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Rapunzel y Eugene se acercaban a la casa de Varian.

La princesa estaba emocionada de mostrarle todo lo que habían descubierto en la semana.

Había partes del diario de Demanitus que ella misma había decodificado y estaba orgullosa de haber aprendido otro idioma. También quería mostrarle a su amigo lo que ella y Eugene habían avanzado y apoyarse entre sí.

-No sabía que Demanitus era alguien tan profundo, digo, sí era alguien de palabras complicadas pero, realmente abrió su corazón en esto-

Dijo Rapunzel mientras abría el diario y miraba el dibujo de Zhan Tiri.

-Bueno, en tu defensa, no se puede decir demasiado sobre alguien cuya primera impresión es un mono en pañal así que...-

Pero Eugene no pudo terminar de decir lo que decía, ya que vieron a Varian corriendo hacia ellos con una expresión de miedo en su rostro.

Al principio los rebasó, pero Eugene lo agarró de la parte superior de su camisa y lo puso frente a su vista.

-chico que te sucede?-

Varian siguió insistiendo en irse, así que Eugene lo detuvo con uno de sus brazos.

-Agh, Eugene, suéltame, es urgente, debo ir a ver a mi padre, hay algo...-

Rapunzel extendió la mano para calmarlo y él dejó de retorcerse para escapar.

Ella puso sus manos sobre sus hombros y le preguntó:

-Wow Varian que pasa? ¿Tu padre necesita ayuda?-

Varian respiraba con dificultad y respondió apresuradamente.

-Ahí... Hay algo en mi casa, hubo un terremoto, había mucho humo, parte del techo está destrozado, hay alguien en mi casa que salió de la nada-

Rapunzel y Eugene se miraron confundidos y trataron de tranquilizar al chico.

Luego de unos minutos le aseguraron que seguramente todo estaba bien y  fueron en dirección a la Casa de Varian mientras él guardaba una buena distancia y los esperaba afuera.

La pareja entró a la casa y nada más entrar confirmaron lo que Varian no exageraba. Ellos también comenzaron a preocuparse.

Removieron unos escombros y vieron el gran agujero en el techo y una mesa partida por la mitad con montones de pociones y pedazos de vidrio en el piso, todo era un desastre.
Aún quedaba una ligera capa de niebla de colores y olor a quemado.

Pensaron que eso o quién había hecho todo eso también había escapado, pero antes de irse Rapunzel escuchó ruidos adentro que parecían sollozos con una respiración entrecortada, como si alguien estuviera conteniendo la respiración.
Rapunzel llamó a Eugene y siguieron el sonido hasta uno de los mitades de la mesa debajo de un gran trozo de roca. Lo movieron y allí vieron lo que probablemente habría asustado a Varian.

Tan pronto como la chica fue descubierta, lanzó un grito que hizo que la pareja también gritara como un acto reflejo. No esperaban tal reacción, no esperaban nada para empezar.

Tampoco esperaban que la chica se levantara y comenzara a gatear, casi en cuclillas hasta uno de los rincones de la habitación para abrazar sus piernas sin apartar la vista de ellos.

La pareja dio un paso atrás y mantuvo el contacto visual con la que los miraba.

Rapunzel tomó un respiro y Eugene la tomó de uno de sus hombros para evitar que hiciera lo que él pensaba que haría. Rapunzel quitó la mano de Eugene y le sonrió como un gesto de que confiara en ella. Eugene asintió hacia ella sin quitar su rostro preocupado.

-hey, ¿qué tal si vas con Varian? todavía debe estar un poco asustado-

-¿Está segura?-

Eugene preguntó y al recibir una respuesta positiva salió de la casa.

La princesa se acercó lentamente, agachándose a cada paso para estar a la altura de la chica, aún con una ligera distancia entre ellas.

La intrusa se veía bastante incómoda con ella allí. Se puso completamente tensa con las manos pegadas a la pared

-Hey, relájate, tómatelo con calma, no te vamos a hacer daño-

Habló rompiendo el silencio Rapunzel con una voz suave y casi susurrando para parecer más reconfortante.

-Yo soy la princesa... la reina Rapunzel de Corona y el que me acompaña es Eugene Fitzherbert, no nos tengas miedo, somos buenas personas. ¿Que pasó aquí?-

Cuando la princesa dijo eso, la chica se relajó un poco y bajó las manos para apretar el pañuelo que tenía en el pecho por los nervios, pero no dijo ni una palabra.

Rapunzel le sonrió y continuó:

-¿Me puedes decir tu nombre?-

Pero la chica seguía sin responder. Rapunzel lo tomó de buena manera y se levantó, fue hacia Eugene y le dijo que deberían darle un tiempo hasta que pudiera calmarse lo suficiente como para cooperar con ellos.

-Es lo que quieres uhhh... ¿Tú?-

Y finalmente obtuvo una respuesta de la extraña que asintió con la cabeza, aún un poco insegura.

Con esto Rapunzel salió de la casa y se dirigió a donde estaban los chicos dejándola sola con la puerta abierta por si se atrevía a salir cuando estuviera lista.

let's dare to dream (español ;>)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora