Aquella se había vuelto una de sus acciones favoritas para hacer por las tardes luego de descubrir que al pequeño bebé le gustaba tanto como a él.
Las yemas de sus dedos delineaban la delicada, tersa y blanca piel de Dome, haciendo movimientos circulares, causando una leve risa en el cuerpecito, un sonido que lo llenó de felicidad.
Y como ya había sucedido en veces anteriores, un par de gotas cayeron en la tela que se encontraba bajo el bebé, limpiando las lágrimas con su puño, recordando el anterior cuerpo que delineaba de esa manera y el efecto que causaba en este, al igual que en su hijo.
Las risas de Bright resonaban en sus oídos, dándole nostalgia a su pequeño momento con un Dome de ocho meses.
- Te amo. - susurró sin obtener respuesta alguna, dejando un beso en las suaves mejillas de su bebé.
Era el día.Y no había podido dormir por los nervios.
Se movía de un lado para otro en el pequeño departamento, mordiendo las uñas de su mano derecha, repasando el pequeño reporte que le daría sobre una posible vía alterna de un antídoto sobre la enfermedad.
La tos de los híbridos.
Así llamaban a la enfermedad causante de la catástrofe mundial. Decían que el causante tenía el antídoto, y aquello era conocido por todo el mundo.
Win tenía la venita científica al tener un híbrido con él, pero nunca hizo algo para querer "estudiar" a Dome.
Aun así, tenía estudios de su autoría respecto a aquellos especiales niños.
Cada vez que Dome se lastimaba y se abría una herida, él aprovechaba en conseguir muestras de sangre de su pequeño lobo.
Se sentía tremendamente mal al hacerlo, sin embargo, hasta el mismo niño se emocionaba de ver la sustancia a través del microscopio, y como es que esta no coincidía mucho en la de su papá.
Lamentablemente, aquellas muestras y el aparato necesario lo dejó en la cabaña de Bangkok, esperando que no lo hayan descubierto en un posible allanamiento a su antigua casa. Esperaba que Bright pueda ir a recuperarlas.
Bright.
La puerta sonó levemente.- Innie, soy yo.
Innie.
Aquel apodo solo se lo había puesto y lo usaba su esposo.
Al igual que él le decía Bai.
Dejando el desayuno en la mesa, se encaminó hacia la puerta, mirando a través del pequeño visor con el que contaba, viendo como iba enfundido en su traje de militar y un par de armas en su cinturón.
La abrió, con cuidado, temblando ante lo que pasaría después.
La figura de su esposo con esa hermosa sonrisa calentó su corazón e hizo que toda duda desapareciera.
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Sweet Creature | BrightWin
FanfictionEra la viva imagen de él. Su nariz, sus rasgados ojos, hasta el color de piel. Su pequeño era un retrato de su padre, al que nunca había conocido. Un pequeño híbrido lobo que había nacido en el momento incorrecto, pero que lo convirtió en el más fel...