Mi propia muerte

Capitulo 8

X

   Las semanas se pasaron, y estuvieron saliendo un par de veces más, pero al dejarle al chaval que la conquistara un poco, para tener la confianza suficiente, yo solo era un espectador más, algo de lo que no me está gustando nada. Había estado en las sombras durante una semana y media después, necesitaba salir y divertirme un rato.

   Escucha o salimos los dos con ella o con las mismas te quito ese poder que crees tener en este momento

   Le estaba diciendo mientras el chaval se estaba vistiendo por qué tenía otra cita con ella, al verlo sí parecía ser importante por lo arreglado que se estaba poniendo. Era posible que si no saliera, saldría una noche mientras él duerme para irme a un bar de putas, tampoco estaba nada mal un polvo y una muerte por atoramiento de pilla.

-Vale, no hay problema, pero déjame por lo menos decírselo. No me refiero a que soy otra cosa de ti que ya te estoy escuchando, o sintiendo refunfuñar y con ganas de matarme, me refiero a que vas a estar tú en vez de yo- hablaba al reflejo de su espejo.

   Y qué le vas a decir, "hola guapa hoy en vez de estar yo va a estar el verdadero ser de este cuerpo" Pues no ves que eso no sirve, déjame a mí que soy mucho mejor

   Y con las mismas antes de poder soltar algo más, se cambiaron instantáneamente, al sentir un objeto en el pantalón del bolsillo decidió sacarlo sin escuchar la voz de pepito grillo diciéndole que eso era suyo y que no lo abriera. Al ver una cajita pequeña me sorprendí, en su interior se encontraba una nota donde al deslizarla por sus dedos leyó lo que ese diminuto papel escondía, "¿quieres ser mi novia?" La cara de asombro no me la quita nadie así que el chaval quería tenerla sin conocer al importante de esta "relación".

-Mira te voy a aclarar un par de cosas, porque parece que te he dejado mucha libertada en esto y no te ha quedado claro quién manda.- decía indignado al reflejo del espejo, iba con un traje de los que utilizaba para ir a trabajar, color negro- En lo que llevas de vida que son unos veintitres años. YO soy el que decide si estoy con ella y puedes participar, o el que con un solo chasquido la mato y, por qué si no lo recuerdas llevo sin matar una semana y media. Las ganas de verla cubierta de sangre me invaden por dentro- mira un momento su entrepierna- Y sino mira esto, notarás las ganas.

   Siento ese cosquilleo de miedo que me asegura que es él. Me da igual, lo ha entendido.

-Comprende de una puñetera vez en tu existencia que si yo no participo no lo conseguirás nunca - ¿enserio amor? - Así que atiende, uno, yo seré el que le diga de ser pareja después de que me conozca a mí en esta cita, dos, le haré comprender mi punto de vista. Tres, si al final funciona tú me tendrás que conseguir más objetivos si no quieres que en un ataque la mate, o por la noche mientras duermas, cuatro, las decisiones que quieras tomar me las dices a mí antes de hacer nada y cinco, te las voy a escribir para que las tengas que ver el resto de tu vida. Eso será más un recordatorio para mi que para ti.

   Amor, si que se había vuelto demente en unas pocas semanas , viendo como la mimaba, como la hacia que viniera al piso y se sintiera cómoda. Todo eso para después que me entere el último que le iba a pedir salir. Ja, estaba loco si pensaba comprometerse sin mi consentimiento. Decidí por cambiar la camisa, por una camiseta blanca básica de manga corta, con el chaleco. Mi reloj Lotus con el dial en negro y mi chaqueta de cuero negra.

   Con las mismas decide terminar de soltarle todo y ponerlas en el frigorífico. Termino de vestirme y salgo directamente para ir a su puerta a esperarla a que baje de su piso, aunque creo que la amiga tiene más ilusión que ella. Al verla bajar con un vestido ajustado al cuerpo de color azul oscuro con unos tacones negros altos.