Mi propia muerte

Capitulo 6

X

   Poco después de tener esa "cita", hizo justo lo que le puso en el mensaje, se mudó al edificio de enfrente, con la misma planta dando justamente a la ventana de su habitación. Quien decía que no se podía tener todo en esta vida, es solo un poco de esfuerzo y con la ayuda de un mujeriego como yo para que esa chica caiga rendida en mis garras. 

   Al terminar de mudarse a su nuevo apartamento decidió hacer una investigación más profunda sobre todo su entorno. No era plan que fuera un blanco fácil, y menos siendo yo el cazador.

   Cogió una libreta y empezó a apuntar de todo lo que veía: la hora de cuando entraba y salía de su edificio, el horario de la amiga también, cuando se dormía aproximadamente, la gente que le iba a visitar, importante, cuando pedía que le trajeran algo ... Todo absolutamente todo, solo le faltaba más intimidad que eso será más fácil cuando empiece mi plan. Paso a paso encajan las piezas del puzle.

***

   Pasó una semana, donde pudo apreciarla desde la distancia, aprendiendo cada mínimo detalle de lo que hacía. Había que saber cuando se podía sorprender a esa chica, los mensajes nunca tenían respuesta después de que se mandaran, pero sabía que los leía. Los leía justo al lado de la ventana, me pilló un día sacando la basura y comprendió que estaba en el edificio de al lado.

Horario

6:55 salida para ir a la cafetería de enfrente

7:30 llegar para entrar a la universidad

10:55 almuerzo en un bar cerca de su trabajo

11:30 entrada al trabajo (tienda de ropa)

16:45 salida trabajo

17:00 llegada al apartamento

   Findes de semana estar encerrada sin salir, a no ser que sea para estudiar en la biblioteca

   Chica aplicada

   No podía ser todo tan malo, solo hacía falta conocerla

   Hasta que se decidió a ejecutarlo, salió del apartamento sobre las cinco cero cero am, vestido con una camiseta de tirantes blanca, una gorra del mismo color, pantalones deportivos azules oscuros y zapatillas grises para correr, para hacer su rutina de ejercicios diarios. 

   No podía haber ningún fallo, ella salía a las seis y cincuenta y cinco am para irse a una cafetería a tomarse un café, para ir después a la universidad para estar allí a las siete y treinta am.

   Empecemos

   Estaba haciendo estiramientos en la puerta de su edificio cuando noto como me están mirando, volteo para arriba y la pillo mirándome, si disimular me da la risa. Tenía un gimnasio en el departamento de policía, acostumbrado a ir para las pruebas con el saco de boxeo, me gustaba acomodarme la rutina a ese espacio, pero mi plan tenía que ser meticuloso, por lo que tocaba cambiar plan de rutina para que me viera en los momentos que yo quisiera que me viera. 

   Ella baja vestida con unos vaqueros ajustados a esas espectaculares piernas, con una camiseta larga blanca pegada haciendo que se pueda apreciar bien ese torso, nada más pensar cómo se vería en mi cama atada se me agranda la polla.

   Concéntrate de una vez, y no pienses en tu puto miembro

   Joder, ya quisieras estar en mi lugar chaval