Si no hubiera sido por Alia, Varun se estaría aburriendo hacía ya largo rato. Las cartas eran demasiado fáciles, demasiado inconsecuentes. Si perdía, lo recuperaría en el mercado de valores, pero no iba a perder. La gente pensaba que había nacido con el gen de la buena suerte, pero lo cierto era que había aprendido a confiar en su habilidad con los números y las probabilidades porque no le había quedado más remedio. Cuando su padre murió y su hermano Salman los abandonó, la responsabilidad de cuidar de sus hermanos pequeños había recaído sobre él.
Había sacado adelante a sus hermanos, pero no había sido suficiente. Podía ocuparse de las finanzas, pero no podía curar las heridas abiertas que se negaban a cerrarse. Todos ellos habían sufrido a manos de Aman Khan. Varun había intentado arreglarlo, pero nunca lo conseguiría. Preity, la dulce Preity, llevaría durante el resto de su vida las cicatrices de lo que Aman le había hecho.
Varun se sacudió el recuerdo del rostro marcado de su hermana y se concentró en la partida. No era el momento de perderse en el pasado. Había quince millones de euros en fichas de casino apiladas en medio de la mesa. El jeque sudaba profusamente y el conde Von Hofstein tenía el ceño fruncido de manera permanente.
Incluso Alia parecía pensativa. Se mordía el labio inferior, aquel labio sensual que él quería succionar entre los suyos. También le temblaban un poco los dedos.
Uno de los jugadores, un hombre insignificante de corbata roja, la miraba como si quisiera hacerle llegar un mensaje telepático.
Entonces ella alzó la vista, miró directamente a Varun y él sintió un nudo en el estómago. Parecía insegura. Sus grandes y expresivos ojos habían perdido todo el brillo.
–¿Señor? –le dijo.
Varun tardó un instante en darse cuenta de que estaba hablando con él. Era su turno.
–Voy –respondió él colocando sus fichas en la pila.
Porque estaba cansado de estar allí sentado, porque quería escapar del oscuro y claustrofóbico ambiente de la sala y salir al aire fresco. Porque quería convencer a Alia Bhatt de que se subiera a su coche y dar una vuelta con ella por la costa. Todavía le quedaban unos cuantos días antes de tener que ir a Londres para la boda de Aryan. Pasarlos en la cama con una mujer como Alia le parecía el plan perfecto.
El hombre de la corbata roja dejó las cartas sobre la mesa con una sonrisa.
–Full, señor Khan –dijo–. Reyes y reinas.
Varun se limitó a suspirar.
–Eso es excelente –y entonces fue mostrando sus cartas una a una. Diez. Diez. Diez.
Al hombre se le perló la frente de sudor.
Varun le dio la vuelta al dos de corazones y el hombre contuvo el aliento con entusiasmo mientras extendía las manos automáticamente hacia la pila de fichas.
–Me temo que no –dijo Varun dándole la vuelta a su última carta.
El hombre se quedó boquiabierto. El conde murmuró algo entre dientes en alemán. Alia Bhatt miró la última carta y sonrió temblorosa.
–Cuatro cartas iguales. Gana el caballero.
Varun se puso de pie. No sentía ninguna satisfacción, solo sentía que había terminado.
–Si me disculpan, caballeros, creo que voy a ir a cobrar mis fichas.
A Alia le temblaban ya claramente los dedos cuando recogió las cartas. El hombre de la corbata roja le lanzó una mirada airada antes de girarse para mirar hacia atrás. Varun sintió una punzada de inquietud. Algo no iba bien, pero ya era demasiado tarde para cambiar el resultado.
ESTÁS LEYENDO
Pareja de corazones (KHAN #5)
FanfictionVarun Khan ya no sentía la emoción del riesgo ni del dinero que se jugaba en las mesas del casino. En realidad, aquello lo aburría. Hasta que una noche ganó más de lo que había apostado, y su premio fue la impresionante Alia Bhatt. Tal vez ella no e...