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¿Are you ready for more?

Sawyer Rown
18 years

a month later

Había pasado un mes desde que Emily se declaró, de alguna forma la estuve evitando, me tome todo el mes para pensar en lo que en verdad sentía y creo que ahora lo sé, el mes paso tan lento y extrañaba a la pelinegra.

Toque un par de veces la puerta, había estado esta última semana buscando la oportunidad perfecta para hablar con Emily y que mejor que hacerlo cuando sólo se encuentre ella en casa.

Habitualmente todos los domingos sus padres hacían las compras y Dan salía con sus amigos, así podría hablar mejor con ella, espere toda la semana y hoy era el gran día.

[...]

—Oh vamos, toda la semana ignorandome y vuelves como si nada, vete, por favor— insistió la chica.

Sawyer sólo suspiro frustrada, la chica que quería estaba muy distante y entendía sus razones, y ella al ser una chica con escasa confianza hacia que de alguna forma no pudiera expresarse.

—No quiero que lo entiendas ahora, sólo quiero que sepas que estuve pensando en ti todo este tiempo

—¿Eso importa ahora?

—Para mi si importa, y me iré pero quiero que sepas que siento algo por ti y también me importas— la castaña tomo las manos de Emily y sonrió.

—Sawyer no puedes hacerme esto— lágrimas salieron de sus mejillas.

—Sólo quería que lo supieras y puedo hacerte ver lo mucho que te extrañe

—Siempre la misma excusa, ni si quiera puedes mirarme a los ojos— se acercó amenazante, la castaña retrocedió.

Emily tomó con sus manos las mejillas de la castaña, haciendo que la mirara. Toco sus labios y suspiro frustrada.

—Es mejor que te vayas Sawyer

—Lo haré, sólo quiero que me des un beso antes de irme, cariño— lo había hecho, había soñado con esto desde hace días.

¿Qué tan loco sería decir eso?, no era el momento perfecto pero de alguna forma la pelinegra sonrió, quizá era algo que siempre espero o quizá sonrió con sarcasmo.

Quería besarla sin pudor, besarla sin importar el tiempo, besarla hasta que dejara de respirar ahí mismo, soñaba con eso.

El tiempo sin tocar a la pelinegra la estaba matando, era una muerte dolorosa y lenta, o eso sentía.

¿Qué tan loco sonaba besarla?, ¿Cuánto tiempo aguantaría sin hacerlo?.

Estaba decidida, claro que lo estaba. O bueno un 90% pero era suficiente para hacerlo.

La pelinegra la miro y sonrió, era imposible resistirse y más placer le daba viendo aquellos ojos miel.

—No podré parar Sawyer— retrocedió, mordiéndose los labios nerviosa.

De alguna forma la castaña estaba agradecida por el hecho de que siempre la pelinegra estuviera ahí, esperándola, y pensó que siempre sería así.

𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍 |Emily Rudd Donde viven las historias. Descúbrelo ahora