ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 2

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La abuela de Louis siempre le hablaba del amor, de cómo había perdido a su alma gemela en la guerra y lo destrozada que quedó cuando no pudo ni siquiera darle sepultura. Le gustaba escucharla hablar, cuando hablaba de su abuelo se le iluminaban los ojos y ya no parecía tan perdida. Tenía las mejillas ahuecadas y la piel manchada.

-"Es por la tristeza, mi niño"- Le repetía cuando él le reprochaba que no comía lo suficiente.

Louis nunca se había enamorado ni visto el amor, sus padres nunca se habían querido, sabía que se habían casado porque ella quedó embarazada y su abuelo los obligó a contraer matrimonio.

En la secundaria Louis era bajo, tenía muchos granos y los dientes torcidos porque no podía permitirse pagar un dentista, llevaba ropa tres talles más grandes que los patrones de su madre solían darle y se le marcaban los huesos de la cintura. Nunca creyó que podría enamorar a nadie, tan diminuto como se sentía.

Sin embargo, cuando comenzó a trabajar en la fábrica su cuerpo cambió por completo, sus músculos se tornearon y aunque seguía siendo delgado ya no podía contarse los huesos de la columna. Ahorró durante un año entero para pagarse las ortodoncias y con el fin de la pubertad su piel se volvió suave y brillante. Se había dejado crecer el pelo y tenía principios del crecimiento de una barba que no tenía tiempo de cuidar. Se ataba el pelo en la nuca para que no le tapase los ojos, lo único que le quedaba como recuerdo constante de su madre; Un par de ojos del color del cielo y un anillo de bodas que había convertido en collar.

Fue lo primero que guardó en la valija, destartalada y sin una rueda, no tenía mucho que llevar, un par de sweaters de lana, el único pantalón en condiciones que le quedaba y un par de alpargatas desgastadas por el uso.

Las horas de espera en el aeropuerto se le hicieron eternas pero miraba con admiración todo a su alrededor, había grandes ventanales de vidrio por donde podía ver los despegues y sillones donde habría dormido más cómodo que en su propia cama.

Se preguntó por qué el nuevo jefe de su padre preferiría pagar dos boletos en primera clase en vez de contratar a un chofer francés, que viviese cerca y conociese el idioma. Louis había tenido idiomas en el colegio pero no recordaba casi nada.

El nerviosismo le revolvió el estómago durante todo el viaje hasta que pudo quedarse dormido.

-Louis, nos espera un coche, ya llegamos. "la ville de l'amour"- Pronunció toscamente su padre.

𝙻𝚊 𝚍𝚘𝚞𝚕𝚎𝚞𝚛 𝚎𝚡𝚚𝚞𝚒𝚜𝚎|𝙻.𝚂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora