Gael entró al aula observando a su paso cualquier detalle para buscar el asiento correcto.
Caminó hacia uno de la última fila y se sentó cerca de las paredes.
Tal vez no era el lugar correcto, más de una vez había sido golpeado por tomar el asiento de alguien más.Un chico de contextura delgada se acercó a él y comenzó a hablarle.
— ¿Eres nuevo aquí? — preguntó ansioso a la par que apoyaba sus manos sobre el pupitre de manera desafiante.
Él se limitó a asentir disimulando una mueca nerviosa que por naturaleza acostumbraba a formar parte de su vida cotidiana, sumida en el acoso y la violencia.
— ¿Cómo te llamas?
— Gael.
— Qué nombre tan patético. Tus padres deben ser estúpidos. — rió golpeando la mesa con los puños mientras los demás que se encontraban en el salón reían con él.
«Perfecto... Y esto es sólo el primer día.»
Una silueta reconocible se acercó por detrás del chico y lo golpeó en la cabeza con una carpeta.
— ¿¡Qué carajo!? — gritó girándose para ver a quién lo había golpeado.
Litzy volvió a colocar su carpeta repleta de hojas bajo su brazo y miró al joven manteniéndose lo más seria y firme posible.
— ¿L-Litzy? — preguntó sorprendido.
— No eres tan valiente ahora, Flavio. ¿No?
— ¡Vete a la mierda! ¡Bruja desquiciada! — espetó golpeándola en la mejilla.
Ella se quedó en su lugar debido a la inestabilidad del momento y en un abrir y cerrar de ojos, tomó su brazo y logró llevarlo a su espalda de manera brusca mientras hacía presión sobre su hombro con el peso de su pie.
— ¡S-Suéltame! ¡Duele! — lloró dejándose caer al suelo.
Litzy lo soltó y se sentó lejos de Gael para evitar cualquier interrogativa de su parte.
En el horario de salida, Gael intentó buscarla antes de que saliera de clase pero no dió con ella aunque lo intentó.
Regresó a su casa, aún con el paraguas y dudó al darse la idea de encontrarse con Lion.
— ¿Qué tal tu día? Al menos no vienes cubierto de golpes. — dijo su madre de manera burlona.
Gael se limitó a dedicarle una sonrisa y subió al ático donde se encontraba su habitación, arrojándose sobre la cama.
Miró el paraguas azul y se recordó a sí mismo que luego debería devolverlo.
Un pequeño golpe en la ventana lo despertó del estado somnoliento en el que se encontraba.
Abrió la ventana y Litzy lo saludó desde el otro extremo de la cerca.
— Hola... — dijo de manera tímida al tener su mirada encima.
— ¿Estás bien? — preguntó de inmediato.
— Eh... ¿Sí?
— No suenas muy convincente. — rió usando su brazo de apoyo.
— Tengo un poco de migraña. — dijo despeinando su cabello rubio.
— ¿Mañana irás a la escuela?
— Supongo que debería. Mis padres no me dejarían faltar.
— Entonces te veré mañana.
— Sí... — dudó.
— Adiós. — dijo de manera rápida y cerró la ventana de golpe sin darle tiempo de despedirse.
Suspiró cansado y volvió a recostarse en la cama mientras perdía la mirada en el techo.
«Qué extraño.»
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O B S E S S I O N
Mystery / Thriller- Juega con sus manos... Hasta desangrarlas... Arranca la piel... Su sangre es dulce, como la miel...