nada que hacer allí mas que ponerle fin a todo esto.

Al acercarte a Roman pasaste por el lado de Annie y no perdiste la oportunidad  de dejar una parte de tu ira plasmada en el bello rostro de ella. Roman se acercó a ti furioso, con la intención de reclamar lo que habías hecho.

—¿Qué harás, Roman?— se detuvo abruptamente. —¿Acaso es una costumbre tuya salvar a todas las chicas que te gustan de una paliza como lo hiciste conmigo?

Annie no hizo ni reclamó nada, pues sabía que se lo merecía.  Roman tomó tus manos y miró tus ojos y pudiste sentir comi ibas a volver a ceder ante él, pero te rehusaste, te negaste a seguir siendo usada para él.

— Estoy cansada, cansada y harta de toda la mierda que haces y que me afecta a mi. No pienso seguir siendo tu maldito juguete, Roman. Es tu problema si no sabes amar, y no digas que no lo intente porque sabes que lo hice. Me voy, Roman, te dejo a ti y a todas tus tonterías inmaduras.

Ya no tenías nada más que que decir, te sentías liberada de todo lo que te ataba a él.  Te diste la vuelta para salir de la casa, lamentándote de dejar a Nadia. Pero debiste saber que Roman no te dejaría ir. Agarró tu muñeca con fuerza y te jaló a él, clavando sus ojos verdes avellanas en ti, y te sentiste incapaz de alejar tu mirada de la de él.

— No me vas a dejar, t/n. Te quedarás conmigo y olvidarás to-

—¡Ya basta, Roman!— gritaste, haciendo sobresaltar a los dos.  Sabías lo que estaba haciendo y que eso era lo que te había mantenido con él tanto tiempo. — No trates de usar tus poderes en mí.  No intentes controlar todo y a todos. Sé que lo has hecho por años y realmente no puedo odiarte lo suficiente por obligarme a estar aquí, cuando tú no me quieres como antes. Todo lo que siempre quise eras tú y ahora por eso he perdido tanto en ti.

— Cariño, vamos. Superaremos esto. Tú no me odias, por favor.  Ven, abrázame como si nunca hubieras perdido la paciencia y dime que me amas más de lo que dices odiarme....sigue siendo mía, t/n.

— Solo quiero que me dejes ir, Roman.

— ¡Lárgate, entonces.  Vete y no regreses cuando nadie más sea capaz de amarte, porque, bebé, puedo asegurarte que nadie más te amará!

— Jódete, Roman.

Saliste corriendo directamente al carro, ya adentro te dejaste caer sobre el volante y suspiraste. Debiste pensarlo mejor, todas tus cosas estaban allí.
No volverías, conseguirías esas cosas comprándolas en otra parte o mandando a Peter a recogerlas.

Te permitiste llorar por él, después de todo, ustedes se amaron. No sabías si cambiaría, tenías esperanza de que sí  pero no podrías estar segura. Desde ese momento tú y Roman se separaron, pero tú vida sería un poco más larga que la de él.

𝑫𝐞𝐯𝐨𝐭𝐞𝐝 𝑻𝐨 𝒀𝐨𝐮 ⫸𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 𝐎𝐟 𝐁𝐢𝐥𝐥 𝐒𝐤𝐚𝐫𝐬𝐠å𝐫𝐝⫷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora