She suspects it
Sawyer Rown
18 yearsMonday |3:00 pm
Había terminado de salir de la escuela, iba muy animadamente en mi patineta andando por las calles de Saint Paul, Minnesota.
En resumen mi fin de semana fue normal pero ahora con la precencia de cierta rubia, entre Emily y yo todo había estado genial estos días, hoy no la vi en la escuela, se me hizo raro pero tendría sus motivos y luego sabría cuales eran, y con el "problema" que tuvimos todo quedó arreglado.
No hablamos sobre lo que nos depararía el futuro juntas, sólo hablábamos de lo interesante que eran nuestras vidas o eso parecía.
Estuve también entrenando, Patrick dijo que como lo imaginaba, sólo era un desvío lo de la anterior semana, pero ahora ya me veía más motivada y realmente me sentía más preparada sólo necesitaba tomar un descansó.
Estaba a sólo unas cuadras de mi casa, esperaba preguntar las razones de su falta a clases con aquella rubia.
Apure mi paso al ver a la Señora Rudd batallando con algunas cosas, afuera de su casa.
–Buenas tardes– salude –¿La ayudo con algo?–
–Oh querida, llegaste en el momento indicado. Necesito meter esas bolsas y Emily no abre– reí internamente mientras asentía.
–Claro– me dirigí hacia las bolsas para tomar algunas.
Ahora el problema es que Emily no abria la puerta.
Tocamos repetidas veces, pero nadie abria.
–¿No está Daniel?– pregunte refiriéndome a su otro hijo.
–No, salió con sus amigos– negó.
–Lo tengo– agarre mi cabello buscando un broche, al encontrarlo sonreí –sólo lo hago en emergencias, no quiere decir que lo hago para meterme siempre a casas ajenas.– avise.
La Señora Rudd asintió no muy convencida y también riendo.
Metí una parte del broche por la manija de la puerta, para así darme acceso y poder abrirla.
Y como lo esperaba, abrió la puerta, ambas suspiramos agradecidas.
Tome las bolsas y comenze a meterlas a la casa, dejándolas en el mesón de la cocina.
–¡Emily!– grito su madre desde abajo de las escaleras.
Escuche como alguien bajaba las escaleras, y daba un pequeño grito que hizo que me estremeciera.
–¡Mamá, no me gustó!– chilló desde la planta baja.
Voltee topandome con...¡DIOS, MIO!.
La chica me miró, cambiando su mirada de aterrada a una más aterrada.
–¿Sawyer?, ¡Oh, dios!– subió las escaleras corriendo.
–¿Emily pelinegra?– pregunte mientras tallaba mis ojos.
–Es una locura, desde ayer no quiere salir de la casa– río levemente su madre.