VII

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Mientras avanzaban rumbo al castillo Danielle mantenía la mirada baja intentando no mirar hacia el puesto y con su saco cargado tras la espalda.
A Eugene le incomodaba el silencio, así que intentó romper el hielo.

-Oye Danielle, qué fue lo que pasó ahí atrás? Olvidaste llevar dinero?-

-Porqué es tan importante el dinero aquí?! Ni siquiera entiendo a lo que se refieren!-

Eugene se extrañó de lo que le había dicho, pero igualmente no la cuestionó demasiado, en lugar de eso, prefirió explicarle que era y para que servía

-El dinero es, bueno... Ya sabes, una forma de pago para conseguir algo que quieres-

-Agh! Tu también empezarás a sermonearme con trabajar?!

-Trabajar? Estamos en la misma conversación?-

Eugene no conocía el contexto de la pelea que Danielle había tenido con Varian, así que no sabía porque ella actuaba de esa manera.

-Ya no importa-

Siguieron caminado un rato más en silencio hasta que a Eugene se le ocurrió hacer otra pregunta.

-Danielle, cómo pensabas pagarle a ese hombre? Porqué le ofrecías ese ramo?
Me refiero a que, si, es halagador que a los chicos nos den flores a veces pero...-

-Podrías ir al punto por favor?-
Dijo Danielle con un tono algo molesto

-Esta bien. Porqué insistías tanto en pagar con las flores? En tu mundo lo hacen así?-

-Bueno si. Las flores son como conseguimos los ingresos. Cada flor tiene un valor diferente y dependiendo del tamaño del ramo lo llamamos de una forma diferente. Por ejemplo, el ramo que le intentar dar a ese horrible señor era un wilgerblom. Un ramo de 15 flores que solemos usar para pagar a los artesanos-

Eugene estaba sorprendido de lo diferente que era la economía en el mundo de Danielle, y supuso que muchas de las cosas que hacía también iban a ser alguna razón para sacarla de un problema.

-Danielle, porqué lo haces?-

-Hacer qué?-

-Bueno...esto, porque parece que no entiendes que no todo se hace igual aquí, y por lo que he visto, no quieres cambiar tus hábitos, quisieras hablar sobre eso?-

Danielle se quedó callada pero no sé molestó, más que nada se encogió cómo si el tema fuera algo personal.
Por unos momentos Eugene volvió a verla como la Danielle recién llegada a Corona, tímida y distante y entendió que no le quería contar lo que le pasaba.

-Hey esta bien, no hay problema, solo quiero decirte algo-

-No estoy de humor para un sermón ahora, capitán-

-No lo veas como un sermón, velo como un consejo.-

Eugene se puso enfrente de ella y la miró firmemente-

-No entiendo, y probablemente nunca entienda cómo hacen las cosas donde vives, pero no temas en preguntar cómo puedes resolver las cosas aquí. El orgullo no es fortaleza Danielle, es debilidad. Ya verás que te irá mucho mejor si puedes demostrarte a ti misma que conseguiste entender algo nuevo y no tienes que hacerlo sola. Déjate ser ayudada, está bien?.-

Danielle no dijo nada y bajó la mirada. Por un momento se sintió intimidada ya que Eugene era la única persona a la que respetaba, y a diferencia de cómo Rapunzel o Varian la habían intentado entrar en razón, Eugene era el primero que le preguntaba sus razones para actuar de esa manera. Por lo que más que un regaño, lo sintió como una forma de demostrar preocupación e interés.
Al final asintió con la cabeza con ojos que parecían ser de un perrito y continúo caminando al lado de Eugene casi arrastrando el saco  que antes llevaba en la espalda.
Al llegar al castillo, Eugene acompañó a Danielle hasta los establos y le volvió a recordar que contaba con alguien para afrontar su situación. Se despidió de ella y entró al castillo para acompañar al resto de su familia en el desayuno.
Danielle se dirigió al establo que compartía con Max y se sentó en el suelo para empezar a sacar todas las cosas que tenía en su saco.
Mientras tanto, Rapunzel ya estaba desayunando con sus seres queridos. Se le veía más callada y casi no comía nada. Era evidente que algo le pasaba, pero nadie se animó a preguntar en el momento.
Rapunzel fue a su habitación dejando su plato casi lleno y se dejó caer de cara a su cama para descansar su mente. Por fin tenía algo de tranquilidad, que fue interrumpida por unos golpes en la puerta.
Estaba tan frustrada que incluso respondió de mala gana a quien se encontraba del otro lado de la pared hasta que escuchó la voz de su madre.

-Rapunzel? Linda, puedo entrar?-

Rapunzel se levantó de la cama y abrió la puerta

-Rapunzel, estás bien? Has estado... Algo distante hoy. Pasó algo?-

-Mamá, lo siento, no es nada malo, solo... tuve un mal comienzo del día, pero ya estoy mucho mejor-

Aunque Raps era buena para mantener ocultas sus emociones, Arianna sabía que lo que necesitaba era hablar para desahogarse, además de que algo que amaba hacer era hablar con su hija y poder darle consejos.

-Puede que siga siendo algo nueva en esto de la maternidad, pero no puedes engañarme, ese es nuestro superpoder. Ahora, siéntate, respira, y dime cómo te puedo ayudar-

Rapunzel entendió que ya no tenía otra opción que expresar lo que realmente sentía, y aunque aún le costaba trabajo, era algo que le había prometido a Eugene que se esforzaría por hacer.
Pasó sus manos por su cabello y se sentó junto a su madre.

-Bien, no se por dónde empezar, pero... Durante este último mes ha habido una chica... Que ha sido algo difícil para mí.

Rapunzel aún no se animaba a contarle sobre Danielle a su madre, especialmente de que venía de otro mundo, y que se estaba hospedando en los establos del castillo. Así que intentó ser lo menos detallista posible.

-Una chica? De quién se trata?

-E-es alguien de otro reino, si! Y la he ayudado a adaptarse a Corona.. bueno, al menos eso he intentado, pero, al parecer, ella no quiere intentarlo.
Intenté hablar con ella pero, creo que perdí la paciencia antes de terminar la conversación y... No sé si me sienta del todo bien por eso-

Arianna se sorprendió de lo que Rapunzel le contaba, ahora sabía porque últimamente regresaba al castillo solamente para encerrarse en su habitación y salir horas después cuando se sentía mejor.

-No deberías sentirte así si realmente no le dijiste nada malo linda, a veces la personas son... Obstinadas y si no marcas un límite, terminan pasando por encima de ti-

-Alguna vez te sentiste así, mamá?-

-Tu tía y yo siempre teníamos problemas que nunca terminamos de resolver, principalmente porque yo cedía a todo lo que pedía para no iniciar una discusión, pero cada vez que eso pasaba, una parte de mi criterio se iba. Tuve con tu abuela una conversación muy parecida a esta, y ella me dijo que tenía que encontrar mis límites para marcarlos a los demás. Desde ese momento, empecé a hacer visible cuando algo no me gustaba sobre ella. He seguido trabajando en ello, pero es inegable que mi relación con Willow ha mejorado, porque ella me respeta ahora, y yo me respeto a mi misma.
Por eso no deberías sentirte culpable Rapunzel.-

Rapunzel no sé imaginaba a su madre como alguien que tuviera algún problema. Siempre la veía tan centrada y segura, que no conocía esa parte de ella.
Pero sabía que tenía razón.

-Rapunzel, querida, tu siempre estás para los demás, siempre estás viendo la forma de ayudar a todos, pero no siempre te incluyes en eso. Si la chica te causa problemas, no quieras manejarlo sola. Yo me ocuparé de ella esta semana, está bien?

-Mamá, no puedo dejarte hacer eso-

-No es algo para poner a discutir querida. Te ayudaré mientras tú tratas de concentrarte en tus propias responsabilidades, empezando por comer-

Le dijo Arianna ofreciéndole el plato que había dejado en la mesa.
Rapunzel le sonrió y tomó el plato.

-Gracias mamá-

-Es todo un placer, linda-

Ambas se dieron un abrazo y Rapunzel tomó el plato para volver ir al comedor.
Mientras comía, pensó en lo que le había dicho su madre y supo que no iba a rendise con Danielle y que sus esfuerzos algún día harían que ella fuera la mejor versión de si misma. Se lavantó de la mesa y comenzó a planear su día sintiendose alegre y orgullosa de ser la persona positiva que siempre había sido

let's dare to dream (español ;>)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora