Capítulo 16.

22.2K 1.4K 717
                                    

Ataduras.

Luciana.

Me tiro en la cama muerta de cansancio, dejo mi maleta a un lado de mi cama, por fin voy a descansar después de dos semanas.

Saco y enciendo mi móvil, ahora lo único que quiero es escuchar música mientras estoy acostada. Gabriela no está, desde que llegué tengo la casa sola por eso subo el volumen hasta donde se me antoje.    

—I can't sleep no more. In my head, we belong— canto a todo pulmon— And I can't be without you. Why can't I find no one like you?

Es gracioso que esa sea la primera música ¿no?

No empieces.

¿Qué? te molesta que te recuerde que te la pasaste tocándote las dos semana pensando en él.

Callate.

Y con esa música de fondo, porque te recuerda a él.

Te odio.

Aja igual que a él, que a pesar que te dijo ... Lo que te dijo sigues muy hormonal por él.

Jodete, te voy a devolver y voy a ir por mi verdadera conciencia.

Si es Nicolás y sus 24cm los que me joden con mucho gusto.

Ignoró a mi conciencia y me quedé viendo a la nada, ya hasta las ganas de cantar se me quitaron.

Pienso en lo que pasó en los últimos meses, quiero volver a esas semanas donde a pesar de querer tirarme de un quinto piso y no dormir más de dos horas, tenía tanto que hacer que mi mente no daba para pensar, pero esas semanas ya acabaron. 

Doy vuelta quedando boca abajo, lo único bueno de todo esto es que pude hacer mi examen en línea y ya solo espero mi nota para dar por finalizada mi carrera. 

Oye.

¿Qué?

¿Cuándo nos volvemos a ver con nuestro futuro esposo?

Para que lo quieres ver, se te olvida como nos ha tratado desde el principio y ni siquiera se ha disculpado por lo de la última vez.

Pero yo quiero que me de como cuando empujan una puerta que dice hale.

Estás mal, qué tal si nos hubiera dicho que éramos unas perras.

Por él soy una perra wouf ,wouf 

Necesitas ayuda urgente maldita loca.

—Lucy —gritan y me levantó confundida.

—Gabi estoy a unos metros, no hay necesidad de gritar. 

—Cállate, estoy emocionada.

Se abalanzaba sobre mí y caemos las dos a la cama.

—Gabriela, me ahogas.

—Es que te extrañé mucho— se quita de mí dejándome respirar— tenemos que hablar, ¡Urgente!

Me siento en la cama, tomo mi móvil para apagar la música y escucharla bien. 

—Te escucho. 

—El Adonis— hizo una pausa para encontrar las palabras— te vino a buscar. 

—¿Qué?—preguntó confundida. 

—Llegó al apartamento alterado y enojado. 

—¿Qué quería?

—Saber dónde estabas. — estoy confundida— Lucy, él no aparece, según lo que me ha comentado Hans, que por cierto es un amor de persona. 

Mi pequeña obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora