𝙻𝚊 𝚍𝚘𝚞𝚕𝚎𝚞𝚛 𝚎𝚡𝚚𝚞𝚒𝚜𝚎|𝙻.𝚂

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 10

Louis pasó la próxima semana y media saliendo de su habitación solo para lo esencial y evitando a Niall y a Harry lo más posible, le avergonzaba solo pensar en recordar el incidente y le preocupaba todavía más que se había repetido periódicamente en los últimos días. Se repetía a él mismo que su celo estaba acercándose y ese era el motivo de su sueño, pero internamente sabía que el ojiverde lo tenía embobado desde el momento en el que lo conoció.

Había terminado el cuadro de Harry y lo guardaba en secreto dentro de su armario, aterrorizado de que alguien lo viese cuando entrasen a limpiar su habitación, rezaba internamente no tener que verlo a los ojos pero le fue inevitable cuando el rubio le dijo que Harry lo esperaba en su despacho.

Bajó secandose el sudor de las manos en los pantalones y toco la puerta entreabierta con aire nervioso.

-C'est ouvert.- Respondió Harry, con la voz ronca y notablemente cansada. Al ver que nadie entraba rodó los ojos.- Adelante, está abierto.- Repitió. Sus ojos se dirigieron hacia un Louis que parecía haber visto al mismísimo diablo y no pudo evitar fruncir el ceño y desprender feromonas de protección, las cuales intentó ocultar con un gesto de la mano, indicándole que se siente.

-Louis ¿Hablás inglés?.- Louis ladeó la cabeza con confusión, siempre le había ido bien en esa materia pero no entendía a qué venía la pregunta.

-Sí.- Evitaba cualquier palabra que no fuese un monosílabo porque le avergonzaba tartamudear frente a él.

-Bien, necesito que traduzcas unos documentos, normalmente lo haría yo pero no tengo suficiente tiempo ni para darme un baño que dure mas de 5 minutos.- Louis bloqueó lo más rápido que pudo la imagen de Harry enjabonándose y asintió con la cabeza, rogando que sus mejillas no estuviesen tan rojas como las sentía.

-¿Mucho trabajo?- Se animó a preguntar.

-Te sorprendería el tiempo que amerita organizar una boda.- Contestó el ojiverde, centrando la vista nuevamente en unos documentos y buscando algo dentro de una carpeta negra de cuero.- Acá, estos son, para mañana sin falta.

Louis miraba un punto fijo en la pared completamente ajeno a la mano de Harry que extendía impaciente su trabajo, las palabras se repetían sin cesar en su cabeza. "Una boda" ¿Se iba a casar? 

Vino a su cabeza la silueta de la chica rubia que solía estar sentada en las hamacas de madera que colgaban de los sauces y suspiró, era hermosa. La había escuchado tocar el piano y recordó haber admirado la delicadeza con la que se movían sus dedos, recordó, también, ver el anillo de diamantes que descansaba en ellos.

-¿Louis?.- Salió de su trance para observar a un Harry notablemente enojado y asintió, tomando los papeles y saliendo con paso lento de la habitación, sentía que le pesaban toneladas de piedras en la espalda. Cuando entró a su cuarto no pudo evitar largarse a llorar. ¿Cómo podía haber si quiera soñado que Harry alguna vez lo elegiría?