El clásico de Quidditch

440 27 19
                                    

-Despierta.-dijo Samanta entrando a la habitación de Harry y haciendo sonar una trompeta.

-Expelliar....eres tú.-Dijo Harry que se habia levantado casi de inmediato y habia sacado la varita de la manga, desde que habia tenido que escapar de los mortifago durante un año habia estado durmiendo con su varita en la mano.

-¿Pensabas hechizarme?-dijo Samanta confundida dejando de tocar la trompeta.-Espera es peor aún, pensabas usar Expelliarmus, creí que decías que ese hechizo era para tontos y que si llegabas hacerlo era para parar un duelo porque le tenías lastima a tu adversario.

-Solo un hechizo de emergencia.-dijo Harry levantándose de la cama, aun no se acostumbraba al hecho de no tener pijama y dormirse con la primera ropa que tuviera puesta en este caso el uniforme del colegio.

-Ponte el uniforme de entrenamiento de Quidditch, quiero tener una plática con el equipo antes de empezar las pruebas para nuevos integrantes del equipo.-dijo Samanta marchándose de la habitación dando brinquitos y haciéndole una señal a Harry para que se apurara.

Harry se levantó se le hacía tan raro estar en los dormitorios de Gryffindor de séptimo grado, el que tenía mejor vista a los jardines del colegio, pero tenía la habitación prácticamente para el solo y no habia rastro de las otras camas. Al abrir su baúl, noto que tenía 4 uniformes de Quidditch en su baúl y termino confundido ante eso. El primero era el típico uniforme que habia visto de rojo con dorado de sus años del colegio, el siguiente era negro con detalles rojos y el ultimo era blanco con detalles rojos. Solo habia uno que parecía estar más maltratado de los demás y supuso que ese sería el que usaba para entrenamientos. Saco su escoba que era una Saeta de fuego 2 y esta no estaba personalizada, ni siquiera sabría cuál era la experiencia de usar esa escoba en el partido. Colgó su escoba sobre su hombro y le dio un pequeño vistazo al reloj que tenía en el buro. Su hermana estaba más loca que Oliver Wood, eran apenas las 4:30 am y ya queria entrenar para un partido de Quidditch.

Salió cargando su escoba y se sorprendió de ver algunos alumnos salir de algunos salones de clases, algunos traían marca de labial, otros salieron completamente desnudos y drogados. Conocía perfectamente a la profesora Mcgonnagall y a Snape, ¿Cómo 2 de los maestros más exigentes de todo el colegio podían permitir que pasara eso?, pero todo parecía tan extraño en esta dimensión. Lo que más le sorprendió a Harry es que parecía haber un muro en ciertos pasillos que le hubiera cortado fácilmente el camino rumbo al gran comedor e inclusive los atajos parecían tener una maquina tragamonedas si querían ser usados que sus precios solían variar según el pasadizo y se sorprendió encontrar uno que costaba 3 galeones usarlo. Llego al gran comedor y encontró a Samanta sentada en la mesa de Gryffindor jugando con su varita.

-¿El tonto Huron te hizo una cicatriz que atrofia el cerebro?-Dijo Samanta arrojándole un globo con agua a Harry el cual esquivo magistralmente como si supiera donde se lo iba a lanzar.-Por el momento queda la memoria muscular del cuerpo y puede servir para el quidditch. Vamos a las canchas de Quidditch, ya llegaran los nuevos solicitantes por puestos de Quidditch.

La salida por el gran comedor hacia los jardines del colegio sorprendió a Harry, dado a que ya no se veía la cabaña de Hagrid, si no que en su lugar habia estado el castillo de Hogwarts tan parecido al original, solo que más pequeño, pero con varios autos lujosos estacionados ahí y parecía haber guardias de seguridad cuidando el área, con traje blanco y con la varita en alto esperando para realizar cualquier encantamiento a la menor provocación. Se podía ver que esa zona tenía grandes balcones, con sillas que parecían bastante costosas.

No habia puesto atención al día anterior, pero habia una enorme carretera de dos carriles que llegaba a ese castillo y parecía tener conexión con un par de edición de departamentos y un par de mansiones. Sobre todo tenía conexión con el estadio de Quidditch que era fácilmente 3 veces más grande de lo que Harry recordaba en su estancia en el colegio y en cada uno de los puntos cardinales estaba estampado el escudo de cada una de las casas. Lo peor de todo es que alrededor de este habia espacio para estacionamiento para unos 5000 autos y solo unos cuantos arboles del bosque prohibido habían sobrevivido, solo tuvo que dar un par de pasos para ver que habia una especie de arena para duelos de magia del mismo tamaño, también habia un hotel bastante lujoso con vista al estadio de Quidditch como para la arena para duelos mágicos. También tenía un enorme centro comercial con tiendas correspondientes a cada uno de los equipos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 14, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

PotterPointDonde viven las historias. Descúbrelo ahora