Él Hijo De Una Estrella [Camus x Milo]

Su luz jamás se detuvo

En él pueblo ancestral.

Aquiles veía aquel árbol de manzanas él cuál casa fruto representaba a cada uno de los miembros de la familia, notando que algo no estaba bien, una manzana más está por quebrarse.

Aquiles: No puede ser... - fue lo que susurró, mientras los habitantes del pueblo sé acercaban, al árbol.

En él santuario.

Athena empezó a caminar con Nike en sus manos, guiando su camino mientras brillaba, la oscuridad de aquel lugar era total, saliendo así del templo del patriarca sin rastro de Camus, mucho menos de Milo, a lo lejos, enfrente de su estatua noto que había alguien tirado, corriendo se acercó a ver quién era, cuando estuvo cerca se dió cuenta de que era Camus, así que lo volteó y empezó a moverlo para despertarlo.

Athena: ¿Camus?, ¿Camus? - decía mientras lo movía, diez segundos después Camus despertó.

Camus: ¿Athena? - fue lo único que dijo.

Athena: ¿Camus estás bien? - pregunto preocupada.

Camus: si, pero dígame ¿cómo llegué tan rápido aquí?, ¿Y porque está tan oscuro? - recordó a alguien y lo buscó rápidamente con la mirada - ¿Y Milo? - pregunto preocupado.

Athena: eso es lo que quería preguntarte - dijo preocupada.

Camus: ¡MILO!... - grito mientras buscaba con la mirada, pero nada.

En Otro lado.

Una gota, dos gotas... Tres gotas de sangre fue lo que cayó ahí, dando por cerrado aquel intercambio.

Milo: él trato está hecho, liberalos - exigió a la sombra que tenía enfrente.

– tú debes guiarlo hasta la salida, cuando lo hayas dejado, deberás volver a mi lado ¿Entendido? - Milo asintió y tomó las manos de aquel hombre, para seguidamente empezar a guiarlo a la salida.

En él Santuario.

Shaula: ¡LO VEO! - le gritó a su hermana mientras la guiaba, hacia más adelante, justo a los pies de la estatua.

En aquel lugar.

– no debiste haber hecho eso, ahora deberás quédarte con él por el resto de su condena - hablo el hombre, mientras veía la salida.

Milo: no tienes que preocuparte por mí, él sólo desea compañía, una luz que lo guíe a un lugar mejor - dijo mientras lo dejó en la puerta, mientras la abría.

En él Santuario.

Todos pudieron verlo vieron cómo si abrazará algo, un sentimiento de angustia empezó a invadir a todos los que lo conocían.

Camus: Milo... - susurro preocupado.

En aquel lugar.

– les dolerá mucho saber que compartiste él mismo destino que tú padre ¿Sabés? - sintió cómo empezó a empujarlo.

Milo: tú más que nadie sabe que si vuelvo a ese mundo, un millón de muertes más se darán por culpa mía - dijo con un poco de tristeza.