XXVIII.

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─Etto, Zai... ¿Me rescatarías en Senshi antes de que me maten?

─Calla, Seiju.

Estaban sentados a las afueras de la escuela. Ahí se encontraba el peliblanco junto a los dos pelinegros. Lys había desaparecido hace poco, aún evitaba con bastante descaro a Wakasa.

─Ni siquiera me dieron otra opción ─se quejó la ojizafiro dejando caer su espalda sobre el cesped entre ambos chicos de tercero ─. Solo dijeron "hola, eres la nueva líder, tienes mi lealtad" y ya.

─¿No se te ocurrió negarte?

─Me trajeron chocolates, Kasan...

La miró con aburrimiento aún sin creer las palabras que salieron de su boca. Seiju se mantuvo indiferente bebiendo de la lata de café pasando su mirada entre ambos.

─Y la mayoría eran chicas, ¿sabes? Venían a agradecerme y decir que las inspiré a alzar la voz. Al parecer soy algo famosa en las calles ahora que todos saben que fui yo la que se enfrentó a dos pandillas.

─Eres imprudente.

─¿Y qué? ─le sacó su lengua burlona ─. Sei, te aceptaría en Senshi con gusto.

─No te robarás a nuestros chicos, Mei.

─No seas egoísta.

─¿Lo dices tú?

─¡D-Descarado!

Wakasa pellizcó la mejilla de la chica, quien se quejó dándole un manotazo. Todo había vuelto a la normalidad, almenos la mayoría. El peliblanco había recuperado su mirada aburrida y su expresión de desinterés, aunque era mucho más expresivo que antes. Aún mantenían las pequeñas discusiones iniciadas por Waka. Aún no habían hablado sobre sus sentimientos, tampoco volvieron a besarse luego del día que se reencontraron, pero mantenían una extraña cercanía que todos los que los rodeaban se daban cuenta que algo más pasaba entre ambos.

─¿Saben? Ya me está estresando ser mal tercio.

Ambos detuvieron la pequeña discusión girando al pelinegro que sonreía con diversión mirando las personas sentadas cerca de ellos, el patio lleno de pequeños grupos de estudiantes sobre el césped.

─N-No eres mal tercio ─murmuró la chica avergonzada ─. Además, ¿no hay alguna chica que te interese? O chico, no juzgo...

─Nop, nadie ─se rió él sin mirarlos ─. Había una chica que me gustaba bastante, pero nunca me atreví a hablarle.

─¿Por? ─preguntó Wakasa con curiosidad oculta en su desinterés.

─Hay muchas personas que también les gusta ella, solo soy uno más del montón ─se encogió de hombros ─. Además, es alguien totalmente inalcanzable para mí, ella es simplemente admirable.

El ceño de Waka se frunció ligeramente.

─Da igual ahora, ya su corazón le pertenece a alguien más y respeto eso.

Hizo bastantes conexiones en su cabeza llegando a la conclusión que a Seiju le gustaba alguna de las dos chicas, Zai o Lys. Sin embargo, no logró decifrar cual de las dos sería, un pequeño deje de sorpresa en él.

─Alguien más llegará, y deja de pensar que eres uno más del montón. No te limites a seguir la corriente y aceptar que ya no llegarás más lejos, si te lo propones llegarás muy lejos.

Finalmente miró a Zai y le regaló una sonrisa agradecida. ─Siempre sabes qué decir, ¿eh?

─Soy increíble.

─Sí, talvez.

Wakasa bajó su mirada a la chica observándola conversar con su nuevo amigo, luego pasó su mirada a Seiju. Ya no tenía ninguna duda, era Zai la persona de la que Seiju hablaba. No sintió ni un poco de molestia hacia su compañero de clase, podía entenderlo.

Zai no se daba cuenta del efecto que tenía en otras personas. Era algo cortante y sarcástica, bastante imprudente, pero era alguien inquebrantable. Le recordaba a Shinichiro muchas veces. Con su gran espíritu y su gran valor lograba que las personas la siguieran, lo cual fue reafirmado al ser nombrada como la presidenta de aquella pandilla y todas las chicas que se habían unido para seguirla.

Ella era alguien que era imposible odiar para los que la rodeaban una vez la conocían, además de ser hermosa. A él también le gustaba Zai, solo que tenía la suerte de que ella sintiera lo mismo por él. Aunque ahora sabía sobre los sentimientos del pelinegro, no le molestó en lo más mínimo. Conocía la lealtad de Seiju y la honestidad de las palabras sobre respetarlo.

─¿Saben? Me da algo de satisfacción ser la presidenta de Senshi ─la voz de ella lo sacó de sus pensamientos ─. Una pandilla donde hay tanto mujeres como hombres, siempre he querido hacer algo para poder ayudar a otras personas que pasaron o estan pasando cosas como las que yo viví, y siento que esto es la oportunidad perfecta para hacerlo, aunque es algo extraño pasar de ser alguien normal a que más de cincuenta personas me sigan...

─Cincuenta solo son los de Senshi, Zai ─le recordó Seiju sonriente ─. Aunque seamos Black Dragons, te aseguro que te seguiremos de cerca, sin hablar de los líderes. Eres como una versión patea traseros y femenina de Sano-san.

─¿De Shin? ─preguntó con cierta sorpresa la chica.

Waka solo escuchaba en silencio disfrutando de la paleta en su boca. Era divertido que tanto ella como el presidente eran iguales, pero ambos se sorprendían cuando les hacían la comparación.

─Sí, se habla de eso bastante entre pandillas ─el pelinegro de ojos negros informó ─. Sin siquiera intentarlo, ambos lograron que las personas más fuertes los siguieran de cerca. No son los más habilidosos físicamente, pero ambos tienen un corazón grande.   No importa lo heridos o adoloridos que estén, aguantan hasta el final con tal de que los demás no tengan que sufrir lo mismo, aunque en caracter y personalidad son bastante opuestos, por eso los llaman Yin y Yang. 

La chica escuchaba fascinada con una gran sonrisa, lo cual fue aún más divertido para Imaushi.

─¡Muy cool!

Ambos chicos no pudieron evitar reír ante sus palabras haciéndola sentir avergonzada, el rosado tiñendo sus mejillas. La chica miró el cielo azulado sin borrar su sonrisa.

─No le digan a Shin, pero... yo realmente lo admiro.

Curioso, Shin había dicho las mismas palabras sobre Zai solo un par de días antes, lo que hizo a Wakasa volver a reír.

 

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