Se casaron en Las Vegas al día siguiente antes de que se pusiera el sol. E hicieron el amor en la suite de un hotel una hora más tarde.
Aunque hacía menos de dos semanas que habían estado juntos, aquella fue como su primera vez. Varun la llevó al clímax una y otra vez antes de disfrutar de su propio éxtasis. Más tarde, cuando se hubo recuperado, ella le devolvió el favor seduciéndolo y haciéndole perder el control antes de llevarlo hasta la cima. Cayeron en un profundo sueño y se despertaron otra vez antes del amanecer para volver a hacer el amor cuando todo estaba en silencio. Al terminar, Alia se durmió de nuevo. Soñó con Varun y, cuando se despertó, él estaba allí con la bandeja del desayuno y un ramo de rosas.
–¿Crees que a tu madre le habrá importado mucho no haber estado en tu boda? –preguntó él mientras ella untaba mermelada en una tostada.
–No le importa que ya estemos casados siempre y cuando celebremos la boda a lo grande en Nueva Orleáns. Además, no habría podido dejar a Remy. Él no lo habría entendido.
Su madre se había alegrado mucho por ella, y en cuanto conociera a Varun lo querría al instante.
–¿Qué pasa? –le preguntó él unos instantes después.
Alia se dio cuenta entonces de que se había quedado mirándolo fijamente.
–Estaba pensando en cuánto te amo. Y en lo mucho que te agradezco lo que estás haciendo por Remy.
La enfermera a tiempo completo que Varun había sugerido que contrataran marcaría una gran diferencia en la vida de su hermano.
En la de todos. Su madre no tendría que preocuparse tanto de su hijo y Evie ya no tendría que hacer turnos con ella para cuidar de Remy. Con aquella terapia adicional, su hermano podría afrontar los cambios mejor que hasta entonces.
Era más de lo que ella podría haber soñado.
–Tu familia es ahora mi familia –Varun le dio un beso y abrió su maletín. Ella frunció el ceño cuando dejó un paquete sobre la bandeja.
–¿Qué es esto?
–Ábrelo –le sugirió Varun con una sonrisa triunfal.
Alia abrió el paquete y sacó un grueso fajo de papeles. Se quedó boquiabierta al darse cuenta de lo que era.
–Son acciones del casino de Bobby en Niza.
–Acciones mayoritarias, amor mío. Felicidades.
Ella parpadeó.
–¿Has comprado el casino de Bobby para mí?
–La mayor parte –reconoció Varun–. Pero Bobby sigue teniendo una participación. No tendría gracia si no pudieras torturarlo un poco.
Alia se rio.
–Oh, Dios mío, ¿quieres decir que soy la jefa de Bobby Gold?
–Si quieres los demás casinos, te los conseguiré.
Ella sacudió la cabeza.
–No, con uno es bastante –los ojos se le llenaron de lágrimas–. Gracias.
Varun dejó a un lado la bandeja y reclinó a Alia contra las almohadas.
–Estoy pensando que cada año, cuando celebremos el aniversario del día que nos conocimos, podríamos cerrar la sala de las apuestas altas y jugar nosotros dos solos.
–¿Qué tienes en mente? –preguntó Alia.
Los labios de Varun encontraron el latido de su pulso en la base del cuello y su risa sexy y pecaminosa le resonó por la garganta.
–Strip póquer, por supuesto.
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Pareja de corazones (KHAN #5)
أدب الهواةVarun Khan ya no sentía la emoción del riesgo ni del dinero que se jugaba en las mesas del casino. En realidad, aquello lo aburría. Hasta que una noche ganó más de lo que había apostado, y su premio fue la impresionante Alia Bhatt. Tal vez ella no e...