VII.

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─¿¡Mikey!? ¿¡Emma!?

Wakasa dió una mordida al postre en su mano observando la escena en silencio. Él ya los había notado, pero no había dicho nada. No consideraba que fuera su problema, después de todos, ellos estaba asalvo.

─Que lindos~ ─la chica, casi con lágrimas en sus ojos, correspondió el abrazo de los dos niños ─. Etto, ¿y ellos quiénes son? ─su pregunta fue dirigida al peliblanco.

─Nadie importante.

Todos los presentes lo miraron con cara de poker, éste ni se inmutó, aún disfrutando del postre. ─Ya... ¿y Zai?

─Baño.

─Eres muy seco, Wakasa-senpai ─se quejó con una mueca, su mano parando en el cabello de Mikey que mantenía una conversación con su hermana menor ─. Aunque, ahora que lo pienso, eres como Deiske. Ahora entiendo por qué Zai te ha mantenido cerca.

Su comentario había salido con casualidad, pero sus palabras tenían un gran peso detrás que ninguno de los presentes comprendió.

─¿Deiske?

La pelimorada se congeló. Fue la primera vez que la había visto sin su gran sonrisa, más bien parecía desconcertada observando al peliblanco con su ceño fruncido y gran interrogante en su mirada.

─¿Zai... no te ha contado nada de su pasado?

El contrario se encogió de hombros, aunque la intriga se mantuvo en su interior. ─No somos cercanos.

─Pero... sí que lo son, ¿por qué no te ha dicho nada?

Sin duda, aquella chica de cabello negro era una caja de secretos. Cada vez le interesaba más descubrir cada uno de ellos.

─¡Da igual! ─volvió a sonreír como si aquella conversación jamás hubiera ocurrido ─. ¿Cómo estan, pequeñajos? ¿Cómo van las clases?

Mikey y Emma le respondieron alegres. Zai no tardó en volver a ellos, tomando la crepa en las manos de su amiga y así comenzando a disfrutar del mismo. Ambos niños la saludaron con entusiasmo, Lys les había hablado de su mejor amiga. Resulta que ella era vecina de los hermanos Sano.

─Lamento no comprarles nada, no sabía que se unirían ─la animada chica expresó, su mirada parando en Shinichiro, que se sonrojó hasta las orejas y apartó su mirada riendo con nerviosismo, dejando con expresión curiosa a Lys.

─No te preocupes, soy Takeomi y él es Shinichiro.

─¡Un placer! Espera, ¿Shinichiro no es su hermano mayor? ─su mirada pasó a los dos niños que contestaron con una afirmación ─. ¡Espera! Significa que ellos son de...

─Sí, bueno, misma historia que con senpai ─Zai le respondió encogiéndose de hombros ─. Ahora que recuerdo lo que hice ese día me da algo de vergüenza; realmente casi los maté.

─¡Eres muy descuidada! ─la de ojos grises tiró de la oreja de su amiga logrando que ésta se quejara con molestia ─. Esta vez no te visitaré a prisión, ¿¡entendido!?

─Nunca me visitaste, de todos modos ─se deshizo del agarre de ella mientras acariciaba el área afectad.

─¿Haz estado en prisión? ─Mikey preguntó con curiosidad.

─No exactamente. Fui recluída, pero no en una cárcel. Solo fueron medidas de seguridad mientras se demostraba mi inocencia, por lo cual sí era una reclusa, pero mi estancia fue en el hospital ─explicó con simpleza mordiendo la crepa con el helado de fresa.

─¿Y sí eras inocente? ─volvió a preguntar el niño. Ninguno de los otros presentes hablaba, atentos a la conversación entre el rubio y la pelinegra, que parecían ajenos a todas las miradas.

─No, pero me declararon en libertad bajo la muestra de que había sido en defensa propia.

─Waa~ Eres muy cool, anee-san ─Mikey aseguró con emoción en su mirada, sorprendiendo a la chica por el nombre ─. Entonces, si no eras inocente, ¿de qué te culparon?

Una sonrisa amarga se mostró en Takami, quien apartó su mirada para observar el cielo dando otra mordida pequeña, tomándose su tiempo para responder.

─Homicidio.

Sin duda, ninguno esperó esa respuesta. Lys apartó su mirada sintiendo la tensión en su propio cuerpo, si bien ya lo sabía, no esperó que su mejor amiga lo contaría.

─Pero... dijiste que fue en defensa propia ─Emma comentó algo desconcertada.

─Sí, lo fue ─miró a la niña unos segundos volviendo a morder la crepa, dándose la vuelta para mirar a Lys, así dando fin a la plática ─. Tu madre me llamó, dice que respondas tu teléfono y que cuando llegaras a casa te iba a contar hasta del mal que vas a morir.

Los vellos de ella se erizaron mientras miraba con horror a la de ojos zafiro. Chilló soltando la mano de Emma y buscando su teléfono, el cual no tenía en ninguna parte.

─¡Z-Zai! ¡Sálvame! ─lloriqueó aferrándose a la camisa de su amiga, quien la miró con molestia.

─Dijiste que Mikey y Emma son tus vecinos, ¿no? Llévalos contigo y di que te los encontraste perdidos en el camino, o algo así.

Lys lo pensó unos segundos, luego asintiendo con su cabeza con emoción. Tomó las manos de ambos niños y lo arrastró hasta el par de pelinegros, así parando frente a Shinichiro, violando su espacio personal tomando sus manos y pegándolas a su pecho haciéndolo sonrojar una vez más.

─¡Sano-senpai! ¡Por favor, déjeme llevar a sus hermanos! ¡Se los devolveré sanos y salvos, lo prometo!

─¡S-Sí, claro!

Zai caminó hasta parar junto a Imaushi, ambos observando con cierta burla la escena. El pobre pelinegro pasaba su mirada de los ojos de la chica a sus pechos, en donde Lys sostenía sus manos para suplicarle.

─¡Muchas gracias! Nos vemos a la tarde ─se despidió con una radiante sonrisa volviendo a tomar las manos de los niños tras soltar la del mayor ─. ¡Nos vemos, Zai, Wakasa-senpai, Takeomi-senpai!

Ese había sido un extraño día, sin duda alguna. La pelinegra rió al ver a Shinichiro sangrar por su nariz y caer de espalda, siendo tomado de la camisa por Takeomi antes de que chocara contra el suelo.

─Otro pobre diablo que cae por los encantos de Lys, mi más sentido pésame ─se burló tomando la cuchara que había dentro del envoltorio de la crepa y robando una cucharada del helado de Wakasa. Éste la observó hacerlo, su ceño ligeramente fruncido ante el robo descarado. 

Zai pensó que él preguntaría sobre lo que habló con Mikey, pero nunca lo hizo. Eso la aliviaba de sobremanera. No es que no confiara en él, tampoco temía a que se alejara. Solo era una herida que no quería abrir al contar detalles sobre lo ocurrido. Siempre fue abierta a contar las cosas que se enfrentó, pero jamás con detalles específicos, justo como había hecho con Mikey.

No quería responder vagamente, y tampoco estaba lista para contarle la verdad.

umbrella➨ wakasa i.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora