El verdadero comienzo

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Era un día hermoso.

Los pájaros cantaban y las conversaciones de los aldeanos se escuchaban entonadas y en orden en comparación con otras épocas en las que todo era un desastre sonoro.

Había pasado una semana desde esa conversación con la princesa y ese día acordaron reunirse para continuar la investigación, tenían que hablar sobre esa cosa en el cielo, y lo que los preocupaba no era su aparición, si no su ausencia.

Hace pocas semanas no se había visto cuando antes brillaba como un segundo sol. Era algo de lo que debían hablar.

Varian estaba solo en su casa, estaba leyendo en uno de sus escritorios por milésima vez las aventuras de Flynnigan Ryder, no podía creer que en algún momento llegó a ver a Eugene como él y le daba una gran vergüenza recordar cómo se comportó con sus amigos por primera vez.

Era el tipo de chico que llama infancia a los momentos de hace dos años.

De repente unos sonidos que parecían ser arañazos en el piso de arriba lo sacaron de su concentración.

Levantó la mirada por intuición y no le dio ninguna importancia ni reacción, seguramente era Ruddiguer jugando con cualquier cosa o rascando la madera debajo de su cama, era algo que hacía todo el tiempo.

Bajó la cabeza para volver a su lectura pero fue nuevamente interrumpido por la imagen de Ruddiguer durmiendo a sus pies, pensó que podría haber pasado.

-Seguramente es una rata o un pájaro, debería organizar mi habitación ... algún día-

Pensó hablando solo.

Le dio a Ruddiguer un par de caricias en la cabeza y volvió a su libro, pasaron varios minutos hasta que Varian se olvidó de los ruidos extraños, pero pronto se escuchó algo que no pudo ignorar.

sonaba como un trueno que sonaba en lo alto de su casa, no podía ser su padre ni un pájaro, era otra cosa.

Subió armado con varios suministros para defenderse por si acaso pero no encontró nada. Registró cada habitación pero todo estaba normal.

Bajó las escaleras desconcertado y se paró en medio de la habitación tratando de escuchar lo que fuera que pudiera comprobar si había algo allí o si simplemente se estaba volviendo loco.

Varios minutos de no escuchar algo que le preocupara se volvió a sentar, pero no podía seguir leyendo con calma ya que cada ruido lo ponía nervioso.

Cuando finalmente pudo leer un par de páginas sin contratiempos su concentración se interrumpió nuevamente, pero esta vez fue algo peor. Comenzó un temblor. Al principio parecía leve pero fue una gran sacudida segundos después hasta el punto de que lo hizo terminar en el piso sin poder sostenerse en equilibrio.

Cuando el temblor pareció detenerse, Varian vio cómo los candelabros de su casa se movían como columpios y su colección de libros estaba derrumbada.

Era extraño, no había experimentado temblores tan fuertes pero era un fenómeno natural.

Ruddiguer corrió hacia Varian para comprobar si estaba bien.

Varian lo puso en sus piernas y comenzó a sacudirse el polvo que había caído sobre él, se levantó y miró a su alrededor, al menos no había mucho daño.

Comenzó a levantar las sillas y varios papeles y estaba a punto de salir de su casa para buscar a su padre cuando otra interrupción lo detuvo.

-¡Oh, ahora que?! -

exclamó que todavía con la conmoción del temblor y un tono molesto en su voz, ¿no era lo suficientemente extraño todo eso?

Sintió una molestia en su oído, bajó la mirada y pudo ver que no era el único que lo sentía, ya que Ruddiguer se movía de un lado a otro tratando de que sus oídos dejaran de sentir ese dolor. Él era mucho más sensible a esas sensaciones.

Primero comenzó como un zumbido distante, pero con el tiempo sonó más como el grito de alguien que se sentía cada vez más cerca hasta que terminó como un ruido ensordecedor que hizo que Varian se tapara el oído con el estruendo posterior que sonó como algo pesado contra el suelo y un pequeña explosión llenó la habitación de humo y polvo.

Varian tosía y estornudaba sin parar mientras disipaba el humo con una de sus manos, le costaba volver a respirar con normalidad.

No quería moverse mucho, estaba esperando que pasara algo más, todo el día habían pasado cosas raras y cada una pasaba cuando tomaba el control de la situación.

Se bajó sus goggles a los ojos para que el polvo dejara de hacer sus ojos arder .

Quería ponerse de pie, pero algo lo hizo quedarse en el suelo congelado de miedo.

No era el único en la habitación tosiendo.

let's dare to dream (español ;>)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora