Rápidamente le saca foto a las cinco hojas que tiene en total el documento y apaga el ordenador. Mientras este se apaga, se acerca a la puerta del sótano con el temor y la adrenalina corriéndole por las venas. Asoma la cabeza y mira en todas las direcciones en busca de su amiga, pero no la encuentra, sinónimo de que es muy probable de que haya ido a su habitación a cambiarse y a dejar sus cosas.
Con una pierna al otro lado de la puerta, mira al interior para revisar que no se deja nada que la pueda delatar y, al cerciorarse de que es así, sale por completo. Con suma delicadeza pone de nuevo el candado y agarra nuevamente la fregona, colocando con el palo de esta la cámara de tal manera que apunte de nuevo hacia donde apuntaba antes de su llegada. A la velocidad de la luz sube escaleras arriba y mira hacia todas partes en busca de su amiga. El ruido de unas chanclas sobre los escalones de la escalera delatan la posición en la que se encuentra Chloe.
Mira hacia sus manos, no le da tiempo ni de broma de ir al cuarto de la limpieza a dejar la fregona sin que la rubia la vea, por lo que decide improvisar un poco. Se pone a mover la fregona a un lado de la silla en la que horas antes había estado sentada mientras desayunaba. Es interrumpida por la voz de Chloe.
— Te estaba buscando. ¿Dónde estabas?
— Fui un momento al cuarto de la limpieza a por la fregona.
— ¿Por?— se gira hacia la rubia.
— Mientras desayunaba se me desparramó el agua y se me cayó un poco al suelo. Sabes que por las mañanas suelo ser bastante torpe— se ríe un poco rezando para que haya sonado convincente y se lo haya creído.
La tensión que hay en el ambiente mientras la mirada de la recién llegada navega entre la mirada de la morena, la fregona y el sitio donde estuvo "limpiando" su amiga hace apenas unos segundos se puede cortar tranquilamente con un cuchillo. Cuando ya el silencio era insoportable para la morena, Chloe se echa a reír, desconcertando a Verónica.
— Ay boba. Nunca cambiarás— la rubia mira hacia la cristalera que tiene Verónica a su espalda, que ofrece una amplia vista al gran jardín trasero de su casa—. El día está espectacular y hace un calor que te mueres. Deja eso en su sitio y vamos a la piscina un rato. Sé que no tendrás bikini, por lo que coge uno de los míos. No tardes— antes de que la morena pueda abrir la boca, su amiga sale corriendo hacia la puerta corredera que separa el comedor del jardín, la abre y se dirige velozmente hacia la piscina mientras se quita la camiseta ancha que llevaba.
Verónica la sigue con la mirada y, cuando ve que su amiga salta y cae finalmente en el agua, suelta un largo y cargado suspiro.
<<Ha estado cerca>>.
Sigue las órdenes de Chloe pero, antes de ir a la habitación para coger un bikini y cambiarse, se dirige hacia la parte derecha del pasillo de la segunda planta. En esa parte del pasillo tan solo hay dos puertas: la que está en la pared de la izquierda, que es una sala de juegos, y la que está en la pared de la derecha, que es la sala en la que tienen los ordenadores que muestran las imágenes en directo que ofrecen las cámaras de vigilancia que están instaladas por los exteriores de la casa.
Decidida, pone la mano sobre el frío picaporte y abre la puerta, revelándole la pequeña sala en la que ha estado más veces de las que hubiese deseado. Cuando aún iba al instituto junto con Chloe y con Alba, muchas veces tuvo que entrar a ese pequeño cuarto acompañada de Chloe, a escondidas de los padres de esta última, ya que era la única del trío que sabía cómo manipular los vídeos de las cámaras de vigilancia para que no se les viese salir en la noche y regresar casi cuando el sol salía a saludarlas con el fin de ir a alguna fiesta.
Rápidamente empieza a trabajar con lo vídeos, borrando en los que se ve cómo mueve la cámara y duplicando la grabación de horas atrás , en la que no se ve a nadie. Una vez hecho todo el proceso, que no le llevó más de cinco minutos, recoge todo y deja el pequeño cuarto tal y como lo encontró. Sale de "la habitación de las cámaras" (como le habían llamado desde que ella y Chloe eran apenas unas niñas) y corre por el pasillo hasta llegar a la habitación de su amiga. Se dirige hacia el ropero de esta y abre el cajón donde tiene guardados los bikinis. Rebusca un poco y encuentra uno que se dejó ella meses atrás allí y nunca se acordó de ir en su busca. Se cambia en un abrir y cerrar de ojos y se dirige a la piscina, donde está su amiga apoyada en uno de los bordes.
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Secuestrada
Teen FictionVerónica, una chica normal , vive su vida como cualquier universitaria hasta que esta cambia por completo. ¿Por qué estaba allí? ¿Qué significaban todos esos papeles? ¿Por qué estaba él allí y no hacía nada para sacarla? Algo muy grande se esconde d...