CAPÍTULO 71

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Ya ni siquiera.. luchó, parecía no estar en aquella habitación, su mirada estaba fija en la luna que se veía a través del reflejo de la ventana. No hizo ningún intento más de alejar al alfa, su interior dolía, su corazón dolía, su mente... estaba hecha un desastre.

Las lágrimas no dejaban de salir pero ningún jadeo, ningún quejido y tampoco ningún gemido salía de su boca, parecía estar... muerto.

Había huido del pasado, se liberó tantas veces de otras personas que le hicieron daño, pasó tantos años de su vida aprendiendo a defenderse, a no dejarse manipular por nadie y ahora... estaba siendo profanado por aquel que creyó que era su predestinado y que era ese alfa que él había esperado siempre.

Ya no importaba, ¿no?, todo su esfuerzo por no ser débil... se había ido a la basura. Ya no podía confiar ni siquiera de su propia sombra, todos... querían hacerle daño, ¿por qué?, ¿por qué los alfas eran así?, él iba a tener algo íntimo con él, quería hacerlo especial, el contacto físico le daba tanto miedo... y ahora ese miedo pasó a ser una fobia por completo.

En cuanto Jung terminó sólo se soltó de sus manos para así quitar aquel trapo de su boca. Podía escuchar la respiración agitada de éste, le daba tanto asco.

— ¿Por qué...? — preguntó en un tono bajo luego de aquel silencio mientras se colocaba en posición fetal para así darle la espalda — Yo sólo quería ser feliz... — tragó saliva — ¿Por qué siempre es a mi? — su voz fue quebrándose poco a poco.

— Porque tienes ese algo que atrae a los alfas, quizás tu lindo cuerpo, tu lindo rostro, tu aroma, tu carácter... tienes muchas cosas que llaman la atención y créeme que dominar a un omega renegado es lo mejor que hay en el mundo — rió.

— Confié en ti...

— Vaya, ahora descubriste el secreto de por qué siempre me dejaban o se iban con otros alfas — sonrió — yo no quiero esa mierda del amor, yo sólo quiero sexo... y si tú no te hubieras opuesto ese día... nada de esto hubiera pasado. Además, no estuvo tan bueno cómo creí, quizás no debí drogarte, hubiera sido más divertido — acarició la piel expuesta del adverso — éste será nuestro secreto, Yoongi-ah, porque... ¿sabes qué? Si dices algo... — se puso de pie yendo hasta el mueble frente a ellos — tengo todo aquí y no creo que quieras que tu estúpido padre y tu estúpida abuela vean cómo eres follado cómo la perra que eres, ¿no?

Min se quedó observándolo por unos segundos y sólo tomó las sábanas en aquella cama con la fuerza que le quedaba, al moverse sintió cómo si le hubiese incluso quebrado algo dentro, las sábanas estaban manchadas de sangre, había sido tan brusco que incluso le había hecho un desgarre; se tapó y ahí solamente cerró los ojos poco a poco a causa de lo que había bebido, estaba tan... dolido.

A la mañana siguiente Hoseok salió de aquella habitación siendo la última vez en la que Yoongi lo vio. Su cuerpo estaba golpeado, ensangrentado y muy débil, no podía ni siquiera levantarse, seguía estando bajo los efectos de la droga, algo que lo deprimía mucho más.

Su cuerpo inconsciente fue encontrado por la mujer que hacía el aseo en aquel pequeño hotel, los paramedicos junto con los policías llegaron al lugar, Yoongi... no podía ni siquiera hablar.
Inmediatamente lo llevaron hasta el hospital más cercano, curaron sus heridas e hicieron que aquel caso sonara por las noticias de todo el país.

En cuanto su familia fue por él, no lo reconocían, estaba callado, no lloraba, no se quejaba, ni siquiera parpadeaba en un buen rato, parecía estar muerto en vida. No respondía ni siquiera a su padre, no reaccionaba a absolutamente nada.

El señor Min mandó a buscar a Jung por todo el país e incluso cerraron las aduanas. Quería encontrar a ese maldito y matarlo con sus propias manos, él si lo haría. Su presentimiento era correcto, se echaba la culpa por haber dejado que su hijo se fuera con ese idiota, si tan sólo hubiera seguido firme con el "no", su pequeño estaría cómo siempre, pero ahora, sólo lo veía tal y cómo cuando tenia 13 años, también esa vez... se había quedado en silencio, incluso con el psicólogo.

El omega ni siquiera veía a sus familiares, sentía tanta vergüenza, se sentía sucio, sentía cómo si... estuviese en otro lugar pero su cuerpo seguía ahí. Quería morir.

Su lobo estaba tan triste, todos estaban tristes e incluso las personas que sabían de aquello querían linchar a Jung, querían hacerlo sentir lo que Min había sentido, querían darle una cucharada de su propia comida. Querían matarlo.

Al poco tiempo todos volvieron a Seúl, Yoongi permanecía estando igual, no hablaba absolutamente nada, estaba lastimado, parecía estar en shock, un shock bastante largo.

A pesar de que habían mandado a buscar a aquel alfa por todas partes, parecía cómo si se hubiese esfumado del mundo, buscaron incluso entre las personas que saldrían del país, y ahí no estaba. Pero no se iban rendir hasta tenerlo frente a ellos y así hacerle lo mismo que le había hecho a aquel pobre omega, quien sólo había ido en busca de la felicidad, e incluso, se había encontrado un regalo y una pequeña carta en dónde confesaba sus sentimientos por Hoseok.

Todo era demasiado... doloroso.

INFERTIL | ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ +21 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora