Capítulo 5: Luna

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Shinichi 

Al caer la noche, Hattori me llevó adónde nos hospedaban encontrándonos con las chicas. Lo que no duró mucho porque terminamos en la Casa de té "Sakura-ya", todo porque él tío se fue a beber al estar estresado, junto con el Buda y los dankai del templo. Para la molestia del tío tenernos allí, bueno específicamente a su hija, Ran.

—Entonces, ¿quieren unirse a nosotros? —nos ofreció el Buda, cosa que no desaprovechó Sonoko.

—Perdón por interrumpir. —habló está sentándose al lado de Sakura-san, al igual que nosotros que buscamos dónde sentarnos.

—Tú. —señaló Hattori al sentarse al lado de la mujer con Kimono y su rostro completamente maquillado. —¿No eres la del barrio Miyagawa? —le preguntó.

—Si, soy Chikasuku. —se presentó la mujer, inclinándose levemente frente a él. —Gracias por ayudarnos.

—Heiji, ¿la conoces? —preguntó Toyama, a su lado.

—Si, solo un poco. —le respondió simple.

Tonto. —pensé al lado de Ran, viendo la mirada que le mantenía Toyama a Hattori, ignorando los regaños que Ran le hacía a su padre.

—Ran-san, por favor no regañe a su padre. —intervino el Buda salvando al tío. —Nosotros lo invitamos.

—Es cierto, pensamos que podríamos pedirle al famoso detective. —le siguió defendiendo al tío, Sakura-san. —Que investigara el caso de los Genji-botaru.

—Se dice que todos los miembros del Genji-botaru. —volvió a intervenir la dueña del lugar por lo que veo. —Tienen una copia de las Crónicas de Yoshitsune, ¿verdad?

—Yo también tengo uno. —afirmó Sakura-san. —Es un gran libro, ¿Cierto, vendedor de libros usados? —le preguntó Taiga-san.

—Si, pero a mí no me gusta mucho. Por más que se llame "Crónicas de Yoshitsune", en realidad describe las hazañas de Benkei, así deberían ser las Crónicas de Benkei. —habló Taiga.

—A mi me gustan. —exclamó Minzou-san. —Sobre todo el "Benkei en Ataka" es el mejor.

Así fue como empezó una charla sobre el contenido de esos libros que están envueltos en tanto misterio 

—Lo siento, últimamente he estado durmiendo mucho, ¿puedo descansar en una de las habitaciones de abajo? —pidió Sakura-san, después de terminar de contar una parte del libro.

—Si ese es el caso, no hay otros invitados esta noche, aunque puede tomar la habitación contigua. —sugirió la dueña.

—No, gracias, me puedo acomodar mejor abajo. —refutó Sakura-san. —Veamos… —dijo revisando su reloj. —¿Podría despertarme a las 21:00? —le señaló. —Ustedes por favor, disfruten. —dijo a modo de despedida, marchándose de allí, seguido de la dueña.

—¡Vaya! ¡Se puede ver el río! —exclamó Sonoko, llamando mi atención.

—Ese es el Río Kamo. —explicó la dueña.

—Las flores de cerezo son hermosas. —afirmó Sonoko, mientras Kazuha se acercaba a su lado.

—Si realmente lo están. 

—Ran, tú también ven a ver. —la llamó Sonoko.

—Es bueno ver en pareja las flores de cerezo desde la orilla del Río Kamo, pero la vista de las flores desde el Río Misogi, que fluye debajo de este edificio, también es excepcional. 

Las palabras de la dueña del local me recordaron que no he revisado los mensajes que me envió Shiho, revisé mis bolsillos para darme cuenta que dejé mi teléfono en dónde nos hospedamos, no queda otra que esperar a volver.

Cruce de la Antigua CapitalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora