Capítulo: La Calma Después del Caos

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—Ok... por fin terminamos—, dijo la Dra. Moore con un suspiro profundo mientras ajustaba la última sutura con manos expertas. La cirugía había sido un éxito, aunque hubo complicaciones que demandaron suturas adicionales y una intervención más prolongada de lo esperado. Más de tres horas habían pasado desde que Adora había entrado al quirófano, y ahora, con la tensión liberada, la sensación de logro pesaba tanto como el cansancio en su cuerpo.

Moore alzó la vista hacia el equipo, sus ojos cansados, pero determinados. —Lleven a la paciente a postoperatorio—, ordenó. —Y asegúrense de que la Dra. Hillman lo sepa. Me gustaría hablar con ella tan pronto como sea posible—, añadió mientras se dirigía hacia el área de lavado.

Un interno, nervioso pero eficiente, se acercó rápidamente. —Disculpe, Dra. Moore, la Dra. Hillman está en el segundo piso, en el área de cirugía. Ella y el Dr. Lewis están con la esposa de la paciente... parece que están junto a la bebé—.

Moore asintió lentamente, secándose las manos bajo el agua tibia. El sonido del grifo corriendo llenaba el silencio en la sala estéril. —Gracias. No olvides traerme los resultados completos de Adora Applesauce. Quiero un informe detallado de su estado y también que prepares las notas quirúrgicas para revisión—.

—Sí, doctora, me encargaré de inmediato—, respondió el interno antes de salir apresurado, dejando a Moore en su rutina de limpieza postoperatoria.

Mientras la doctora finalizaba, se permitió un momento de reflexión. Todo había salido técnicamente bien, pero aún no podía apartar de su mente lo que seguiría. Sanar un cuerpo era relativamente sencillo en comparación con reparar un corazón roto. Mientras se secaba las manos, el cansancio emocional comenzaba a pesar tanto como el físico. Con un suspiro, dejó la sala quirúrgica y se dirigió al ascensor, sabiendo que lo más difícil aún estaba por venir.

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En otro rincón del hospital, Catra permanecía sentada en una pequeña silla de la sala de espera, pero no estaba realmente presente. Su cuerpo estaba allí, quieto, pero su mente se hallaba atrapada en un vórtice de emociones turbulentas, donde la culpa y el miedo la devoraban lentamente.

El eco de los pasos y las voces en los pasillos no llegaba a sus oídos. No sentía la frialdad del suelo bajo sus pies ni el cansancio que pesaba en su espalda. Su mente repetía una y otra vez los momentos previos al accidente, buscando respuestas imposibles. Si no hubiera insistido en salir... Si hubiéramos pedido la cena a domicilio... Si hubiera estado más atenta al volante.... El peso de la culpa la aplastaba sin tregua.

La vida que tanto había soñado con Adora, aquella familia que tanto habían deseado, ahora parecía desmoronarse frente a ella, irrecuperable. Habían perdido a su hija. Su bebé. Un pequeño ser que apenas había existido en el mundo, pero que ya lo significaba todo para ellas. Y ahora... todo lo que quedaba era vacío.

Una enfermera se acercó con cautela, preocupada al ver el estado en el que Catra se encontraba. Le tocó el hombro con suavidad para llamar su atención.

—Catra—, dijo en voz baja. —Adora ya ha salido de la cirugía. Todo ha salido bien, y la están trasladando ahora mismo a su habitación. Puedes ir a verla cuando te sientas preparada—.

Catra levantó la mirada lentamente, pero su rostro no mostró alivio. El miedo la mantenía anclada, una carga emocional que no podía sacudirse. ¿Qué iba a decirle a Adora? La idea de enfrentarse a ella, de explicarle que su bebé no había sobrevivido, la aterraba. Catra siempre había sido fuerte, la que se mantenía firme cuando todo lo demás se desmoronaba. Pero ahora, sentía que las paredes a su alrededor se cerraban, y no encontraba una salida.

ACCIDENTE. | Catradora | Au. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora