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Fiestas, por fin los días festivos habían llegado. Para algunos era lo mejor, para otros, o más en el caso de Taehyung, no, era lo peor.

Estaba regresando a casa cuando de repente alguien agarró su hombro sin previo aviso y eso lo asustó, de verdad.

-Hey, que no soy un fantasma, relájate- Hoseok bromeó observando la mirada sorprendida del menor.

-¿Por qué...? ¿Por qué sigues siguiendome? Hablé mal de ti...

-Quiero intentar conocerte. Y aunque te niegues lo haré, presiento que ese Tae soso y aburrido es el mejor de todos, cálido por dentro y de buen corazón. No me rendiré, quiero ser tu amigo.- respondió seguro en una sonrisa, una en la que Taehyung cogió confianza y se sintió cohibido.

-Hoy no puedo...tengo que hablarlo con mi padre.

-¿Por qué tienes que pedir permiso para hacer un trabajo? Y¿más si es en tu casa? No haremos nada.

-Porque...—

Una mano se levantó a su vista e inconscientemente cerró los ojos.

Sólo sintió sus cabellos removerse y abrió los ojos sorprendido.

-¿Por qué te asustas? No te iba a hacer nada- rió divertido y el menor se encogió.

-F-fue por reflejo- aclaró apartando algunos mechones de su frente y desvió la mirada.

-Pues vaya reflejos tienes. Hum...y ¿que te parece si te invito a tomar? Salir de vez en cuando no está de más.

-Tengo que—...

-No seas tan soso, Tae, vamos- Sonrió ampliamente agarrando la mano del menor y lo llevó al saber donde.

-No sé si te gusta comer esto, pero como seguramente no me dirás qué quieres, te ofrezco a comer esto

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-No sé si te gusta comer esto, pero como seguramente no me dirás qué quieres, te ofrezco a comer esto.- Hoseok dejó un plato de gofre con chocolate caliente por encima y una taza de chocolate aparte.

Taehyung miró al mayor y miró el plato que le había dejado. Hacía algo más de 9 años que no comía aquello, la última vez que recordaba haberlo comido fue a los 7 años, la última vez con su madre.

Una sonrisa se escapó de sus labios y algunas lágrimas quisieron salir al recordar a su progenitora.

-Gracias...- susurró contento y el mayor lo miró con una sonrisa cuando este probó el gofre y lo degustaba encantado.

-¿Te gusta?

Tae asintió al no podré responder por el trozo de gofre que tenía en la boca.

-Hem...tienes algo de...chocolate en tus...labios- avisó el pelinegro apuntado en dónde tenía cierto desastre.

Este dejó de masticar y limpió sus labios avergonzado.

-No te avergüences, a veces pasa. No te juzgo.

Taehyung se ruborizó pensando nuevamente en lo sucedido y al escuchar la risa del mayor por su timidez no pudo evitar reírse junto a él.

Sorprendiendo al pelinegro que por primera vez escuchó su risa y le pareció muy lindo.

Sintió una calidez en su interior y algo moverse en su interior.

¿Qué estaba pasando?

-¿Sucedió algo?- el pelicastaño se detuvo cuando Hoseok se le quedó mirando atentamente.

-N-no, me quedé pensando en algo, lamento haberte mirado- Sonrió - Come, que se te pondrá duro.

Ambos jóvenes pasaron un corto tiempo comiendo aquella merienda antes de que cada uno fuera por su camino y no se volvieran a ver por 1 semana, o tal vez menos.

El mejor descanso para Hoseok, pero tal vez un infierno para Tae.

Llevaba un buen rato tocando el timbre, pero nadie le abría la puerta, por lo que supuso que su padre no estaba, algo realmente extraño ya que siempre estaba ahí para cuando llegara, o simplemente se encontraba borracho y se había dormido

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Llevaba un buen rato tocando el timbre, pero nadie le abría la puerta, por lo que supuso que su padre no estaba, algo realmente extraño ya que siempre estaba ahí para cuando llegara, o simplemente se encontraba borracho y se había dormido.

Suspiró aliviado mientras se sentaba en el suelo afuera de la puerta de su casa y sacó su reproductor de música.

No estuvo así más de 20 minutos cuando empezó a coger frío, el invierno era lo peor cuando estaba a esas temperaturas.

-Hey, hola niño bonito. ¿Qué haces tu por aquí?- la voz de su vecino se hizo presente y eso irritó al pelicastaño.

Paró la música discretamente y escuchó al chico de cabellos rubios que sabía que le miraba, pero nunca levantó la mirada.

-Esta es la tercera vez que te veo, ¿se puede saber como te llamas? Yo me llamo Jimin, Park Jimin. Voy al otro curso, no sé si me conozcas. Tú...¿Cómo te llamas? Solo te conozco por "el fantasma" aunque realmente no me explico por qué te llaman así.- dudó pensativo. - Bueno, veo que no responderás. Eres algo callado eh.- rió divertido y se acuclilló un poco. - Yo iba a hacer algunos recados, hum...¿no tienes frío? Con esa ropa tan holgada que tienes debes estar pasándolo mal

Hubo un pequeño silencio hasta que algo se asomó por la vista de Taehyung.

-Puedes usar esto hasta mientras...te lo dejaré aquí- al parecer eran un calentador, y se lo dejó a su lado. - Adiós, niño bonito- se despidió y segundos después salió corriendo.

SILENCE [FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora