SILENCE [FINALIZADO]

5

-Quedaría mejor de la otra manera.- comentó Hoseok mirando el trabajo.

-¿Tu crees? Hum...creo que también pienso lo mismo.

-Si ponemos esto aquí, y esto otro en este lado estará bien, porque dividimos nuestras partes correctamente.

Hoseok se acercó un poco más al menor, sorprendiéndolo por su acción.

-¿Estará todo el tiempo así? Al final me incomoda- le susurró disimuladamente mirando al señor Kim, quien lo miraba sin quitarle el ojo ningún segundo.

-Cállate y sigamos haciendo el trabajo- musitó empujándolo levemente para que se sentara en la silla.

Aquello molestó mucho al adulto, ¿cuánta confianza se tenían? Eso no era de "compañeros".

-Bien, Hoseok. Debes irte ya, tengo que salir.- informó el mayor levantándose del sofá y acercándose hacia la puerta para después abrirla y "ofrecerle" que se fuera.

Hoseok miró confundido a Taehyung y después nuevamente al mayor. Recogió todas sus rápidamente para no hacer esperar al señor Kim.

-Déjame el trabajo a mi, necesitaré ver que podemos cambiar- agregó el moreno agarrado la cartulina entre sus manos.

-Está bien. Adiós

Corrió hacia la salida y se detuvo para despedirse del padre.

-Adiós, señ...- fue cortado instantáneamente por el adulto, quien le había cerrado la puerta sin dudarlo.

-Si si, adiós- comentó sin gana alguna y regresó hacia su hijo, que estaba recogiendo sus cosas de la mesa. -No me ha gustado ni un pelo que tu compañero haya tenido esa confianza contigo.

-No es nada malo, papá. Él siempre fue así.- comentó sin importancia alguna y terminó de meter su material en la mochila. -¿Al final saldrá?

-¿Cómo? ¿Que siempre fue así? ¡No me jodas que siempre te ha tratado así! ¡Sabes que odio que me ocultes las cosas!- gritó caminando peligrosamente hacia el menor, provocando que este se estremeciera al instante y se quedara estático en su sitio, al menos hasta el momento que su padre le agarró del cuello y empezó a asfixiarlo.

-P-Papá...¡pa!- gritó asustado arañando levemente las manos del adulto -Te-te estás confundiendo...- balbuceó dejando caer algunas lágrimas de sus ojos.

-¡No me vengas con tus tonterías, Taehyung!

El señor Kim empujó al pelicastaño al suelo, antes de que se le fueran los estribos y lo matara en algún momento.

-No me refería a eso pa~- sollozó aterrorizado tosiendo ligeramente y retrocediendo hacia la pared. -En clase él siempre es así, no dije en ningún momento que se dirigía a mí de esa forma. Me molesta que lo haga, pero no quiero que sospeche.

El mayor removió sus cabellos y asintió sutilmente.

-Quiero que esta sea la última vez que venga a casa, harás el trabajo solo. Si suspendes la evaluación te castigaré, así que ya buscarás alguna excusa para que tu profesor no te castigue.

-Pero

-Nada de peros, puedes irte.- mencionó en un tono cansado y se fue a la cocina.

No lo pensó ni dos veces, que su padre le diera esas oportunidades no eran para nada comunes, de hecho era demasiada suerte. Agarró sus cosas y corrió velozmente hacia su habitación.

-Jolines, que estricto es su padre- vociferó molesto Hoseok entrando a su casa. -Hola ma- saludó a la mujer de cabellos castaños que se encontraba sentada leyendo un periódico.

-Hola hijo, ¿cómo te fue?- preguntó dejando un lado el papel y atendió al menor.

-Bien mamá, todo bien- comentó sonriente, pero su cuerpo no decía lo mismo, caminaba sin gana alguna.

-¿Estás cansado?- cuestionó confundida mirando como el menor se acercaba a ella para darle un casto beso en la mejilla, beso de regreso.

-No, ¿por?

-Por nada, Hoseok. Por nada.

-Está bien. Iré a mi habitación, si necesitas ayuda no dudes en llamarme.

-Lo sé, gracias.

Hoseok le dedicó una última mirada a su madre y fue hacia su habitación, cerrando la puerta a su paso y cogiendo un cuaderno que tenía en el cajón de su velador.

-Es muy extraño...- susurró a sí mismo apuntando algunas cosas en una hoja.

-¡HERMANITO~! -canturreó alguien, por la voz Hoseok supo al instante de quién se trataba, su hermana. Escondió rápidamente el cuaderno en el cajón y la puerta se abrió a su paso segundos después. -¿Por qué no viniste a saludarme? Me ofendes.

-Pensé que aún no habías venido. Hola, hermana- la saludó corriendo hacia esta y la abrazó. - Para la próxima...¿podrías tocar al menos la puerta? Casi me pillas sin ropa- mintió, necesitaba una excusa para que su hermana no volviera a entrar de esa forma a su auge.

-¿Qué más da? Cuando eras bebé te cambiaba casi todas las veces el pañal.

-No es lo mismo...lo digo enserio, hermana- dijo en un tono serio, sorprendiendo a Jiwoo.

-Wow hermanito, nunca te había visto así. Supongo que ya no eres un niño, quieres tener tu propia privacidad. Está bien, no volverá a pasar- sonrió tiernamente y revolvió los cabellos del menor. - ¿Y bien? ¿ya tienes pareja?

-¿Yo pareja? Que va, no me desespera.

-¿No te gusta alguien?

-No

-¿En verdad te gustan las chicas, hermanito? Nunca has tenido parejas mujeres.

-¡Jiwoo! Que soy pequeño aún, ¿cómo piensas eso de mi?

-Relaja esos humos conmigo, niño. Tienes 17 años y hasta ahora mamá, yo y papá no hemos escuchado salir de tu boca que te guste alguien. ¿No será que te gustan hombres? O ¿tal vez hombres y mujeres?

-¡Estás loca! Anda, sal de mi habitación y agradece de que no ande por ahí con distintas chicas todos los días.- la empujó hacia la puerta, escuchando sus carcajadas de por medio. -Piensa en lo que me has dicho, es pecado.

-Cuando vengas a casa con un chico ya me dirás qué es un pecado.- rió y le sacó la lengua, claramente en burla.