La mirada de Varun, que antes estaba tan cargada de promesas sexuales, se había vuelto completamente fría.
Ella, sin embargo, no se arrepentía de haberle preguntado. A pesar de lo que había ocurrido antes, quería saber en qué punto estaban. Había tenido tiempo suficiente para pensar. Varun la había apartado porque no quería dejar entrar a nadie. Y aunque tal vez lo más inteligente fuera lavarse las manos y olvidarse de él, no podía hacerlo todavía.
Varun dio otro sorbo a la copa y luego se la devolvió.
–Es una larga historia.
–Tengo tiempo.
–Esta es la versión reducida –dijo él con tono amargo–. Salman se marchó de casa cuando más lo necesitábamos. Hrithik tuvo que convertirse en el hombre de la casa, pero él tampoco pudo manejarlo y acabó marchándose también. Y entonces me tocó a mí. Yo no salí huyendo.
A Alia le latía con fuerza el corazón. No había esperado que le contara tanto.
–Lo siento –murmuró con dulzura.
No era la historia completa, de eso estaba segura, pero podía sentir su dolor como si fuera propio. Sabía lo que era adquirir una responsabilidad para la que uno pensaba que no estaba preparado. Sabía lo que eran la injusticia y las obligaciones.
–Yo tenía diecisiete años –continuó con tristeza–. Y tuve que ocuparme de mis hermanos pequeños lo mejor que supe. Era obligación de Salman estar allí y cuidar de nosotros, pero no fue capaz de hacerlo. No aguantó la presión.
–Pero tú sí aguantaste.
–Sí.
–Tal vez no me creas, Varun, pero entiendo cómo te sientes. El Katrina cambió muchas cosas de mi vida. No es lo mismo, lo sé, pero entiendo la sensación de sentirse atrapado por una obligación moral.
Los ojos de Varun brillaban con ira y amargura.
–Nunca podrás entender lo que he pasado, Alia. Da las gracias por ello.
–Tuve que sacrificar cosas
–No estoy hablando de eso.
–De acuerdo. Entonces cuéntamelo.
–Yo –Varun se pasó la mano por el pelo–. Maldita sea.
Alia le tomó la mano.
–No pasa nada, Varun.
–Es horrible. Tú no tienes ni idea de
Alia se mordió el labio. Quería y no quería saberlo. La angustia de su rostro la desconcertaba.
–¿Qué crees que quería decirte tu hermano ayer?
–Ni lo sé ni me importa – entonces él la atrajo hacia sí y la estrechó entre sus brazos.
Alia experimentó un escalofrío de placer y también una punzada de tristeza. Lo había intentado, pero Varun no quería estar cerca de ella de otro modo que no fuera físicamente. Solo buscaba sexo. Le puso las palmas sobre el pecho. La piel le ardía bajo el polo de algodón que llevaba puesto. Alia se humedeció los labios, de pronto sentía la garganta muy seca.
No tenía elección. Podía fingir que nada de todo aquello había ocurrido, fingir que no le dolía que no estuviera dispuesto a compartir algo más con ella. O podía irse a la cama sola. No era una opción fácil, pero tenía que hacerse valer. Era algo más que un juguete sexual. No estaba allí únicamente para satisfacer sus deseos.
La boca de Varun se deslizó por su cuello de un modo mágico. Unos minutos más y no sería capaz de decir que no.
–Estoy cansada. Han sido unos días muy intensos.
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Pareja de corazones (KHAN #5)
FanfictionVarun Khan ya no sentía la emoción del riesgo ni del dinero que se jugaba en las mesas del casino. En realidad, aquello lo aburría. Hasta que una noche ganó más de lo que había apostado, y su premio fue la impresionante Alia Bhatt. Tal vez ella no e...