— Hijo... Sal de tu habitación.
— Mamá, saldré luego de ducharme. ¿Puedes dejarme solo? — preguntó presionando la almohada con todas sus fuerzas intentando ahogar la frustración.
— Está bien. Estás muy raro últimamente... — murmuró alejándose.
Gael comenzó por quitarse la remera y llevó su mirada nuevamente al exterior de su habitación, allí dónde se observaba el cuarto vacío de Litzy.
«¿Qué sucede con ella? Es tan rara.»
Abajo escuchó el sonido de una sirena de ambulancia y sin darle importancia se metió dentro de la ducha.
Al salir, su madre lo atajó en el camino de manera nerviosa mientras balbuceaba palabras que no podía creer.
— H-Hijo... Lion... Él... M-Mató a su hermana. — musitó finalizando apenas sus palabras.
Un golpe en la puerta hizo que Gael dejara de prestarle atención a su madre y bajó corriendo las escaleras.
— ¿Quién es? — preguntó sin abrir la puerta mientras pensaba en aquella noticia fatídica.
— Soy yo... Litzy.
Sus ojos se abrieron de par en par, aún sofocados por la sensación aterradora que se acumulaba en su cuerpo. La adrenalina comenzó a subir hasta llegar a su pecho, evidenciando sus latidos acelerados por la emoción.
Sin dudarlo, abrió la puerta y por el rabillo del ojo, pudo ver a su madre retrocediendo aterrorizada.
Litzy estaba frente a él, llevaba el corte dibujado como una tobillera en su pierna, su rostro o lo que quedaba de él, dibujaba una sonrisa triste y las lágrimas de sangre desbordaban por sus ojos oscuros.
Llevaba un vestido azul con pequeños detalles de flores en color anaranjado, teñido de sangre.
El líquido caía al suelo, salpicando sobre sus zapatillas blancas, recreando la escena de una película de terror.
— Perdón por dejarte solo... — murmuró acallando el caos alrededor.
A lo lejos pudo ver, su cuerpo inerte siendo llevado sobre una camilla.
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O B S E S S I O N
Mystery / Thriller- Juega con sus manos... Hasta desangrarlas... Arranca la piel... Su sangre es dulce, como la miel...