VI.

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Fue un gran fin de semana juntas, aunque pronto llegó volver a la escuela. Ese día Waka llegó con algunas heridas que se mostraban en su piel. La preocupación tintineó en Zai, que no se atrevía a preguntar, pero su expresión facial hacía más que evidente que estaba preocupada.

─¿Cuál es la cotangente de Beta?

─Raíz cuadrada de tres sobre siete ─respondió la chica, ambos sentados en la sala de su hogar.

Sus ojos recorrieron el rostro del chico, algunos cortes en él, sus ojos pararon en su labio inferior partido. El corte hacía ver sus labios rojos por la herida, resaltaba bastante en el tono pálido de su piel. Vio sus labios moverse, lo cual la hizo mirar con más atención hasta ser traída de vuelta a la realidad.

─Oye, llevas varios minutos mirándome, ¿tanta curiosidad tienes?

El sonrojo llegó hasta sus orejas, enterrando su rostro dentro de la libreta para ocultar su rostro. Estaba muy avergonzada, se había quedado observándolo fijamente, y no solo eso, ¡a sus labios! ¿¡Por qué había echo eso!?

─P-Para nada ─respondió con nerviosismo tragando fuerte.

Esa vez se había pasado, su torpeza le había dominado. Y aunque le preocupaba su estado, se imaginó cómo sería pasar sus dedos por sus labios y ver como el tono rojizo se volvía blanco por el toque. Y con ese pensamiento, sintió que su cabeza desprendía humo de lo cálido que se encontraba. Imaushi observó sus curiosas reacciones mientras una sonrisa inevitablemente tiraba de sus labios, un pequeño tono rosado tiñendo sus mejillas.

─Fue una simple pelea, nada importante ─contestó de todos modos colocando la paleta en su boca y continuando con el problema matemático a medio resolver.

La había pillado observándolo detalladamente, tampoco pasó desapercibida su mirada a sus labios. Llevaba desde que entró a clase de Salud observándolo con destellos de preocupación sin atreverse a preguntar tampoco. Y, aunque intentó concentrase, no pudo al sentir su mirada puesta en él. La llamó par de veces hasta que finalmente reaccionó.

─Últimamente andas más ido que de costumbre ─Benkei comentó pasadas las horas desde que había llegado a la reunión con sus amigos en la habitación de Shinichiro.

─Tiene razón, ¿qué tramas? ─Shinichiro pellizcó su mejilla ganando un golpe de parte del peliblanco, lo cual lo hizo lloriquear y esconderse tras Takeomi.

─Algunas veces llegas tarde a las reuniones, también. Y también he notado, sonríes más de lo normal. Dime, ¿no estarás enamorado o algo por el estilo?

─No es de tu incumbencia ─respondió ignorándolos. No, no estaba enamorado. Llegaba tarde algunas veces por las tutorías. No sonreía más de lo habitual, almenos no que él se hubiera percatado. Y no andaba más ido de lo normal, solo no quería contestar.

─¿No será por la chica de aquel día? ¿Zai era su nombre? ─Shin opinó aún acariciando el área lastimada por Waka.

─No es tu problema.

─¡Oye! Dijiste que compartían mesa, ¿no es así?

─¿Y qué?

─Pues, ¿han hablado? ¿La haz invitado a salir?

─No es tu problema.

Finalmente se rindieron, sabían que sacarle información era un caso perdido. Sin embargo, la mente de Imaushi viajó hacia Zai una vez más. Era extraño encontrarse a sí mismo pensando en cierta chica de ojos zafiro, aunque ya se había acostumbrado lo suficiente.

Y por un momento realmente lo pensó, ¿y si...?

─¿Y si te gusta Wakasa-senpai?

─¡Lys, ya deja el tema! Si él te escucha te juro que te ahorco.

─Bueno, bueno, ¿y si vamos a la tienda nueva?

─¿Cuál tienda nueva?

En ese instante, Wakasa apareció en el lugar usual que se encontraban en la salida. Ambas silenciaron unos segundos observándolo, Lys saludando con su típica alegría y Zai solo le regaló una sonrisa.

─Hay una tienda nueva aquí cerca, ¡debemos ir!

No era una pregunta, los había arrastrado hasta esa tienda que quedaba bastante lejos de su casa. La pelinegra solo refunfuñaba mientras seguía a su mejor amiga, Wakasa se limitaba a sonreír por las pequeñas quejas de la chica. Las vacaciones de invierno se acercaban, ya se podía sentir el frío en Tokio.

─Esperen aquí, les traeré dulces ─les dio un pulgar arriba antes de desaparecer, dejando a ambos a las afueras de la tienda en un silencio tranquilo.

Zai pasó su mirada hasta el más alto, que ya la observaba a ella. Sus miradas se encontraron, rojo cubriendo las mejillas de la chica.

─Te sonrojas con facilidad, ¿sabes?

Los dedos de Wakasa rozaron la piel caliente de sus mejillas, lo cual la hizo mirarlo sorprendida.

─Tus manos estan frías ─se quejó la chica tomando la mano del chico y apartándola de su rostro, así tomándola entre sus manos para proporcionarle algo de calor, ella observó sus manos rodeando la de él y se sintió tan pequeña a comparación. Wakasa solo la observó a ella con intriga, aún no dejaba de entretenerse con todas las reacciones y expresiones que ella siempre le proporcionaba, casi llegando a fascinación. Era un cómodo y cálido momento entre ambos, el primero en todo ese tiempo. Sin embargo, fue interrumpido por ciertas dos personas.

─Oi, Waka.

Los dos pasaron sus miradas a la persona que había llamado al peliblanco. No tardaron en darse cuenta de la escena que acababan de interrumpir, viendo las manos de la chica en la de Wakasa.

─Eh... ¿I-Interrumpimos algo? ─Shinichiro cuestionó con nervios.

─Sí ─dijeron al unisón.

─Espera, ¿ellos son tus amigos? ─preguntó Zai devolviendo su mirada a Wakasa ─. Los líderes de Black Dragons.

─Sí, son ellos.

─Es un placer conocerlos ─les regaló una sonrisa a los dos extraños negándose a soltar la mano de Wakasa ─. Senpai, ¿debería irme o...?

─No. Vine aquí por tí, no por ellos.

Aquellas palabras lograron sorprenderlos a todos, incluso a Wakasa. De todas formas, era la verdad. Aunque de cierta forma era por Lys, quien los arrastró hasta ese lugar ─B-Bueno, de todas formas debo ir al baño, con permiso.

Una excusa simple y típica. Se dió media vuelta sintiendo su cara arder por completo y se adentró a la tienda justo cuando dos personitas aparecieron tras Shinichiro. Tanto Mikey como Emma iban de la mano, pues el niño aseguraba que de esa forma ella estaría más protegida y no se perdería. Ella le tomó la palabra, así aferrándose a él por el camino mientras seguían a su hermano mayor y a su mejor amigo.

─¡Wakasa-senpai!

La atención se movió a la chica de cabello morado, quien llevaba tres crepas en sus manos. Se detuvo junto al mencionado extendiéndole una de las crepas con heladom él la tomó dando un asentimiento en signo de agradecimiento, la vista de la chica parando en los desconocidos.

─¡Oh, yo los conozco!

─¿A nosotros? ─Takeomi preguntó con confusión, siendo interrumpido por dos exclamaciones de alegría, dos cabezas rubias corriendo a la energética chica.

─¡Lys-nee!

umbrella➨ wakasa i.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora